domingo, 22 de diciembre de 2013

He was never mine to lose, why regret what could not be? There are words he'll never say... Not to me ♪

Logro por una vez que se escape conmigo. Huyendo de amigos enamorados, de ex parejas, de acosadores, de histéricos eternos, de amigos reales, de amigas ebrias, de amigos suyos que no pueden saber. Nos metemos en un taxi, está ebrio como el solo, habla sin preocuparse por lo que escuche el conductor (hizo tantas cosas sin preocuparse en la pista...), me pregunta a dónde lo llevo, le digo que no sé bien, quiero conocer mi terraza y quiero hacerlo con él. 
La vista... la vista es perfecta. Ya sería hermosa si subiera a verla sola, pero con él en mi campo visual es sublime. En el mejor momento de su abrazo, cuando mi cuerpo no da más y sé que no puedo gritar ahí, siento que voy a perder la calma y largarme a llorar en cualquier momento. Pero no lloro. Espero, sonrío. 
Vemos sobre el agua cómo la noche se hace día, "Qué vamos a hacer?" pregunta, le digo que por de pronto, ver a un sol gigante amanecer sobre el río, y eso hacemos. Apoya su cabeza en la baranda y me cuenta que consiguió un trabajo nuevo al que tiene que ir de traje y corbata, le acaricio el pelo y lo miro con devoción, le pregunto si le van a pagar por ser lindo en traje, si su trabajo consiste en eso, ponerse el traje y ser lindo, y sonríe con resignación. 
- Te gusto - dice, no llega a ser una pregunta. 
- Sí.
- Te gusto mucho.
- Sí.
- Eso es peligroso...
- ...sí. 
Y le pregunto, "Querés que te cuente por qué te trato mal a veces?" y me dice que sí, divertido. Le cuento una historia muy larga en forma muy resumida, le hablo de drogadictos, de divorcios paternos, de amores nuevos por amantes viejos, de fiestas, de discusiones, de viajes... de enfermedad y hospitales, de estar vacía y rota, de no encontrar esperanza, de haber sentido que nadie, nunca, me iba a volver a provocar nada... le cuento una historia sobre él. Sobre cómo cuando me destroza, me destroza en serio y duele... pero se siente. De cómo cuando me hace bien, me hace reír en serio, y se siente. De cómo eso me aterra. De cómo eso me lleva a tratarlo mal, insultarlo, ignorarlo, evadirlo, agredirlo... todo con tal de sentir que sigo teniendo el control... "Cosa que es totalmente mentira..." le aclaro "...no lo puedo controlar."
Y él me dice que nunca quiso destrozarme. Que me ofreció estar así conmigo porque creyó que por cómo era yo, o por cómo me veía él al menos, no me iba a pasar a mí, no me iba a enganchar así, no iba a dejar que me afectara... pensó que yo no me enamoraba nunca, y le digo "Es que todo eso es verdad... pero con vos no", 'Conmigo no'.
Y toma aire, puedo anticipar lo que va a venir, empieza a dolerme desde antes de que él abra la boca. 'Paulina...' empieza, '...no creas que solo me importa satisfacernos, no... vos me gustás, no me da igual, pero...' y sabe que ya no puede seguir sin decirlo: 'Pero sos sólo una diversión.' 
Y dejo que esa frase se hunda como un barco perdido dentro de mí, y experimento con calma los horrores del naufragio. 'Ya sé que suena horrible dicho así....' "Sí, duele bastante." 'Decirlo también.' responde, y sé que lo dice en serio, le duele en serio. Lo sé porque yo misma sentí eso mil veces, querer corresponderle a alguien, saber que se lo merece, y no poder... simplemente no sentirlo, y no poder. 'Y te equivocás... cuando decís que no amo a mi novia, te equivocás.' Me quedo callada un rato eterno, mi cabeza recostada sobre mis brazos cruzados sobre la baranda, mirando al río volverse cada vez más brillante a medida que sube el sol, dejando cada vez más fuera de lugar a la luna que sigue ahí en el medio del cielo como si no se resignara a irse. 
Me quedo callada tanto tiempo y en tanta paz que me pregunta qué estoy pensando. "Intento... asimilar..." empiezo, y ahí sí se me quiebra la voz, y se me aguan los ojos, pero me esfuerzo por tragarme las lágrimas y bajar el nudo que se me armó en la garganta: necesito hablarle bien, decirle todo ahora. Pensaba que iba a estar rota y devastada en una situación así, pero en cambio estoy dejando que se asiente esa verdad en mí, el tener una respuesta definitiva, así sea la peor posible, de a poco me empieza a dar calma. Quiero aprovechar esa sensación, el pequeño arranque de fuerza que tengo en la voz justo ahora que se están drenando de mí tantos meses de ansiedad y duda contenidas: "Intento asimilar el hecho de que estoy enamorada de vos, y vos no sentís lo mismo por mí, y no hay nada que pueda hacer para cambiar ninguna de las dos cosas." 
Ahora es él quien me acaricia el pelo y me abraza... creo que necesita darme consuelo de alguna forma, y un poco sirve, un poco también duele más. "Sé que no es culpa tuya, ni mía... pero igual es un garrón." 'Exacto.' me dice... 'Decís que estás enamorada...' "Sí." 'Qué querés hacer ahora? Con nosotros.' "No sé... ya no podemos mirar al sol de frente, porque quema." 'No... ya no, deberíamos decidirlo en serio. Deberías, yo quiero que elijas lo que sea mejor para vos, y que eso sea una decisión en serio.' "Por qué?" Le pregunto. "Ahora me siento bien, mucho mejor de lo que esperaba, pero no sé cómo me voy a levantar mañana, o como voy a estar en unas cuantas horas. Tal vez decido algo ahora que no me gusta después. Y por qué debería ser así? Nadie te apura, quién te corre? ...Supongo que lo mejor que puedo decirte es que, si tenemos ganas de vernos, nos veamos, y sino no." 'Bueno...' me dice '...eso es en realidad lo que yo propuse desde el principio.' y le digo que no es del todo cierto, que yo no llegué a confundirme así porque él fue terriblemente claro siempre.
Lo discute, pero no puede negar cada ejemplo que doy de sus actitudes ambiguas, enumero muchas de ellas, y sus excusas son débiles y con todo, nos hacen reír. "Decís que sé que tenés novia desde el principio, pero eso ni siquiera lo sé gracias a vos, me lo dijo alguien más porque vos te hacías el langa soltero conmigo." se hace el indignado, me hago la indignada incluso más, le digo "Vos, venías de decirme que no te ibas a Buenos Aires por tus amigos y familia, no por ella." 'Claro que no! Una mujer pasa, los amigos y la familia son para siempre.' y me río "Wow, eso suena terriblemente como algo que diría alguien enamorado de verdad." intenta emparcharla diciendo que si se fuera a vivir a cualquier lugar del mundo sería con ella... no sé si le creo. 
Gran parte de mí sigue viendo toda su ambigüedad, todas sus contradicciones y omisiones. Gran parte de mí sigue sintiendo la forma en la que me toca y me mira, lo mucho que su mirada se parece al amor. Pero sé mejor que bien, por experiencia, que no puedo seguir guiándome por eso en las sombras. Que es mejor aceptar que se apaguen todas las luces, a perseguir eternamente alguna llamita lejana y dudosa. Acepto sus palabras, me resigno a que está bien: Soy una diversión, y nada más, ama a alguien más. 
Si eso dice, debe ser así. 
Yo no quiero ser con él como mi mejor amigo es conmigo. No quiero hacerlo sentir culpable siempre por no estar enamorado de mí. No es su culpa, si yo pudiera elegir, capaz tampoco lo querría. Pero no elijo, y él no elije, yo lo quiero, él no me quiere, c'est la vie. 
'Pauli, me voy' dice por cuarta o quinta vez, y por cuarta o quinta vez, finalmente, resisto el impulso de responderle "Quedate conmigo". Sé que ya no lo puedo decir, sé que ya no le puedo exigir nada, pedir nada. Ya me dijo cuánto tiene para dar, y sólo me queda decidir cuánto de eso puedo recibir. 
Los dos coincidimos en que prohibirnos volver a estar juntos sólo nos va a dar más ganas de hacerlo, de qué nos sirve esa tortura? Cuánto me va a rendir extrañarlo, si lo voy a querer de todos modos? Sus besos siguen siendo perfectos, sus abrazos cálidos, sus caricias sedantes, sus chistes graciosos, cambia algo de cómo me afecta todo eso si sé que nunca va a ser mío? 
Un poco sí, seguro... pero creo que no lo suficiente como para resignarlo. Tal vez simplemente necesito que prometa ser mi amigo siempre que no estemos solos. Tal vez necesito a un amigo más de lo que necesito a un novio. Todavía me siento sola, y si algo no cambió, es que aún no hay mejor compañía que él. 

Every word that he says is a dagger in me! In my life, there's been no one like him anywhere, anywhere, where he is... If he asked, I'd be his ♪

viernes, 6 de diciembre de 2013

Y otros solo lloran, buscando sus palabras, y su respuesta causa más temor... ♪

Casi todas las veces que veo a mi perro chiquito me río, creo que nunca me voy a acostumbrar a lo lindo y ridículo que es. Cada vez que veo a un golden se quiebra algo dentro mío, sé que nunca me voy a acostumbrar a que mi perro grande esté lejos. 
Empiezo a creer que sacás lo peor de mí. Porque no soy celosa, ¿sabés? No creo en la monogamia, me repugna la idea de que alguien cambie sus amistades por mí, jamás exijo nada que a la otra persona no le surja darme por voluntad propia, usualmente me limito a vivir cada experiencia tal y como viene, a sacar lo mejor posible de toda relación que nazca en mi vida, a dejarla terminar cuando tenga que terminar. No soy de acelerar las cosas, suelo confiar ciegamente en el Destino, siempre espero a que señales incuestionables del Universo me indiquen avanzar. No hago inversiones con la gente: doy lo mejor de mí desde el principio sin esperar nada obligatoriamente a cambio. No me gusta mentir: siempre aclaro a todo chico mis intenciones últimas para con él antes de que haga tiempo para confundirse. No me gusta que nadie coarte por mí relaciones que todavía tienen mucho para dar. No sé qué seré para la moral socialmente aceptada y reconocida como respetable, pero soy un modelo vivo de mis principios, soy el ejemplo a seguir de la comunidad en la que quiero vivir en el futuro. 
Y vos me arruinás.
Cada célula de mi cuerpo te cela involuntariamente. Odio que tengas novia, odio que no me elijas, odio que no estés conmigo -sólo conmigo-. Cada vez que una de tus fans... perdón, 'amigas'... perdón, amigas (y mis dedos duelen al tipearlo bien) te toca para hacerte masajes o abrazarte o colgarse de tu cuello, en lo más hondo de mí se aviva un instinto asesino que creía reservado para gente muy distinta. Quiero pedirte explicaciones todo el tiempo, quiero que me quieras, quiero que lo grites. Quiero que las cosas con vos se den como las soñé. Quiero que actúes como yo lo necesito. Quiero que se termine ya o no se termine nunca. Quiero que te decidas ahora y que me lo informes ahora, quiero que esa decisión esté bien. Me cuesta tanto darte sin saber si voy a recibir a cambio... incluso cuando sos mejor conmigo de lo que soy con vos, me cuesta horrores soltarme y cambiar de actitud. El miedo me paraliza cada vez que intento hablarte de lo que quiero que haya entre nosotros, te vivo confundiendo. Quiero que cortes con ella ya. Para la moral socialmente aceptada debo estar sólo ligeramente errada en este momento, casi perdonable. ¿Pero para mí? Así no me soporto. Me frustro y desilusiono de mí. Mis conciudadanos inexistentes e imaginarios del futuro seguro se averguenzan de mí, y con razón. 
¿A esto le llaman amor? Es lo más básico y detestable de la naturaleza humana: Egoísmo. ¡¿Por qué no estás conectado?! Individualismo. ¿Qué estás haciendo? Megalomanía. ¿Con quién estás?  Patetismo. Te quiero ahora conmigo. Te quiero en mi cuarto. Te quiero en mi cama. Mierda, ¿por qué no estás?.
Y vuelvo a llorar. Deseaba tanto llorar por alguien nuevo... ahora creo que extraño el dolor conocido por alguien predecible. Te prometo a vos por respeto pero sobre todo a mí por mí (?) que si algún día te decidís a ser medianamente decente conmigo, si me elegís, si te la jugás, si te enamorás... VOY A SER MEJOR QUE ESTO. 
Ah... y después claramente está eso: La parte en la que sigo con vos, aún semi-convencida de que me estás usando, de que te importo mucho menos que la opinión de la gente, de que deshacerte de mí te da igual. De que sigo siendo tu muñeca obediente por muy mal que me haga... de que yo sí te elijo, yo sí te quiero, yo sí estoy con vos. La parte en la que estoy atrapada en esta situación y ni siquiera puedo decir con seguridad que sea por voluntad propia a nivel consciente, porque... es algo más que la consciencia lo que me impulsa hacia vos, son unas ganas que parecen más viejas que el mundo. 
Quiero que ya haya pasado este fin de semana, y haber salido lo más ilesa posible de todo cuanto en él me ocurra. Quiero... quiero dejar de pensar en lo que quiero, y que inmediatamente pegado a la idea de querer algo aparezcas vos. 

domingo, 1 de diciembre de 2013

Please, stay! I wanna hear you play the small time blues... that's all we've got tonight... ♪

Hay por ahí circulando hace varios años en la red un texto que reza 'No te enamores de una chica que lee'. Yo leo, siempre leí, siempre voy a leer. Sé que no es fácil enamorarse de mí, sé que duele. Pero con los años comprobé que en realidad, nada duele más que ser una chica que lee y enamorarse. 
Los libros me entregan a veces personajes de los que me enamoro sin remedio, los amo con devoción, les entrego un lugar en mi corazón sabiendo que viviendo ahí dentro son libres de hacer destrozos irreparables. Y después de amarlos sufro con ellos, por ellos, me desespero en la necesidad de que vivan bien y sean felices, o mueran dignamente y con la mayor altura posible. Ningún amor nuevo borra a los anteriores. 
Creo que, de entre todos los seres de tinta a los que conocí, Harry fue mi primer amor.
Supongo que tuve suerte: con él entendí muy rápido que amar a seres inexistentes iba a ser desgarrador, ¿cuántas veces lloré por él? Cientos. Si cuento las releídas: miles. Por supuesto me enamoré también de Sirius, y de Fred, pero eran amores relativamente tolerables, devastadores sí, pero posibles de superar. La primera vez que leí 'Harry Potter y la Piedra Filosofal' tenía al rededor de nueve años. Hoy pasaron más de diez, y lo sigo amando. Mi amor por él es la clase más noble de amor: porque sé que en su mundo está felizmente casado y tiene hijos con otra chica que no soy yo, y, lejos de lastimarme, me alegra profundamente el alma (eso se debe claro, a que eligió a la misma chica que yo elegí para él desde el principio). 
En diez años de lectura desde ese primer amor, me enamoré muchas veces: del Will de Lyra y lloré mucho su tragedia, porque ella era la indicada para él, del Grifo y no quise mucho a su esposa, de Lemony y su irreparable karma de estar vivo sin la chica que creó tanta genialidad a partir de una elección tan errónea... a veces amo mucho al hijo de ella, también lo sigo amando a él. De Davos, de Robb, de Jaime, de Tyrion, y por sobre todos, de Jon Snow.
Jon, por el que lloré tantos ríos salados que mi perro de orejas largas subió una escalera para buscarme y tumbarse a llorar conmigo. Jon, al que sigo llorando hasta nuevo aviso. Cuando era chica y estúpida, claro que amé también a Edward, lo amé tanto que mi imágen mental de él nunca jamás se va a borrar por muchas veces que vea a Robert Pattinson intentando encarnarlo. Hasta ahora no superé del todo a ninguno de mis amores literarios, pero a él sí, y cuando dejé de ser chica y estúpida, empecé a amar a seres mucho más oscuros: señoras y señores, con ustedes, el doctor Hannibal Lecter. 
El podio siempre se mantuvo, Lemony al frente, Jon detrás, Jaime y Harry en lucha pareja por el tercer puesto... y entonces llega Peeta. 
Peeta y sus ojos azules, a juego en mi vida con el chico de ojos verdes: llegan con la misma voluntad de arrasar con todo lo previamente conocido, con toda mi creencia de que ya no podía amar ni en la vida ni en la ficción a nadie nuevo con tanta fuerza. Peeta me desgarra el corazón con toda su perfección mental, emocional y estética, porque al leerlo lo amo: Lo amo tanto que necesito que sea real, y sea mío, pero no va a ser así. 
Y me enojo con todos los hombres que conozco porque no son como él. Me enojo con todos los hombres que pasaron por mi vida y por el mundo, sin siquiera llegar a comparársele... y pienso: ¿Quién? ¿Quién podría jamás alcanzar ese nivel de dulzura y entrega al amor por una chica? ¿Quién, conservando su humor sarcástico y su capacidad de decir la palabra justa, en el momento justo? ¿Quién intentando que todos se sientan lo mejor posible? ¿Quién lo suficientemente especial como para estar loco y valorar cosas tristes, sin perder la alegría ni la inocencia? Y un día, mientras leo, simplemente caigo en la cuenta: Antes de convertirse en mi karma hecho a medida, antes de aprender a desviar de mí sus ojos negros, antes de forzarse a odiarme, antes de que yo lo lastimara hasta arruinarlo, antes de que luchara contra sus ganas de mí hasta mutar en la peor versión de sí mismo, antes, cuando éramos chicos y felices: él era así. 
Me pregunto si alguna vez lograré perdonarme por haberlo perdido en todos los sentidos posibles (perdido, echado a perder). Me respondo que no. La vida no da oportunidades así dos veces. El mundo no fabrica chicos como él de a más que uno entre mil, entre un millón, entre todos los demás. Me acuerdo de que logré dejar de amarlo cuando entendí que ya no iba a volver, por mucho que a veces pareciera resurgir de entre las sombras de su personaje nuevo. 
Peeta es feliz porque es mejor que todos nosotros y que todos ellos, yo aún sufro por él, porque ella no se lo merece, como yo no merecía a mi versión hecha a escala por la realidad.
Estoy siendo consumida cada día un poco más por el sentimiento incuestionable de enamorarme de alguien nuevo: Mi partenaire improvisado todavía baila improvisadamente conmigo, y juro que cuando me toca creo que nunca voy a querer volver a bailar con nadie más que él. Por mucho tiempo creí que era hermoso y vacío, después, que era uno de esos personajes de libro: inalcanzable por ser mucho mejor persona que yo, hasta que entendí que no, y me enamoró más. Somos tan parecidos que duele. Coincidimos hasta al opinar sobre nuestras diferencias. Nos parecemos en cosas en las que nadie que conozca querría parecerse a mí. Lo siento lejos, lo quiero cerca. Se parece a mí al punto de que sé que no tengo idea de quién es y me desquician las ganas de averiguarlo. Se parece tanto a mí que puede jugar conmigo y hacerme mal. 
Estoy muy cansada de todos mis días tal cual vienen siendo, tal cual van a ser por una semana más, 'es el último esfuerzo' y no encuentro ganas ni de afrontarlo. Quiero dejar de ensayar, quería dejar de hacer todo lo que estaba haciendo excepto de leer, y eso claro, es lo único que ya terminé de hacer. Quiero volver a sentirme dueña de mi vida y de mis horarios. Quiero volver a sentirme feliz y realizada. Quiero volver a desear un público familiar perdido en la multitud. Quiero que pase la última función y ya ni siquiera me interesa si sale bien o mal, si me van a ver o no, si hago mi parte al 100%, lo único en lo que puedo pensar con cada día que pasa de largo y me acerca más a ese momento, es que él va a estar en el escenario conmigo, y ella en la platea. 
¿Por qué? 
¿Por qué ella?
¿Por qué no la deja?
¿Por qué no me elije? 
¿Por qué no estamos juntos de verdad? 
¿Por qué no hace lo que él quiere cuando yo se lo pido?
¿Por qué no está conectado ahora si yo no doy más de extrañarlo?
¿Por qué no me alejé de él en cuanto empezó a provocarme un poco de dolor?
No sé por qué, y ella va a estar en la platea. 
Extraño a Peeta desde que empezó a convertirse en un recuerdo, ya no voy a leer palabras nuevas de su boca, sólo queda releerlo. Y lo extraño a él desde que nunca lo tuve, hasta que por fin lo tenga para mí. Extraño todos los sueños e ilusiones con los que arranqué este año, no recuerdo si alguno sigue en pie. Extraño no sentirme rota y triste, no recuerdo cuándo fue la última vez... Extraño demasiado a mi perro, al grande, al que es dorado brillante y opaca todo cuanto queda cerca de él (aunque el enanito también me consuele como el otro cuando lloro al leer). Extraño sentir que tengo un lugar en el mundo, incorruptible y mío. Extraño hacer las cosas con ganas reales y no fingidas. Lo extraño a él. Una y otra vez lo extraño a él incluso cuando lo tengo en frente. Siempre que no estemos solos, lo extraño a él. 
Extraño la chance inventada en la que nací estúpida y mediocre, con sueños de fácil resolución por ser casi tareas a cumplir, sin pasión ni talento algunos, sin calor en las venas, sin visión potencial, sin dudas, sin misterios, sin defectos sociales, sin amores amorales, sin ideas atemporales, sin estas ganas furiosas de comerle la boca, sin insomnio, sin dolor en todo el cuerpo por bailar, sin los ojos hinchados por dormir poco, leer mucho y llorar más. Sin principios, sin ideales, sin miedos, sin capacidad de cuestionarme en vez de dar todo por sentado, sin nada de lo que me hace ser yo, porque ser yo a veces es insoportable.
O tal vez no, tal vez ser yo está bien, y lo que es insoportable es que mi mundo no sea como yo lo quiero. 
Tal vez el problema no soy yo en el escenario sino ella en la platea. 
Tal vez el problema no es ser como soy. 
Tal vez, después de todo, no está mal ser una chica, y leer, y enamorarme. 
Tal vez el problema es que él sea un chico, y lea, y no se enamore de mí.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Como no te me quitas de las ganas, aunque nadie me ve nunca contigo... ♪

No dejo de mirar su nombre escrito en la pantalla de una conversación vacía en la que él no está. No está, no se conecta, y no le puedo mandar un mensaje. Los mensajes al celular están prohibidos, como tantas otras cosas. Y lloro intentando no hacer ruido, y me cuesta escribir porque las lágrimas me velan los ojos. No sé dónde está. Ojalá estuviera acá conmigo, abrazándome, diciéndome que el otro flaco es un idiota que no vale la pena. Pero no está. 
Y yo me limito a estar perdidamente enamorada de él, esté donde esté, esté haciendo lo que sea que esté haciendo, con quién sea que lo esté haciendo... pero sin mí. No está para mí.
Cuando él está conmigo sí es fácil... el resto del tiempo es una mierda. Me acuerdo que decía que no podía permitirme buscar al chico de ojos negros, porque podía tenerlo cuando quisiera en un plano físico, pero yo quería todo lo demás. Y ahora estoy exactamente en ese punto con mi chico de ojos verdes, tan verdes... y no es mío. Lo tengo a veces, pero no lo tengo nunca.
No puedo decirle 'Conectate, te extraño, me haces falta, aparecé para mí... te necesito'. Estoy en la cuerda floja siempre... haciendo todo medidamente para conservar el pedacito de él que me toca a mí. Pagando cada hora perfecta al lado de él con días de agonía estando sola. Cena conmigo, toma conmigo, fuma conmigo, se acuesta conmigo, se baña conmigo, duerme conmigo... pero después se levanta y se va solo. Y al final de cada lunes empieza el resto de mi semana en el mundo real, en la B, en el peor baño público al fondo a la izquierda del noveno círculo del Infierno. ¿Qué hago yo si no te importo? Me encanta mentirme y ser re convincente al decirme que si fueras mío me aburriría de vos muy rápido... no creo que sea cierto. Gente que simplemente, pega distinto. Yo no me iba a volver a enamorar, ya no podía sentir nada... me duele el corazón. Estaba rota al punto de ser inmune... pero ya no. Es como si la posibilidad de vos me hubiera levantado de entre todos los escombros para reunirme de nuevo en una sola pieza, y ahora se riera de mí quitando de a una las maderitas que sostienen mis cimientos. Resucitado para poder asesinarme de a poquito. ¿Por qué me rendí a esto de nuevo? Y con él soy tan fría... cuando lo tengo cerca, me cuesta mucho hablar sin ser sincera, así que hablo poco.
Somos devotos de la verdad, buenos omitiendo y desviando. Somos gente histérica y con muchas más dimensiones de las que se perciben a simple vista. Gente de lógica seducida por el arte. Vemos al mundo en sus facetas más tristes, pero intentamos mantenernos siempre en la luz. Jugamos con las emociones fuertes, aparentamos almas tranquilas. Leemos para visitar otras realidades, dormir nos cuesta (pero no si estamos juntos). Nos gustan los animales, los dibujos y los escenarios. Podríamos vivir de polizones en teatros. La gran ciudad nos llama. Estamos hechos de historias pasadas, y nunca hablamos sobre el futuro. Leo su nombre una vez más, le grito con la mente: 'Donde estés, te estoy llamando.' pero no sé si escucha... creo que apaga todos sus sensores para mí cuando no está en mi casa. 
Ojalá estuvieras acá conmigo. Ojalá me abrazaras y acariciaras mi pelo como tantas otras veces: llevándome el oído a la altura de tu corazón. Ojalá me limpiaras vos las lágrimas con una mano tuya (las dos son tan certeras...). Ojalá me besaras en la boca, aunque en ella también se note lo mucho que estuve llorando. Ojalá estuvieras acá para mí, y me levantaras en brazos como siempre para llevarme hasta la cama. Ojalá te acostaras al lado mío con todo el tiempo del mundo, el suficiente como para poder quedarte cerca sin el fuego de hacer nada más. Ojalá estuvieras acá eligiendome, jugandotela a pesar de todo. Ojalá me quisieras como yo te quiero, ojalá usaras tu voz de locutor para decirme que voy a estar bien. Ojalá las cosas fueran distintas, tengo tantas ganas de vos... Ojalá no me gustaras tanto. Ojalá...
Pero no estás. Estoy sola, y hace un buen rato que intento calmarme y dejar de llorar. Y en un rato el cansancio y el sueño van a vencer a la estúpida esperanza que me mantiene conectada, revisando tu ventana cada varios segundos. Me voy a acostar sola siguiendo el razonamiento liso y llano de que, aún si te conectás, voy a fingir para vos. Te voy a decir que estoy bien, te voy a hacer reír. Te voy a despedir con una sonrisa... como si me diera igual que te fueras. Ojalá algún día sepas que nunca da igual cuando te vas. 

















-I know I seem an insane person, because I hardly know you ...but sometimes things are so transparent, they don't need evidential proof ♥

martes, 12 de noviembre de 2013

Los minutos del invierno se diluyen en la boca de un diablo charlatán... ♪

Él se tira en su cama y la abraza, deja de reírse para mirarla a los ojos, con unos ojos tan verdes... ¿cuántas veces lo imaginó en ese lugar, en esa situación, a esa distancia? A ella le dan ganas de reírse hasta llorar, así que lo mira en silencio y se besan. Él va apenas un segundo por delante que ella en casi todos sus besos, tal vez la retrasa el dolor. 
"¿En serio estás bien con esto? ¿Seguro no querés nada más?" me pregunta de nuevo, me pregunto si sabe de antemano que le voy a mentir... odio mentir, soy sincericida por naturaleza, así que respondo lo más realistamente posible, le digo 'Tenemos todo así... todo menos público, y el público a veces arruina las cosas'. Me pregunto si sabrá que sé que miente al fingir que lo convencí. No tenemos todo... él tendrá mucho de mí, pero yo de él, casi nada. No es que no escuche mis problemas, o mis opiniones, no es que no le interese todo lo que digo, no es que no le gusten mis gustos, no es que no me bese, no es que no se acueste en mi cama, no es que no me abrace, no es que no me haga reír, o que no se ría conmigo, por dios, no es ni siquiera que no se suba junto a mí a un escenario... sí, tengo todas esas cosas... no salta tan fácil a la vista la falta de paralelismo... pero todo el tiempo soy consciente de que me falta un abismo enorme para tenerlo. No, no es fidelidad, ni público, nunca me interesaron realmente esas cosas...  es libertad lo que nos falta, y le jura lealtad a otra bandera. 
"Quiero que esto se mantenga por mucho tiempo más", me dice, pero no me pasa desapercibido el hecho de que puede desentenderse de mí cuando quiera. 
Juré haber terminado con los chicos con novia, recuerdo incluso habérselo dicho a Histeria, una noche que ahora se me hace muy lejana, "Ya sé que estoy ebria y bato cualquiera cuando te veo y me histeriqueas, pero en serio, no quiero estar en ese lugar nunca más." y lo dije en serio. No quiero estar en este lugar de nuevo, ¿cómo llegué acá? ¿cómo me dejé llegar?
Y entonces me acuerdo: Me acuerdo de todas las veces en las que dije, en voz alta, por escrito, en mi mente, que tenía mucho miedo de no volver a sentir nada por nadie.
Mi karma de ojos negros me dejó tan vacía y rota una vez... y esos ojos eran tan negros que me dolían como ningunos ojos me iban a poder doler. Y esa sonrisa era tan pícara y perfecta, no había forma de que otros dientes blancos se me grabaran a fuego en la retina. Y esa voz casi afónica no iba a dejar nunca de susurrar en mi mente y en mis sueños, aunque ya no me hablara a mí en la vida real. Y esos besos dados por una boca áspera y rota, y esas manos, y ese pelo... un pelo tan... negro también, ningún pelo iba a ser nunca tan digno de ser acariciado como ese. Nadie nunca iba a tener un gesto tan encantador como esa forma de agarrar un cigarrillo. Nadie esa risa, nadie esos besos, nadie esa cama, nadie esa bipolaridad, nadie esa histeria, nadie esas ganas, nadie ese amor, nadie ese poder sobre mí, nadie ese miedo hacia mí, nadie nunca tu papel. 
Y de golpe, brillan en mi campo visual los ojos más verdes del mundo, la sonrisa más infantil y perfecta, llena mis oídos una voz de locutor que dice cosas que yo pienso. Me besa una boca húmeda y prestada involuntariamente. Me tocan unas manos que saben lo que hacen. Mis manos se van solas hacia un pelo claro y suave. Me desarma una mano libre de nicotina, que en un gesto entre nervioso y desinteresado se despeina el flequillo hacia atrás. Y se ríe, y me besa, y mi cama, y es tan bipolar, y tan histérico, y tenemos tantas, tantas ganas, y me enamora, me toca y tiemblo, se asusta de mis palabras, pasa a tener el control. 
No quería estar como estoy en este momento nunca más. Y es cierto, no es la misma situación, vos y yo, Enano, cargábamos TANTA historia... pero el futuro a veces pesa mucho más que el pasado, él y yo podríamos vivir tantas cosas... No quería volver a prestarme jamás a que me enfermaran como me enfermaste vos. 
Eras el amor de mi vida, lo sabés, ¿No? (No). Nos íbamos a casar, e íbamos a tener hijitos, alguna vez iba a pasar. Eras el amor de mi vida, y después me asesinaste. Volví a nacer mucho más cínica y triste, mucho más ácida, mucho más sola. Él dice que se acuerda de mí el año pasado, me veía en el mismo edificio que ahora frecuentamos tanto, le provocaba algo, no sabe bien qué, él me veía, y yo le provocaba algo. Pero yo a él no, ¿cómo lo iba a ver, si todavía dejabas manchas en todo cuanto alcanzaba a mirar? ¿Qué me iba a provocar, si opacabas a todos? Me pregunto qué pasaría si te viera ahora. ¿Seguiría rompiéndose un pedacito de mí, como tantas otras veces? O peor, mucho peor, ¿me daría igual? 
"No te podés obsesionar conmigo" me advierte, y yo me río 'No puedo creer que alguien diga eso en la vida real...' francamente no sé si no me voy a aburrir de él con el tiempo. Tengo tan pocas justificaciones para el amor... Pero, ay... él me hace sentir. No había vuelto a sentir por nadie, y siento por él. Qué, no sé, capaz todo. Pero siento. Siento lo suficiente como para exponerme de nuevo a dejarme destrozar. 
"Intento hacerte reír porque me encanta cómo te tentás... me encanta cómo te tentás." 
"Me encanta cómo gritas."
"Me encanta cómo sos."

"Me encanta..."
Y yo pienso 'Amáme entonces'. Y sólo una de cada diez veces que me dice algo así, mi orgullo dolido me deja responderle 'Vos también me encantás'... 

Porque solo me llevo la gloria de tener en la memoria una mágica historia, en tus horas de euforia. Todos los días del mundo existe una forma de resucitar... ♪

sábado, 9 de noviembre de 2013

Al llegar al portal nos buscamos, como dos estudiantes en celo♪

Lo busco, lo encuentro, me busca, me encuentra, alguno de los dos se pierde, el otro se enoja, nos peleamos, discutimos, yo le grito, (y yo no grito nunca), él se indigna con más calma, caminamos rápido y echando chispas, durante muchas cuadras, solos y de noche, cuando más nos gusta estar juntos, pero demasiado rencorosos como para reparar en eso, me paro, lo freno, le digo "Mirame, decime en este momento que verme no te provoca nada." y sé que lo intenta, escribe y borra en persona, 'No puedo, sabés que me encantás. Pero...' y discutimos durante muchas cuadras más. Dice 'Sabés lo que me encantaría? Poder estar cuando queramos, hacer lo que queramos, sin que se entere absolutamente nadie.' "Y bueno!" le digo yo, no es la primera vez en lo que va de charla que me lo dice, no es la primera vez que le respondo que está bien, y sigue de largo, empieza a hablar rápido de nuevo diciendo toda una sarta de cosas que me molesta muchísimo escuchar, mentiras que no soporto, verdades dichas con hipocresía de su parte, palabras a medias, pero esta vez lo corto en seco "Me estás diciendo lo que querés, te estoy diciendo que está bien, CUÁL ES EL PROBLEMA?" y por primera vez en la noche repara en mis respuestas... 'En serio querés eso?' pregunta, en parte dudoso, en parte ilusionado, "Con tal de estar con vos? Sí." Yo, sincericida. Me pregunto por dentro si es por enamoramiento, o por sacarme la duda de si es un capricho especialmente fuerte cuando me dice que 'No', lo que sé es que es cierto. Y me besa. 
Con tanto, tanto fuego. La discusión sigue, pero ahora vamos de la mano, o del brazo, paramos contra cada pared cercana para matarnos un rato. Y llegamos de nuevo al punto donde me besó por primera vez: Estamos tan al borde... y entre besos e insultos se cuelan risas nerviosas, pero reales. Su perfume me enferma, y esa forma de besar... lo seguiría a cualquier parte por un beso de esos. Y se va dejándome con las ganas, como tantas otras veces, como siempre. Y me deja igual de indignada, y con una mezcla extraña de amargura y felicidad. Lo quiero. No sé si así, no es la mejor forma, alguien va a salir lastimado, eso es seguro, alguien mínimo, probablemente todos. Pero, ¿cómo negarle mis ganas furiosas de darle todo? 
Sé que estoy destinada a vivir lo que pueda con él, no cambio más. Por Dios, no cambio más. No aprendo. No evoluciono, no cambio. Nunca supe rendirme al miedo excepto al cantar. Nunca supe sacrificar una experiencia religiosa por temor a un castigo divino. Me veo venir llantos histéricos, sola en la cama, abrazando una almohada con olor a él, sé todo lo que va a pasar, sé del dolor, de la incertidumbre y la inercia, de las ganas de que seamos parejos, lo veo todo, todo en mi futuro y no lo puedo evitar: Porque también lo veo tumbado en mi cama, mirando con atención mi biblioteca, eligiendo entre mis películas, embriagándose conmigo, descubriendo facetas de él que nunca imaginó, gracias a mí. Y perdón, perdón llorosa versión futura de mí, enferma versión futura de mí, nauseabunda, enfermiza, rota y devastada, no lo puedo evitar. No puedo, no puedo, si la opción son esos ojos, tan, TAN verdes, y esa boca que siempre va al lugar correcto, y esas manos que no saben cómo frenarme, ni como buscarme menos... te juro, Paulina, mundo, novia sin nombre de él, no puedo ni siquiera intentar alejarme. Es mucho más fuerte que yo, ya estaba ahí esperándome tres años antes de nacer. Lo ignoro en persona lo más que puedo, para dejar bien marcado mi enojo, se vuelve loquito y me busca mucho más, pierde toda discreción, tan predecible... y a mí me encanta hasta el hartazgo, me desquician las horas que pasan eternas y faltas de sentido hasta verlo. Ya me rendí. Era obvio, llevo años rendida a mi naturaleza. No soy una buena persona, creo... a veces creo que sí. En muchos aspectos no podría ser mejor, pero en otros... Ay, no sé cómo desearte menos, tan hiperactivo y aniñado, tan inteligente y lúcido, tan hecho de sueños y contradicciones, tan pero TAN histérico, tan Yo, tan diferente. Tan artista, tan ingeniero, tan lector, tan cinéfilo, tan amante. Mi amante. ¿Amante mío? ¿Sabés que supe que íbamos a terminar así la primera vez que te vi? Porque eras lindo, lindo y atrayente como vos solo, centro de atención como vos solo, ojos verde marihuana como vos solo, único, divino, si no estabas destinado a mí, pendejo hermoso, yo te iba a destinar lo mismo. No soy capaz de ver a alguien así sin quererlo cerca, sin odiarlo, sin amarlo. Creo que sos la única persona de mi mundo en este momento a la que puedo hablarle sin tener idea en absoluto de lo que me va a responder. Perdón, versión futura de mí, perdón, versión futura de él... pero no puedo contra eso. 
No puedo contra él. No puedo contra vos. No puedo contra mí.

Y yo estoy, cada vez más igual, ya no sé qué hacer conmigo... ♪ 


lunes, 4 de noviembre de 2013

Pero uno necesita contemplar el Paraíso sólo diez segundos para reconocerlo.

    - No pienso gastar una hora mas en ese trabajo. Tendría que faltar a todos los ensayos generales si sigo.

    - Sos un poco más valiente de lo que me gusta bardearte (?

    - Me bardeas mucho :P

    - Te lo merecés. También te lo merecerías si te dijera algo lindo de vez en cuando... pero olvidate, soy yo (?

    -No me merezco ninguna de las dos cosas y punto. Me voy a sacar la perra, vuelvo y me voy.

    - Por suerte para mí, no depende de vos... Por suerte para vos también, en realidad. Si solo dependiera de vos lo que te merecés de golpe perderían sentido varios siglos de lógica católica, caería el sistema educativo, se aboliría el mercado laboral, y yo me convertiría en una muñeca de plastilina sin capacidad alguna de molestarte o hacerte sonreír.

    - Me hacés reír, así que la lógica católica, el sistema educativo y el mercado laboral pueden quedarse donde están.

    Mejor, si no tuviéramos un sistema contra el que enojarnos, nos moriríamos de pena todos los artistas. Me voy a leer, y a dormir. Y deberías hacer lo mismo.

    - A esa voy.

    - Buenas noches, *y acá le dedico un apodo estúpido y personal*, duerma bien.

    -Adiós, Paula Rose *ese es mi propio apodo estúpido y personal*

    En serio me acuesto a leer, un capítulo entero, son casi las 3am, hoy hablamos por chat durante casi diez horas en continuado. Discutiendo, riendo, histeriqueando, debatiendo sobre la inmensa cantidad de gustos y experiencias que tenemos en común. Eventualmente tuve que explicarle mi semana de fuga del mundo real. Y me escuchó, y se indignó conmigo por injusticias varias. Y en algún que otro momento quiso pedirme ser realistas, pero no lo dejé, porque si bien era domingo, al menos era uno fuera de la realidad.
    Le dije que era libre de ser irreal conmigo, si así lo quería. Le dije muchas cosas, y me dormí pensando en todas las que no. 

    Y hoy me desperté de nuevo en la vida real, no fue tan terrible. Las cosas se solucionan, a veces de la forma más dolorosa posible, pero se solucionan. No sé si alguna vez voy a volver a hablar con mi mejor amigo. No sé dónde voy a estudiar el año que viene. No sé cómo me va a ir cuando me suba a esos escenarios. No sé si algún día él se va a volver a animar a mí. Pero sigo, intentando sentirme lo mejor posible con todas esas incertidumbres a cuestas. Intentando bailarles y cantarles encima. Intentando sonreír.
    El Universo pone una a mi favor, y se confabula para que la gente se distraiga y me entretenga por el tiempo suficiente como para terminar saliendo de la escuela y caminando media cuadra, en el exacto momento en el que él aparece en la esquina hacia la que me dirijo. Verlo aparecer entre la gente me corta el aire, me deja el cerebro casi en blanco. Tan, pero TAN lindo, más que nunca, de ser posible, de alguna forma se supera solo en su inalcanzable perfección. Y en cuánto lo reconozco sólo puedo ver sus ojos, tan, tan verdes. Nunca nadie en la historia de la humanidad tuvo los ojos tan verdes. Y su pelo, tan cuidadosamente despeinado. Y cuando me saluda, cuando pone una mano en mi hombro y la deja ahí un segundo más de lo estrictamente necesario, cuando su piel entra en contacto con la mía... pierdo toda capacidad de encanto, me fuerzo a estar tan callada como pueda, porque no confío en lo que pueda salir de mi boca si le llego a hablar. "Cómo estás? Mejor? Bienvenida al Mundo Real!" me dice, y sonríe... bienvenida pues... y me pregunto de dónde saqué la fuerza necesaria para vivir durante 6 días enteros fugada de un mundo donde existe esa sonrisa, y me sonríe a mí. 

    martes, 29 de octubre de 2013

    It's only after we've lost everything that we're free to do anything.

    Cuelga el teléfono y al otro lado de la línea se queda esperando el mundo real. Está cansada de atender siempre. Quiere olvidarse un rato de cómo era obedecer, y resistir en silencio. Quiere desvanecerse de todos y de todo. Extrañar, y sobre todo, ser extrañada. Quiere llorar en su cama sin tener la obligación de juntar fuerzas para levantarse y ser responsable... pero también quiere reír, y ver películas, y escuchar música, y pasear a los perros por el parque. Quiere leer, y dibujar fuera de un horario fijo y preestablecido. Quiere ver series, y dormir, y cocinar. Se toma vacaciones forzosas de sí misma. 
    "Me encanta cómo soy, pero me está matando." me dijo Blackjack, y fue la última frase decente que escuché salir de su boca, justo antes de pegarle un tiro en la frente a mi imagen mental de él. Justo antes de asesinarlo en mi memoria para dejarlo fuera de mi Universo.
    No quiero saber nunca más nada sobre él, o sobre ninguno de sus amigos... mis amigos.
    Algunos eran mis amigos incluso antes de ser suyos. Pensar en él me da nauseas, en ellos también, pensar en nosotros, más. Pero con esa frase en particular, hoy me siento identificada. No puedo dejar que mi forma de ser me mate de nuevo, no tan rápido, no quiero volver al hospital, y estaba muy cerca... Pone a la rutina en lista de espera.
    Congela todos sus problemas y preocupaciones. Se deja colapsar, y estar triste, y ser libre. 
    La semana que viene va a tener que volver al abrazo inevitable de las ataduras asfixiantes de todas sus pasiones. Va a volver a las clases, a no faltar nunca -sea ir obligatorio o no-, va a volver a ahogarse en el brillo tortuoso de sus ojos verdes, verdes como la luz que indica avanzar, mientras el resto de él le corta el paso. Va a volver a su adicción por los escenarios, y por la danza. Al dolor, a las desilusiones, a la decepción, a los momentos brillantes. 
    La semana que viene va a volver, pero esta no. Esta semana se va a escapar, sin dar explicaciones, porque se lo merece. Porque no se merecía todo lo demás. 

    viernes, 25 de octubre de 2013

    Hey Jude, don't be afraid. You were made to go out and get her... ♪

    Me enamoro de todo, me conformo con nada... ♪
    Al final no cambiaron tantas cosas en 6 meses. Todavía me despierto preguntándome si vos también pensás en mí, si sos consciente de lo que genera en mí tu histeria. Pero ya no me levanto al lado de Mr. Fate, ya no hablo con el Still N.N., Hipster Boy ya no me habla. Y ya no pienso en mi pasado Interlocutor Inconsciente, cambió el destinatario del 'Vos'. Ya no me afecta cuando veo a Histeria si sé que te voy a ver la misma noche. 
    "Siempre odié a esa banda. Nunca entendí a los Piojos hasta que me enamoré de un Piojoso. Más me vale nunca enamorarme de un fanático de los Beatles..." Dije, por mera casualidad o por burla del destino, en un posteo que hablaba sobre vos. "Vamos al Bar de los Beatles" dije yo, en Buenos Aires, porque casi todos habían entrado ahí, y vos me respondiste 'Yo soy fanático.' lo decías en serio, te sacaste la campera y debajo tenías una remera de Abbey Road, y yo me reí "Fanático de los Beatles? Wow, qué original, nunca se le había ocurrido a nadie" y te reíste... yo odiaba a los Beatles, odiar a sus fanáticos era parte de mí... odiar lo básico de sus letras... pero al volver de ese viaje empecé a entender tantas... 


    Anoche estaba muy concentrada en ignorarlo, me fui de la zona de ensayo, me fui al vestuario sola y me siguió. Cuando entró, estábamos solos en el vestuario, me bajó el alma a los pies, se puso a ver su celular, como diciendo 'No tenía razón real para venir acá' y yo me quedé mirando mi bolso, como aclarando 'Ya hice lo que vine a hacer acá'. Y dice:

    - Todo bien?
    - ...Con qué?
    - En general, todo bien?
    - ...Ponele.
    - Estás enojada? 
    - Con quién?
    - ...no sé... con la vida
    - No, no estoy enojada con la vida, por qué estaría enojada con la vida?
    - ...en serio estás enojada?
    - Parezco enojada?
    - Muy.

    *Silencio... maquinar a 200mil por hora barajando respuestas posibles, una más enojada/enamorada que la otra.*

    - ...No es muy común esta situación, quedar solos... debería aprovecharla. 
    - ...Para qué? 

    *Y se me acerca, desde la otra punta de la habitación, de frente a mí, tira su celular hasta su bolso y obviamente cae al piso, no le importa, los dos sabemos que no fue hasta ahí por eso.*

    - ...para hablar. Debería preguntarte un montón de cosas, pero a vos no te van a gustar las preguntas, y a mí no me van a gustar las respuestas, y vamos a notar que hablar no funciona, así que antes de hacer todo eso, era más fácil ignorarte.
    - Podés preguntarme cualquier cosa... podemos salir de un ensayo para hablar. Yo no tengo problema, está todo bien.
    - No, no está todo bien.
    - Está todo bien.
    - Para vos es fácil decir que está todo bien, total yo me fumo los comentarios sobre que vos sos un santo y yo una arrastrada.
    - Quién te dijo algo así?
    - ...
    - Alguien...? Todos...?
    - ...
    - La gente?
    - La gente.
    - Vos sabés que no es así. 
    - Sí. 
    - Entonces no des bola... 
    - ...Pensar que el año que viene vamos a ser compañeritos, y esta situación va a ser así de cómoda y permanente... 
    - Te vas a pasar a la tarde?
    - Todos nos vamos a pasar a la tarde, se disuelve la mañana.
    - Bueno... no cambia nada. Está todo bien.
    - No está todo bien. 

    *Toda esta última parte, discutiendo yo apoyada en el marco de la puerta, un escaloncito más arriba que él, hablando incómodamente cerca.*

    - Está todo bien.
    - No está todo bien. 
    - Por qué?
    - Porque no sé en qué papel me vas a poner vos cada día, hoy soy tu amiga? Tu compañera? Tu partenaire? ...Tu error? ...Tu mala decisión? Esa última te encanta...

    * Y sonríe, niega con la cabeza, sé que le gustaría tener un fernet en la mano para darle un trago largo.*

    - Está todo bien.
    - No está todo bien.

    * Empieza a irse hasta el ensayo, lo empiezo a seguir, solo para notar que en la habitación de al lado estaban presidenta y vice de su club de fans, "ENSAYANDO", mirándonos pasar, no sé cuánto de todo eso habrán escuchado. Y llegamos al ensayo, nos apoyamos los dos en el marco de esa puerta, el profe de Teatro está diciendo "Y por eso en este cuadro hay plumas..." y los dos decimos en voz alta '...plumas??'.*

    -Hay plumas en un cuadro y no estás vos?

    *Y se ríe, y me río.* 

    -...igual no está todo bien.
    -...pero el A y el B se van a seguir manteniendo, no? Vas a venir con nosotros??

    *Y me pone ojitos de 'Vení con nosotros' y yo intento mirarlo muy mal pero me gana una sonrisita.*

    - Sí, siempre vine a recuperar clases con ustedes...

    *Nos quedamos un rato largo apoyados los dos en el marco de la puerta mirando el ensayo, yo aún enojada, sin mirarlo y sin hablarle, y él jugando incómodamente con un palito de plástico, se rompe una partecita y vuela para atrás, yo sonrío un poco y no le digo nada. Él sigue jugando con el palito, que un rato después se rompe en varios pedacitos que vuelan hacia adentro del salón, yo ahí sí me tiento.*

    -...sos la persona más boluda que conozco.

    *Y él también se empieza a reír.*

    -Sí, no?

    *Y nos miramos muy tentados, yo queriendo insistir en que no está todo bien, pero demasiado tentada como para ignorarlo y que sea creíble, y en eso nos abrazan a los dos por la espalda: el que más percibe que algo pasa entre nosotros.*

    -UH, PERDÓN CHICOS, INTERRUMPÍ ALGO?

    *Nada. Seguimos ensayando y a la salida me pregunta si me voy en colectivo con él, le digo resignadamente que sí, pero cuando bajamos, me dice que se van todos a comer, me invita, le digo que no. Me voy a la parada de colectivo a esperar sola, pasa mucho tiempo.
    Justo cuando aparece el colectivo como a 3 cuadras, los veo a todos cruzando la calle por la mano de en frente yéndose a comer, y los saludo de lejos. Él me ve, ve el colectivo, frena, lo escucho decir "Uh... paren... creo que me voy con Paulina" y se me congela el cuerpo. Todos le gritan "Nooo, no seas pollerudo! Tarado vení a comer!!" y él amaga a venir, amaga a volver con ellos, empieza a cruzar la calle, se queda parado pensando en medio de la calle, un auto casi lo pisa y le toca bocina, y le dicen "VENI CON NOSOTROOOS!" y él cede y viene el cole, me lo tomo, lo miro por la ventana. Y el desconcierto me gana por el resto de la noche.*


    Don't carry the world upon your shoulders. For well you know that it's a fool who plays it cool by making his world a little colder. Hey Jude, don't let me down: You have found her, now go and get her. Remember to let her into your heart, then you can start to make it better. So let it out and let it in, hey Jude, begin. You are waiting for someone to perform with... ♪ Te odio, fanático de los Beatles, seríamos tan felices juntos, seríamos versiones tan mejores de nosotros mismos...

    domingo, 20 de octubre de 2013

    You ain't seen nothing like me yet. I could make you happy, make your dreams come true... ♪

    Tu relación con tu novia está basada en la mentira de que vos y yo nunca estuvimos, pero eso funciona porque ella no lo sabe... yo sí lo sé, aunque intentes mentir al respecto también conmigo. No me puedo seguir bancando esto. Las ganas de vos son una mierda. 
    Levantarme y sentirme mal, dormir sin soñar, soñar sin dormir, llegar de toda fiesta en la que estuvieras y llorar hasta que mi caballerito andante en cuatro patas se entere y venga a acompañarme. Extrañarte con un regusto a alcohol y odio, de la mañana a la noche todos los domingos y feriados. Acostarme todas las noches de mi vida pensando en vos y queriendo tenerte al lado o muy, muy lejos. No recuerdo la última vez que estar enamorada no fue así. 
    No recuerdo cuándo amar me hizo bien.


























    Media mañana en la ciudad y un tren que se va siempre. Ayer llovieron amuletos de la mala suerte. Hoy se prendieron lucecitas que se apagan siempre. Desaparece y aparece como vos la suerte. Todas las mañanas de mi vida me pregunto que sera de tus ojitos inocentes. Todas las tormentas y los soles que nos aman los olores y las flores de septiembre... ♪

    martes, 15 de octubre de 2013

    Que no salgo a buscarte porque sé, que corro el riesgo de encontrarte... ♪

    El Universo me está enviando señales confusas. 
    Hubo semanas enteras antes de conocerte, antes de esa noche de lluvia, antes de Buenos Aires, antes de todo, en las que caminando por la calle en mis recorridos habituales, o yendo a cursar en mis horarios normales o a pagar alguna cuota, recuperando alguna clase en particular por necesidad real, te veía casi todos los días, sin tener explicaciones lógicas por parte del mundo que me justificaran eso en forma racional. 
    Te veía cuando verte no importaba, cuando tu presencia solo hacía más lindo al panorama.
    Supongo que entonces, mi Destino me estaba preparando, convirtiéndote progresivamente en un usuario habitual de mi realidad, haciéndote parte -en algún plano aún lejano- de mi vida, anticipándome que faltaba poco para que llegaras hasta mí. 
    Inmediatamente después de que pasaste, el Universo puso a mi disposición un montón de posibilidades de verte que no eran obligatorias, pero estaban justificadas, dependía de mí tomarlas o no: yo las aproveché a todas. 
    Pasé el fin de semana largo mambeando tan mal... Intentando hacerme cargo del hecho de que aún sin conocerte demasiado, me basta conocerme a mí para asumir que seguramente sos mucho mejor persona que yo, y por ende: Te merecés el lugar que elegiste mantener, lejos mío. Pasé todo un feriado meditando el hecho de que, aunque me muera de ganas de vos, si me gustás tanto lo más justo para hacerte es no darte razones para acercarte más a mí. Me convencí de que sería mejor dejarte pasar, olvidarte, cortarte de raíz y no dejar que sigas creciendo dentro mío... porque dentro mío pasan cosas bizarras, oscuras, difíciles de comprender. 
    No soy una mala persona, pero hago cosas malas... o al menos, hago cosas en momentos malos, en lugares malos... no soy una mala persona, pero suelo lastimar. Yo creo en todos mis ideales y principios, defiendo y practico todas mis libertades... pero muy pocas de esas cosas que son base en mi forma de ser y pensar tienen el amparo del tradicionalismo de mi generación o sus anteriores. Muy pocas de las cosas que pienso, digo y hago están bien vistas por la gran mayoría de la sociedad. Muchas de las cosas que me caracterizan se adecuan a un tiempo y/o espacio que tal vez nunca voy a conocer. 
    No soy una mala persona y vos no sos una persona que razone como el grueso del mundo, así que podrías entender muchas de las cosas que podría contarte sobre mi pasado, sobre mi presente... podrías entender muchas, podrías justificar muchas... pero no todas. 
    Siempre llega un punto de quiebre para la gente que me conoce en serio, en el que comprenden que, o bien se parecen a mí -los menos- o bien, siempre van a estar lejos de entenderme, y -mucho más común- de a poco se dan cuenta de que odiarme y guardarme rencor es mucho más simple que intentar justificarme desde un punto de vista que ellos no comparten. 
    Las personas que más me aman en el mundo coinciden en que no es fácil quererme. 
    Quiero que me quieras. Quiero dar vuelta tu mundo y abrirte la cabeza, quiero mostrarte cosas que nadie más te va a mostrar, quiero volverte loco, enamorarte, enseñarle a tu cuerpo que puede amar sin dejar en pie ni uno solo de los límites que alguna vez se puso. Quiero dejar una huella en tu vida y en tu historia, quiero que sepas que no hay minas como yo. Quiero ver amor en esos ojos verdes cuando me miren. Quiero volver a probar esa boca. Quiero probar de nuevo esa boca... quiero besarte de nuevo. Me muero de ganas de verte, todo el tiempo, y cuando te veo: Quiero besarte de nuevo...
    ...Pero también quiero ser justa con vos, con ella: Quiero ser digna, quiero ser mejor que mis ganas, quiero tener más altura que mis instintos, ser más fuerte que mis impulsos. 
    Siguiendo esa dolorosa lógica llego a la irónica conclusión de que la única forma de merecerte, es dejarte ser lejos mío y no buscarte nunca más. 
    Entonces el Universo pone un feriado un lunes, quita los ensayos de los miércoles, jueves y sábados, me quita durante una semana entera toda chance justificada de verte, y vos te mantenés en absoluto silencio cibernético desde hace semanas. Me hace creer que dice 'Creé en esa decisión, si lo ves va a ser más difícil. No lo veas más, alejate.' 
    Pero llega una sola persona a hablarme sin que yo le diga nada, y esa sola persona me da una razón válida para verte miércoles, jueves, y me invita a una fiesta en un lugar muy alejado y muy nuestro, con muy poca gente conocida, el fin de semana, a la que vos ya confirmaste ir...
    El Universo me está enviando señales confusas. Ya no sé si me indica jugármela o hacerme a un costado. Confío más en el Destino que en mi: Así que lanzo una moneda...
    Si me decís que vas, y vas... te voy a salir a buscar con toda. Y sino.... sino te dejo en paz. 

    domingo, 6 de octubre de 2013

    You've got one night only, one night only, that's all you have to spare! ♪

    Tu novia no es una chica linda, no se viste bien, ni camina con gracia. No salen bien en las fotos, no quedan tiernos juntos: el desbalance es muy grande, cualquier hombre o mujer de tu club de fans lo puede confirmar. Pero debe ser una buena chica, eso sí se nota de lejos, y tal vez te hace reír. Si besa como mira    -y casi siempre es así-, no debe encender ningún fuego arrebatado, pero tal vez sí una pequeña llama controlada, como la hornalla que prendés todas las mañanas para desayunar. Tu novia a simple vista, no podría ser más normal si lo intentara: Estudia una carrera común, sus amigas son de esas que creen que juntarse sólo entre mujeres juega más. Tu novia tiene los pies en la Tierra, seguramente se preocupó cuando quedaste sin trabajo. Tal vez se organiza para pagar las cuentas, piensa a futuro, sueña que tal vez van a casarse y tener hijos, si no con vos, ¿con quién más podría ser? 
    Y se preocupa a diario por rendir materias, leer apuntes, sacar fotocopias, juntarse con grupos de estudio, salir con las chicas los fines de semana, promover, aprobar, avanzar todo el tiempo como está dictado que sea. Sólo tengo mi percepción para juzgarla, no la conozco, pero vos sí, y decime: ¿No es así? 
    Tu novia vive en el mundo real, y en el mundo real, es lógico que estés con ella. 
    "No me conocés." dijiste anoche, mirándome a los ojos, con una media sonrisa y la duda en las cejas mal disimulada: "No me conocés." dijiste, pero sin preguntar me estabas preguntando "¿Por qué entonces? ¿Por qué te afecto tanto?" 
    Tu novia vive en el mundo real, nació en el mundo real y en él se va a morir, cuando piensa, en su mente, prima la realidad. Pero en mi mente, yo vivo en un escenario. 
    Yo no nací, no me criaron, no me formé, cada vez sirvo menos, para el mundo real. Yo vivo para los musicales. Yo vivo en esas tierras lejanas y soñadas, reales o no, en las que importan las emociones fuertes, los climas variados, la superación constante, cantar cuando ya no se puede hablar, bailar cuando cantar no es suficiente. 
    Tu novia vive y piensa en un mundo dónde para el amor es importante ser compatibles, llevarse bien, tener tiempo de verse, poder compartir la vida cotidiana, los pequeños males de cada día aburrido. 
    Pero yo creo en los besos que paralizan al mundo, en cantar bajo la lluvia, en bailar con o sin música, en los diálogos con ritmo, en la pasión ante todo y todos.
    No te conozco, es cierto, pero me afecta. No te conozco, no tengo idea de quién fuiste toda tu vida, no sé qué hacés cuando no estás cerca mío, no sé en qué idioma habla tu mente, pero te quiero, pero estoy enamorada, pero creo, de entre todas las cosas estúpidas en las que creo a muerte, en el amor a primera vista. Creo en el salto que dió mi estómago la primera vez que te vi, creo en cómo vibré por dentro la primera vez que oí tu voz, creo en el recuerdo perfecto del primer beso que me diste. No te amé en ese momento, pero supe que algún día te iba a amar... me pasó otras veces ya. Mi instinto nunca se equivoca. 
    No te conozco, pero Romeo y Julieta se ven solo dos veces antes de casarse, cuatro antes de morir por el otro. Marius apenas conoce a Cosette antes de dejar morir a sus amigos e ideales por una vida con ella. Johanna ni siquiera le habla a Anthony antes de confiar ciegamente en él para que la rescate y la haga libre. Y Christine, predestinada a amar al Fantasma, como Mina al Conde, aún sin quererlo, sólo por la química, sin poder evitarlo ninguna de las dos. Y Quasimodo ve bailar a Esmeralda una sola vez, y eso le basta para morir con ella. Y Satine? Sabiéndose tan cerca de la muerte, sacrifica su sueño de actriz sólo por Christian. Y ni hablar de las princesas, ni de Jazmín, ni de Aurora, de Blancanieves ni de Ariel, o Pocahontas.
    Disney y Broadway, y Europa también, me enseñaron a creer en el amor a primera vista. 
    Me enseñaron a jugármela a morir por una sensación cálida en el pecho. A seguir a mis impulsos cuando me dicen que avance, a dar todo por amor. A entregarme, a dejarme ser. 
    Tu novia vive en el mundo real, pero yo no, y mi mundo me enseñó a amarte mucho antes de plantarte frente a mí. 
    No te conozco, por lógica general, no debería afectarme casi nada el hecho de verte, pero por lógica de musical, cada vez que te veo me asesinás un poco. No te conozco, pero cada vez que me decís que 'No' tus ojos se vuelven un poco más verdes. No te conozco, pero quemás. 
    Viviste muchos años en el mundo real, naciste ahí. Pero tenés un pie adentro de mi mundo, medio cuerpo todavía en la escalera que baja a la platea, pero la otra mitad en el proscenio. 
    Nunca pude vivir en los dos, ya lo intenté. ¿Cómo podés vos? 
    Tu novia tiene los pies sobre la Tierra, yo tengo los pies sobre madera con rebote. Tu novia vive en el mundo real, yo en muchos mundos imaginarios. Tu novia habla y yo canto, ella camina y yo bailo. 
    Tu novia es todos tus días, y yo fui una sola de tus noches. Tu relación con ella es privada, nosotros siempre tenemos público. 
    Nunca te pedí que la dejes, ni que le cuentes lo que pasó, nunca te pedí que seas mío, ni que prometas que alguna vez lo vas a ser. Nunca te pido que me expliques nada, nunca te pido una razón, ni una excusa. Nunca te voy a pedir que me des nada que no quieras darme, nunca te voy a pedir nada excepto que seas feliz. 
    Acepté nuestra única noche de gloria desde el principio, sabiendo que una sola noche bastaba para matarme un poco, para enamorarme mucho, para atarme a tu recuerdo. Yo siempre supe que no eras mío y que no lo podías ser. Yo nunca, yo siempre, yo nada... y me sigo preguntando, cómo te pregunté anoche y no supiste responder: 
    Si yo ya sé todo eso, y no te pregunto nada, cuando me enumerás sin descanso todas y cada una de las razones por las cuales no podés estar conmigo bajo ningún pretexto:
    ¿Es a mí o a vos a quién querés convencer?

    jueves, 3 de octubre de 2013

    Hey you! don't tell me there's no hope at all! ♪

    Salí de mi mente un minuto. No te conozco, sé tan poco de vos... no tenés derecho alguno a afectarme. 
    Me estás castigando, ¿Por qué es? ¿Fue algo que hice o dije, que te molestó? ¿O me estás ignorando porque al verme recordás que para ser amigos tenemos que esforzarnos?
    Por una vez en la vida yo estoy haciendo todo, pero TODO perfectamente bien. Ahorrándome cada impulso estúpido y negativo que me surge cuando me dolés un poco, sonriendo como una lady, callándome, mostrándome sola, haciéndote quedar bien cada vez que me preguntan al respecto de esa noche. El karma está tan orgulloso de mí que me mandó a un flaco lindo y servido en bandeja de regalo... pero es tan tonto... y vos sos tan... soñado. 
    Corté con Blackjack un viernes a la noche, y ayer ya estaba de nuevo en su cama, acostada, admirando lo lindo que es, intentando recordar por qué lo odio tanto cuando no lo tengo en frente. Le dejé tantas cosas en claro otra vez, me dio la razón por casi todas. Dice que no puede ser mi juguete, pero le digo que él se puso solito en ese papel, que yo quería darle otro y no me dejó, que ahora no se queje, admite que es cierto... Y de todos modos, si reclamara ese papel ahora, ya no querría dárselo. A veces abrís la boca y escucho mis pensamientos dichos con voz de locutor. A veces abrís la boca para fines más explícitos, y tu forma de besar también salió de mi cerebro. Pero a veces también sos un idiota, y el miedo se apodera de vos, y me pasás por al lado, me mirás, y con un saludo general seguís de largo... No quiero que sigas de largo. No quiero pasar de esto... se siente tan viejo este dolor, pero por alguien tan nuevo... 
    Si te vas a ir, por favor: Llevame con vos.

    Hey you! out there in the cold, getting lonely, getting old, can you feel me? ♪ 

    jueves, 26 de septiembre de 2013

    Si anda rondando la felicidad no tengas tanto temor de cambiar... Vas a bailar, como si fuera la última noche! ♪

    ¿Sabés cuál es una de las cosas que más me gusta de la danza clásica? El hecho de que con solo ver a alguien haciendo una clase, podés percibir un reflejo perfecto de cómo es esa persona en la vida.
    Cuando yo hago una clase, por ejemplo, puede percibirse lo buena que es mi memoria, tal vez no se note tanto en cuanto a recordar una secuencia muy reciente, (ahí en particular, se nota más lo dispersa que puede ser mi línea de pensamiento, afectando a mi concentración...) pero sí se me va a ver todas las veces recordando y poniendo en práctica pequeños consejos y detalles que tal vez fueron mencionados hace dos o tres clases, y ya todo el resto de la gente olvidó. Cuando yo hago una clase se nota mi lucha constante contra mi misma, las ganas eternas que tengo de ser mejor que yo. Cuando yo hago una clase, se nota mi alma de docente, mi capacidad de observación, la forma en la que siempre estoy necesitando que todo a mi al rededor sea tan bueno como tenga el potencial de ser. Cuando yo hago una clase, se nota cómo los únicos momentos en los que llego a ser brillante, son esos en los que logro un balance perfecto entre todo lo que pensé tan fríamente durante tanto tiempo, y eso que me nace hacer en caliente, cuando simplemente me dejo ser. Cuando yo hago una clase, se nota lo mucho que me cuesta cambiar mis bases de pensamiento, sin importar cuántas veces me lleven al mismo error.  
    En 19 años de vida, y casi tres años de cursar clases de danza clásica, he podido ver a muchísimas clases de bailarines/as, reflejando a muchísimas clases de gente. Vi de esos que bailan y viven aceleradísimos, que no pueden ni hablar ni pensar en cámara lenta, que pueden ir a velocidades que ningún humano normal maneja, pero no saben hacer algo tan simple como parar. Vi de esos cuya obsesión por llegar a ser perfectos al bailar, termina haciendo que danza y vida sean lo mismo, pero a la vez se parezcan cada vez más a la estática, y a la muerte. Vi de esos que no avanzan jamás porque hacen todo por inercia, dejando que pase el tiempo, sin detenerse a pensar un segundo en qué es lo que sienten a cada momento. Vi de esos atolondrados y ansiosos que queman etapas porque quieren llegar directamente a la meta, sin valorar casi nada al camino, tarde o temprano terminan lesionándose siempre. Vi de esos mandados que, sin tener demasiada idea sobre cómo hacer, simplemente hacen, y su valentía los hace pasar por buenos... esa suerte de principiantes sólo es sostenible en el tiempo como algo positivo, cuando se la ve acompañada de constancia y dedicación, sino pasa a convertirse en deja vu. Y vi de esos que, habiendo aprendido lo que tienen que hacer y cómo hacerlo, pudiendo ser mejores que sí mismos y que el resto, se estancan en el terror a equivocarse, y denotan inseguridad en cada uno de sus movimientos, haciéndolos parecer erróneos aún cuando son correctos. 
    A lo largo de todas las horas de danza que viví, conocí a toda clase de bailarines, reflejando a su vez a toda clase de gente... muchos de esos estilos me cayeron bien, muchos me molestaron, muchos otros me pasaron desapercibidos, y algunos pocos se me grabaron a fuego como destacables... la clase de bailarín que demostraste ser hoy, sí que fue destacable.
    La tuya es una de esas pocas formas de bailar, cuya descripción es terriblemente corta, lineal y certera como metáfora para una forma de vivir... No sé exactamente qué clase de bailarín sos cuando bailás solo, cuando te miro, sos perfeccionista, pero te enojás muy fácil con vos si algo no sale como querés a la primera, al parecer sos alguien que no se rinde fácil, pero a quién no le gusta perder con público. Sos alguien cuyo encanto radica mucho más en el sentimiento que en el conocimiento. Como bailarín, entonces, sos de una clase que en general me cae bien. 
    ...Pero no fue como bailarín que destacaste entre mis opciones, creando tal vez una nueva, que hasta ahora nunca había clasificado mentalmente, al fin y al cabo, no conozco demasiado sobre vos como persona, así que no, no te juzgo como bailarín solista. Pero como partenaire... 
    Una de las cosas que más me gusta de la danza clásica, es que con solo bailar con alguien, podés percibir un reflejo perfecto de cómo es esa persona, así que me pregunto, basándome en mi experiencia personal con vos, basándome en siete meses de histeria mutua, y en siete segundos de darte la mano para hacer una diagonal de 'Jassé - Paso - Paso - Grand Jeté', decime nene:
    ¿Siempre sos de esos que hacen todos los pasos previos, pero no se animan a dar el gran salto?



    Te quiero oír respirar, quiero abrazarte y sentirte vibrar, no hay que viajar a otra dimensión,  para escuchar lo que suena mejor, dentro tuyo. Vas a bailar, como si fuera la última noche... Si ser lo mismo es virtud, vos sabés bien que también es quietud... ♪

    martes, 24 de septiembre de 2013

    Aunque en parte soy juez de un 'nunca', de un 'tal vez', de un 'no sé', de un 'después', de un 'qué pronto'... ♪

    Tengo que dejar de tener miedo de escribirte acá. Tengo que animarme a admitir que estás pasando, no convencerme de que si te nombro en voz alta, por escrito, vas a desaparecer. Tengo que decidir por dónde empezar a explicarte, tengo que pensar en mí a futuro, cuando quiera releer esa historia voy a querer haberla escrito, así que escribo: 
    Yo sí me acuerdo de la primera vez que te vi, fue en Marzo, y lo recuerdo porque había esperado tanto esa reunión de bienvenida que los días anteriores no podía ni dormir de la ansiedad. Llegué última, porque todavía cursaba en esa cárcel... estaba tan nerviosa que busqué entre la gente todas las caras conocidas que pudiera encontrar, pero en el proceso me encontré tu cara, y eras tan lindo que dejé de buscar más... tenías puesto un traje y no tenía sentido, con esa cara de pendejo... Me acuerdo de haberle pedido a todos los dioses habidos y por haber que el discurso que estaban por dar los directores te convenciera, porque valdría la pena volverte a ver. Y cuando empezaron a explicar que no íbamos a poder salir de la Institución en los recreos, ella dijo "Vamos a estar juntitos, juntitos, juntitos!" y preguntaste 'Y si se prende fuego el lugar?!' "...juntitos, juntitos, juntitos!" la gente se rió, yo también, aproveché el momento para poder mirarte sin disimulo: tu sonrisa esa vez se me quedó grabada a fuego en la memoria... esa fue la primera vez que oí tu voz. 
    Me acuerdo que la primera vez que vos me viste, calculo, no fue esa, sino casi un mes después, en la Fiesta de Inauguración... el discurso te había convencido, al fin y al cabo, tal vez tanto como a mí. Me acuerdo porque desde que entré hasta que fui a sentarme cerca tuyo al lado de una amiga, no paraste de mirarme. De hecho, me miraste con tanta insistencia que me causó gracia, pregunté "Em, hola?" y te cambió la cara, sonreíste y te acercaste a saludar... En ese momento tal vez fue cuando decidí que no me iba a morir sin antes haberte besado alguna vez. Pasó algún tiempo antes de verte de nuevo, nunca perdí de vista la chance de verte de vez en cuando, siempre que tuve que ir en tu turno, lo calculé... pero estuve tanto tiempo convencida de que debías estar hecho de nada, que verte o no en realidad no importaba demasiado, sólo decoraba mi paisaje. La siguiente vez que te vi fue en un seminario de danza jazz, pero no creo que me hayas notado demasiado, a mí la coreógrafa de Piquín me soltó que yo seguramente había bailado toda mi vida... el mundo entonces pasó a ser tan irrelevante... importábamos solo la danza y yo. Cuando me iba me miraste, eso sí lo noté, pero no importó... que me miraras o no, todavía no importaba. 
    ¿Cuántas veces te vi de reojo antes de necesitar mirarte? ¿Cuántas veces me habrás visto de reojo antes de necesitar averiguar mi nombre? Porque de eso también me acuerdo: La primera vez que me dijiste "Pauli" nunca me lo habías preguntado. "<Pauli>... nadie nunca me dice <Pauli>" 'Cómo <Nadie>? YO te digo Pauli!' ¿En qué momento se te habrá hecho obvia la histeria, tan obvia como a mí? ¿Fue cuando bailamos juntos por primera vez? ¿Fue la primera vez que tuviste una excusa para tocarme la piel? ¿O cuando nos vimos como una sola línea en el espejo? O tal vez fue antes de eso... cuando pasaste por al lado mío una y otra vez aunque ya estabas en horario de clases, hasta lograr que te saludara. ¿Cuántas veces me buscaste antes de encontrarme? ¿Cuántas veces te busqué antes de encontrarte? 
    ¿Cuántas veces nos miramos a los ojos, cruzamos algunas pocas palabras, sonreímos, y sólo con eso el mundo al rededor dejó de figurar? 
    Quería que pasaras, siempre quise que me pasaras, y te hice pasar... o al menos ese era el plan inicial, lo que no esperaba era que me pasaras... tanto?. El mérito ahí sí: Es puramente tuyo. Gustarme tanto es culpa tuya. Enamorarme así.... ¿Perdón? Cambiemos de tema. 
    Y entonces pisamos juntos la ciudad que nunca duerme... nos dejamos fascinar por esas calles de colores, por un teatro... por dos teatros, dos. ¿Quién iba a mandar a dos actores a meterse juntos a dos teatros a falta de uno? Después de eso es casi inevitable... 
    Y al final llega una noche en la que llueve, y yo que justo estoy en proceso de volver a amigarme con la lluvia... mencioné ya que me prometieron un paragüas rojo? Me compran tan fácil... Y fingiste ser mi amigo toda la noche, pero exactamente diez segundos después de que ella se fue, te tenía sentado al lado hablándome sólo a mí, mirándome sólo a mí, buscando nuevas excusas para rozarme, necesitando comprobar que estaba ahí. 
    En la oscuridad a veces me manejo mejor... te convencí con tres simples vicios de que estoy llena de sorpresas que pueden hacer reventar cada uno de tus esquemas. Y cuando salimos a la calle me dijiste que no querías sonar telenovelero, pero que no podías, no podías... y es que nadie te había preguntado si podías, ¿si podías qué? Fue un sincericidio... así que respondí de la misma forma: Mirándote la boca al responderte 'Viví ahora, sino cuándo lo vas a hacer?' Y eso bastó para que vinieras conmigo... eso, todo lo demás. La gente nos vio irnos juntos... ¿Cuándo habremos sido obvios por primera vez para el mundo? ¿Cuántas veces se habrán sentido ignorados todos, cuando los ignorábamos? Me gusta más cuando nadie nos ve, cuando nadie puede vernos. Cuando nadie sabe qué fue de ella o de él. 
    Y me acuerdo de la primera vez que nos besamos, me acuerdo porque me besaste vos. Primero me buscaste vos, siempre me hablás primero vos, y te acercás primero vos... me besaste primero vos. Y vos dijiste primero lo que los dos estábamos pensando: 
    "Te miro y siento que sos alguien que podría volarme la cabeza... y no te conozco. ¿Te das cuenta de que no nos conocemos en lo más mínimo?" 
    Y es cierto, no nos conocemos. Pero vos me buscás, y yo te dejo encontrarme. Siempre vos me buscás, y yo siempre te dejo encontrarme. No nos conocemos, pero eso es fácil de cambiar: Conocernos más lo podemos hacer sólo hablando, con algo de tiempo... Conocernos más lo podemos hacer. Lo que no podés hacer es dejar de buscarme, y lo que yo no puedo hacer es dejar de hacer que me encuentres. 
    Así que hacé lo que mejor te sale hacer conmigo: Buscame, pendejo, buscame, porque no hay nada que quiera en este momento, más que dejarte encontrarme. 

    domingo, 15 de septiembre de 2013

    What's new Buenos Aires? I'm new. I wanna say I'm just a little stuck on you... you'll be on me too! ♪

    Me pregunté no hace mucho cuántas sonrisas perfectas de un partenaire improvisado harían falta para opacar a B... Creo que B se opacó solo. Creo que con las mismas manos con las que puede crear belleza y arte, o tocarme en el lugar justo en el momento justo, puede pintar mediocridad y llamarla 'obra', o destruir todo lo que toca. Nunca le mentí... le aclaré una y mil veces que lo que yo quisiera darle iba a depender siempre más de él que de mí, que mientras él quisiera ser feliz, yo iba a querer ayudarlo a serlo... Pero ahora creo que era cierto: El Blackjack que me vendieron al principio sí apuesta a perder, y no quiere ser feliz. Y no era cierto cuando me decía que no era de esas personas que duermen hasta las tres de la tarde... o tal vez sí. Tal vez todos sus personajes son ciertos, tal vez ni él sabe quién es en realidad. 
    Un camaleón daltónico... él lo dijo primero. Alguien que se camufla con quien sea que esté, y mientras creí en el camuflaje que adoptaba conmigo, fui feliz, sentí principio, sentí afecto que iba a durar. 
    Pero ya no creo en nada de lo que me dice... ni en lo bueno, ni en lo malo. Ni en las cosas que me hacen reír en voz alta, ni en esas que me hacen odiarlo y hartarme de él. Todavía su presencia me da calma por momentos, todavía prefiero el calor de un abrazo suyo a sentirme triste y sola... no por el contenido, más que nada por el envase. 
    Era una promesa de algo mejor, y lo reduje en mi mente a un muñeco de torta... Pasó de un Blackjack enigmático y lindo, interesante y mandado, a ser un simple Toy Boy... al fin y al cabo siempre tuvo nombre de juego de mesa para mí, o de juguete... tal vez mi subconsciente nunca lo tomó del todo en serio. Me pregunto a veces cómo algo tan lindo pudo volverse tan malo, como un principio de hace tan poco se siente tan lejano... Creo que realmente se esforzó por perderme. Y creo que le duele saber que me perdió, y que por momentos siente que es mentira, que sigo estando ahí para él, igual que antes, que quiero parecer fuerte pero estoy enamorada de él... Y entonces sé que nunca llegó a conocerme. Que nunca me va a volver a importar lo suficiente como para llegar a conocerlo. Que antes cada palabra que salía de su boca era oro para mí, y ahora... ahora, desnuda en su cama, las últimas veces que soltó su verborragia, cerré los ojos y supliqué 'Shhh!', y él dijo "Ey! Si no querés escucharme no vengas a verme!" pero, ey, no es para escucharlo que sigo yendo a verlo.

    Fueron una noche y un día enteros de llorar en continuado, sin poder parar. Y lo cierto es que alguna vez él llegó a atrapar mis lágrimas. Otras, no tuvo idea. Mr. Fate me escuchó descargarme, mi hermana adoptiva me leyó aún más... y no le hablé demasiado a Alice sobre el tema. No quería hablar con nadie, en verdad, con ninguna persona que conociera, con ningún amigo de los de siempre... busqué algo de consuelo en mandarle algún mensaje al Roadie Boy, y él siempre, siempre contesta. Siempre me hace sonreír aunque sea un poco. Tal vez necesitaba seriamente abrazar a un huargo dorado durante diez minutos de calma... 
    ...me sentí muy rota de nuevo. Muy lastimada otra vez por esos de quién menos lo esperaba. Desplazada, dejada de lado, decepcionada... tenía razones para creerlo así en serio. Pero ahora sé que eran exactamente las mismas razones que tengo ahora para creer justamente lo contrario. Mi dolor era real, pero también lo es mi miedo. No soporto fallar, nunca supe manejarlo... Creí que me habían fallado, o que había fallado yo, pero tal vez, sólo era miedo de fallar más adelante. Creo que a esta altura, haya sido como haya sido, por las razones que fueran, es como es, y siempre supe crecer y adaptarme, siempre estoy en constante evolución sobre mi misma: Así que voy a tomarlo como un desafío enorme, y como una posibilidad de brillar y ser mejor de lo que nunca fui. De probarnos al mundo y a mí que ya estoy lista para ser algo más.

    Y entonces volví a la ciudad que nos imanta a todos los artistas, la nave madre, la sede principal del arte en este país, y una obra de arte en sí misma. Volví a Buenos Aires y a tener apenas unos segundos más para empezar a recorrerla, para volverme a fascinar. Volví a sus carteles hechos de luz y color, a sus edificios antiguos e inmensos, a sus parques enormes, a sus calles estrechas, a su calle 42 hecha a escala. 
    ¿Cuánto tiempo voy a poder seguir esquivándola antes de rendirme a sus pies? Todavía puede esperarme la ciudad que no espera a nadie, porque tal vez... tal vez por su culpa yo espero a alguien más. 

    ¿Cuántas sonrisas perfectas podían quemar mis ojos antes de llegar a opacar a un chico que no esperaba nada de mí, más que que fuera yo? Blackjack me quería a mí por ser yo, el Toy Boy en el que se convirtió no para de pedirme que actúe cada vez más distinto de lo que soy en verdad... actuar para él no me importa, mientras me dé lo que quiero y nada más.
    Blackjack se opacó solo mucho antes, pero esa sonrisa perfecta, opaca en mi paisaje a todo lo demás. 
    ¿Cuántas veces pueden desarmarme esos ojos verdes antes de que aprenda a sostenerles la mirada, sin dejarme imantar por esa boca? ¿Cuántas veces puede una intentar enseñarle a bailar a un partenaire improvisado, antes de que deje de ser un Cascanueces para convertirse en Príncipe? ¿Cuántas excusas malas puede inventar para agarrarme el brazo o tocar mi mano, antes de tener que decirme que simplemente quiere hacerlo? ¿Cuántas excusas puedo inventar para hablarle, antes de llegar a decirle que simplemente me gusta su voz? 
    Me tomó muchos meses de pensar que debía ser un envase hermoso y bien vestido, que escondía en su interior a la más absoluta y patética huequés, antes de empezar a creer que detrás esos ojos hay una mente que puede estar maquinando cosas mucho más interesantes de las que escuché en mucho tiempo. Porque Rosario es un pañuelo, conoce a mucha gente en común... porque Rosario es un pañuelo, sé que va a haber muchas idas y vueltas, imperfecciones y noches de desconcierto antes de que arranque siquiera un principio... pero así empiezan a empezar las mejores historias. Porque Rosario es un pañuelo, conoce a otro chico de lo más complicado en mi vida, al único con quién también pensé al hablarle bien por primera vez "Ey... con él no quiero una noche... sino una vida". Porque Rosario es un pañuelo, conoce a Histeria, y por momentos me resultan muy similares... cuando pregunté si lo conocía, dijo 'Es ese rubio bajito, no?' y en mi mente yo reí, porque en verdad miden lo mismo, pero ahora el Cascanueces solo es un muñeco, si se convirtiera en Príncipe, podría llegar a ser mucho, mucho más alto. 



    Fill me up with your heat, with your noise, with your dirt, overdo me! Let me dance to your beat, make it loud, let it hurt, run it through me! Don't hold back, you are certain to impress. Tell the driver this is where I'm staying: Hello, Buenos Aires! ♪