miércoles, 31 de julio de 2013

I'm talking every word for all the boys. Electric girls with worn down toys. Make it up, break it up, what do you care? ♪

Cuando dejo de perseguir al pasado, el pasado me persigue (obviamente, no la parte que yo quisiera, no funciona así). Hipsterboy logra convencerme de juntarnos a hablar, asegura tener algo nuevo para decir, pero sobre todo: Me lleva a ver Wolverine Inmortal y paga él (como todo chico hollywood debería hacer cuando convence a una chica de salir). 
Me siento en una mesa del bar a comer un almuerzo improvisado y le digo que tiene veinte minutos para hablar antes de que empiece la película. Me cuesta acordarme, como siempre con él, como siempre que suena buena música... como siempre que no me importa demasiado. Pareciera que una vez que volqué mis experiencias en palabras después ya no puedo volver a formularlas. Dijo que solo necesitaba decirme dos cosas.

La primera: Que tengo algo que le vuela la cabeza y no lo entiende, que incluso habló de eso con su psicólogo (la idea me inquietó un poco), y que eso le gusta y le molesta a la vez, como siempre fue... Pero que ya no se siente exactamente igual que antes con respecto a mí, porque pasó mucho tiempo, porque la situación es muy distinta... Le creí. 
Sé que aún le gusto, pero no tiene por qué seguir queriéndome así. Me dijo "Ya entendí que de un modo u otro siempre vas a ser inalcanzable para mí"... pasado ese punto, entendió también que ahora sólo nos queda agotar opciones para sobrellevar  -y eventualmente superar- la relación enfermiza que igual tenemos, eternamente.
La segunda: ...la segunda me la guardo para mí, porque todavía no decidí qué hacer con eso. Dijo "Creo que ya sé cómo resolver esta relación enferma que tenemos, cómo darle un cierre...". Y lo que él se convenció de que sería un final definitivo, para mí podría tranquilamente ser un principio de algo aún más enfermizo, de algo peor. 

Durante sus veinte minutos de habla, me dijo otra vez que parezco ser dos personas muy distintas, sobria o ebria, le digo que soy la misma, casi sin filtro social, o sin filtros por completo. Dice que tiene sentido, pero que igual no va a repetirme las cosas que le dije estando ebria la última vez (las cuales, para variar, no puedo recordar), dice que nunca se anima a creerme cuando le hablo en ese estado. Le digo que no me crea nada, que sobria soy muy sincera, pero ebria no sé. Pregunta "No era que ebria no tenías filtros ni inhibiciones?" le digo que justamente por eso puedo ser mucho más exagerada. Le digo que sobria, contra todo pronóstico, lo quiero, y me importa lo suficiente como para no lastimarlo, que ese es mi filtro, el que me impide jugarlo todo el tiempo. Recuerdo haberle dicho a Histeria también que no me crea nada de lo que le digo estando ebria... probablemente al decirle eso fue la única vez que le mentí.  
Pausa de otros veinte minutos para pelear a muerte con mi pequeño caniche ninja... creo que ganó él, porque yo me retiré agotada. No es normal que un animalito que no llega a pesar 3,5 kg retenga tanta furia visceral desde su pancita. Con lo que me mordió las manos puede que me cueste tipear (?), y que me cueste retomar el hilo de lo que estaba escribiendo antes...

Retomo desde esa cuestión de ser inalcanzable para él, yo también lo creo así muchas veces, para él, para casi todos. No desde el punto de vista de ser un ser superior, o una femme fatale, sino porque la verdad con él, o con algún otro, podría haber hecho una buena pareja, podría haber funcionado, podría haber sido feliz. Todavía podría. Con él, con alguno más. 
Pero no me dejo convencer hasta ese punto, algo en mí me lo impide: Entregarme, jugarmela, dejarme vivir un error hasta que se convierta en acierto. Aunque mi cuerpo esté ahí, en el parque, en el cine, en la charla, o en la cama, mi mente casi siempre está en otra parte.
La parte de mí que se encarga de hacer coordinar el amor con el enamoramiento se esconde en algún rinconcito muy oscuro y laberíntico de mi cerebro y se rehúsa a irse de ahí, llegado el caso, de ser necesario muerde y ataca al subconsciente con pequeños retazos oscuros de la última vez que se dignó a salir, y ahí se queda. Atrapada por voluntad propia o por miedo, por sentido común o instinto. Sobre todo por instinto. 

Siempre sostuve muy firmemente que amar y estar enamorada son dos sensaciones muy distintas. En mi caso, el enamoramiento es puro instinto animal: Alguna atracción inexplicable hacia alguien que me nace en las entrañas de un momento a otro y que me hace sentirme idiota todo el tiempo cuando esa persona está cerca. Que me hace reír, y perder toda capacidad de ser naturalmente atrayente, con cualquiera puedo hablar y sonar interesante sin siquiera proponermelo, pero si estoy enamorada... cada palabra es calculada, cada movimiento, todo en mí vuelve a tener 15 años. Y pienso en él todo el tiempo, y tal vez hasta sueño, y lo extraño al segundo de dejar de verlo, y a mis ojos, parece perfecto. 
El enamoramiento, de más está decir, es algo que dura poco. Al menos en ese estado tan puro y lamentable, puede durar hasta que ese alguien me de bola, y después, solo un mes o dos más, hasta mutar en algo mucho más maduro y decente, and yet, mucho más aburrido. 

Amar es otra cosa. No amo a mucha gente. Amo a mi mamá, a mi mejor amigo, a mi golden, mal que mal, a mis hermanas (la biológica y la casi adoptiva). Amar va más allá de querer mucho. Amar para mí es la necesidad de ser incondicional en todo momento. Y un impulso interno constante de proteger, de todo mal posible, de sí mismos, de mí. Cuando realmente amo a alguien le dejo involuntariamente una parte de mí, y me vuelvo más frágil, más vulnerable y a la vez, más completa. Cuando amo a alguien me importa y me duele, cada acción, cada palabra, o me hace feliz cada gesto, cada declaración. Cuando amo a alguien por lo general se crea con esa persona una conexión imposible de descifrar por cualquier otro mortal, pero yo la entiendo. Cuando amo a alguien de verdad, no lo dudo, lo sé y es algo muy difícil de alterar. Amando puedo juzgar, y criticar, pero el amor sigue. Amando puedo odiar. 
Amando me es más fácil empezar a odiar que dejar de amar. Y cuando dejo de amar... una versión de mí muere, y nace otra: Más cínica, más triste, y más centrada en las artes que en las personas. A veces amar es tan agotador que aniquila al enamoramiento.

En mi vida estuve enamorada muchas veces. De cada uno de mis novios. De muchos de mis mejores amigos. De gente que apenas conocí. Y más de una vez dije amar sin sentirlo, a veces creyendo que era cierto, otras, sabiendo que no, pero queriendo hacerlo. Pero, así como amar, en toda mi vida solo amé a dos personas de las que también estaba enamorada: 

El primero, el Pequeño Caos. Cuando lo empecé a amar, yo era una estúpida con potencial. No era normal, pero quería ser distinta, que se notara. Tenía el pelo hasta la mitad de la espalda, todas mis remeras tenían el mismo corte, en colores vivos. Ya era un poco histérica, pero bastante inocente. No había probado ninguna droga más que el alcohol caro. Recién me hacía vegetariana. Cuando lo dejé de amar, se murió por completo esa versión de mí, para esa altura tenía el pelo a la nuca y de colores, mi ropa era oscura, mi histeria le llevaba mucha ventaja a mi inocencia, ya no quería saber nada ni de drogas ni de alcohol, y recién me hacía bulímica. 
Y el segundo, mi Karma hecho a medida. Lo paradójico de él, es que me empezó a amar cuando yo no conocía al otro, y me dejó de amar cuando empecé a amarlo a él. Para dejar de amarlo a él también hubo llantos, y nauseas, y ataques de pánico, y pesadillas, y música triste... por un tiempo. Después mi sistema inmunológico colapsó desde adentro y vino todo lo demás: La internación, los chicos de rebound, este blog. Murió la versión de mí que confiaba en el estar destinados, en el amor de por vida, en la adoración mutua, en todo lo que pudieran decir esos ojos negros con su mirada transparente. Nació algo más fuerte, más talentoso, más brillante y mucho más solitario. 
Nació una versión de mí que ya no envidia al ave fénix, porque estar vivo es hermoso, pero el fuego quema demasiado, el segundo de la muerte duele, y después las cenizas no te dejan respirar. 

Nació una versión, en fin, que ya no se deja alcanzar por un actor con tanto talento como falta de voluntad para hacerlo valer, o por un guitarrista deprimido y deprimente, o por un fotógrafo que eligió esa profesión como excusa para no tener que ver pasar la vida con sus propios ojos... o siquiera por un arquitecto que sólo construye en mi vida estructuras perfectas y estables. 
Esta versión de mí me gusta tanto por sí sola que no me animo a dejar que nadie la alcance, quién se acerque lo suficiente como para lograr alcanzarme, well, también puede alejarse después hasta ser inalcanzable, y no: 
Esta versión de mí no se quiere morir. 

lunes, 22 de julio de 2013

"New is always better".

Mr. Hollywood agoniza durante varias semanas, y finalmente muere degollado en litros de sangre, cuando dice que el capítulo de Pai Mei es predecible y fácil. El apodo cae con fuerza, el casi.título también. Vuelve a ser -como viene siendo hace un tiempo- el mismo chico insulso e inseguro que nunca se esforzó lo suficiente por mí como para siquiera conseguir un alias decente en mi blog, se transforma de nuevo en un NN cibernético. No quiero estar con eso, Hollywood era nuevo, desconocido, encantador... este viejo conocido me aburre hasta la médula. 
Pero nunca me gustaron las charlas de ruptura, se sienten como hablarle a un condenado a la horca, así que tomo la decisión más madura y seria posible: Esperar a tener esa charla cuando los dos estemos muy ebrios... o por lo menos yo.
Tras varias horas de fernet, champagne caro y hablar en un gallego o cubano altamente dudosos, me acerco y le digo "Sabés que tenemos que cortar, no?" "Sí" dice él. Le doy la oportunidad de arrepentirse, no quiere, la reitero, no quiere, yo soy libre then, y él me mira alejarme y me pierde sin pelear por segunda vez (sí, hablamos del mismo que 'Está enamorado de mí desde hace varios años')... Así que hago lo mismo que todas las veces que estoy libre y ebria: 
Hablar sobre comics con Hipsterman, y olvidar toda parte de la conversación que no me convenga, para volver a la realidad a la madrugada, con menos ropa de la esperada, y con ganas desesperadas de irme a dormir. Mc Hipster me pide que hablemos al día siguiente... 
De noche fue divertido, en la mañana, es otro deja vu viejo y usado, nada que me interese revivir. 

El Chico Nuevo es mejor. Ese que es tan reciente que sólo lo conozco en la superficie, él, cuya profundidad está tan oculta que promete ser maravillosa. Él que está tan sin estrenar que aparenta ser perfecto, que con su sola aparición, me hace sonreír. Él que no sé si me daría bola, él al que no sabría cómo conquistar si me propusiera buscarlo. Perfeccionista y dedicado, pero fiestero y tranquilo a la vez. Estudia una de las carreras con las que soñé, y se dedica en su tiempo libre a la carrera que yo elegí. Tiene una pasión que lo hace reír y llorar (tener algo como eso puede llegar a ser TAN importante...). Y aprende rápido,  baila conmigo y lo puede manejar, bailar conmigo le encanta, a mi me encanta él. Porque siendo su imágen en mi mente tan nueva, la realidad aún no la pudo pervertir y corroer, es Dorian antes de Henry. En este momento huele tanto a principio que ni siquiera en lo más lejano del horizonte se puede antever un final predecible, lleno de rutina y hastío. El Chico Nuevo, el que logra cosas geniales en muy poco tiempo. 
Y el Roadie Boy.... bueno, él no es tan nuevo, lo conozco hace tanto como a NNexHollywood... pero nunca lo conocí tanto en serio. Nunca estuvimos siquiera al borde. Prometió cocinarme algo rico y vegetariano y dármelo en un tupper, a cambio de que le preste Reservoir Dogs. 
Es alguien que si bien nunca está en mi primer plano, desde alguna esquina o al fondo, logra hacerme sonreír. Es uno de esos personajes secundarios que, cuando el protagonista no motiva demasiado, se roban la película. Es alguien que, por no ser particularmente especial para mí, si destacaba podía hacerme notar cuán fácil de opacar en mi vida era alguien a quien le estaba dando demasiado protagonismo. 
Estoy en un punto de mi vida en el que, francamente, no me banco nada que me tire para abajo. Por primera vez, y eso es cierto: POR.PRIMERA.VEZ, estoy en el lugar exacto en el que quiero y debo estar. Por primera vez me están valorando por ser lo que fui siempre, me están dando un lugar que me merezco hace mucho. Me van a dar la oportunidad de resaltar, no se exactamente cómo, ni cuánto, pero sé que es así, y que la voy a aprovechar. 
Y cuando yo resalte, va a estar en el público la gente que yo merezco ahí: Los que me ayudan a crecer, todos los días. No quiero en una de esas butacas ver a un lastre que aplauda con ojos tristes. No quiero sonrisas falsas. Quiero gente que esté tan orgullosa de mí como yo en este momento. 

Audioperceptiva: Sos una de las mejores alumnas que tengo en esta materia, en toda la escuela. Te sacaste uno de los pocos 100 que hubo en el examen  que no era para nada fácil, y un 9 en el oral. Esa es tu capacidad, una nota casi perfecta, es enorme... Alguna vez habías estudiado música? 
- No
Con más razón... Y no es solo el examen  son las clases, no faltas nunca, estás siempre sentada adelante, escuchando, haciendo preguntas. 

Canto: Me había preocupado un poco cierto temblor que tenías en la voz al cantar, no al hablar, ni en las notas largas, pero en algunos momentos del examen, después te escuché en otro tema y no lo sentí en absoluto, y me despreocupé al instante, pienso que debe haber tenido que ver con el personaje, que era muy nervioso, y con tus propios nervios. En afinación 10 puntos. Y en algunos momentos te adelantaste a la pista, pero como tenés muy buen oído musical te acomodabas en seguida, eso no tiene que pasar nunca igual, pero la pista era muy complicada. Yo te conozco hace mucho, y antes eras 'Quién es esa chica, Paulina? Habla poco...' ahora realmente te estás haciendo notar...
Danza Jazz: Yo también te conozco hace mucho. Como alumna no te puedo decir nada, porque no hay persona más aplicada y dedicada que vos, es un placer tenerte en mis clases, y lo que avanzaste hasta ahora es enorme. Ahora lo que a mí me gustaría -que también lo estás empezando a hacer, pero quiero que lo hagas mucho más- es que te olvides de la técnica, de los pasos, de la precisión, ya tenés todo eso, quiero que te sueltes. Vos amas bailar y eso se nota, pero quiero que lo demuestres más, en todo momento. 
Teatro, y Puesta en Escena: Bueno, esto que te dicen se nota en todo. Sos excelente como alumna, en todo el año faltaste a una sola clase, y la recuperaste. Sos muy prolija y dedicada, entendés las consignas, las escuchás y tratás de darles siempre una vuelta de tuerca, sos muy creativa, tenés muy buenas ideas. Estás intentando superarte todo el tiempo, avanzas todo el tiempo. Cuando te vestís para danza, clásica o jazz, sos una bailarina perfecta, de pies a cabeza. Pero tenés que soltarte. Ya lo estás haciendo, hacelo más: Quiero que saltes, quiero que grites, que te tires al piso y te revuelques. Quiero que dejes de ser tan correcta. Si querés faltar, faltá! (Igual sé que no lo vas a hacer). Quiero que te saques esta especie de personalidad introvertida... porque no lo sos. 
-No, no lo soy...
No sos introvertida en lo más mínimo, si tenés que decir algo, te plantás y lo decís. Podés hacer cualquier papel, no te da vergüenza nada, así que las trabas que tenés te las ponés vos sola... Ahora, a seguir creciendo, por suerte tenés algo para seguir trabajando siempre, sino sería aburrido para nosotros...
Danza Clásica: Al principio fue un poco difícil llegarte, era como más tenso... ahora sí, hace bastante que disfruto tenerte en mis clases. El examen, excelente, ya lo sabes. Yo sé que para vos debe ser difícil porque sabés mucho y tenés que compartir las clases con gente que en su mayoría está viendo esto por primera vez y no sabe nada, pero lo manejás muy bien. Y yo quiero que ahora te focalices en perfeccionar lo más posible la técnica. Y quiero que intentes aprender lo más posible, de todas las personas que puedas. Porque tengo el presentimiento de que vos vas a ser una de esas alumnas que, con el paso de los años, vas a notar que muchos aprendizajes te quedaron cuando no lo esperabas. 
Y vos, cómo te sentís con la escuela? 
- Yo soñé esta escuela. Yo siempre fui así. Siempre fui dedicada, y aplicada. Y siempre sentí que trataba y empujaba contra una pared, y veía a gente literalmente entrar un día a una escuela y al día siguiente ser la cabeza de un elenco. Y era muy cansador. Y yo los vi a ustedes estar así, empujando y tratando siempre contra algo más. Y ahora que son sus propios directores, son todo lo que yo esperaba, y más. 
Nosotros quisimos crear una escuela en la que hubiera contacto con los alumnos, en la que pudieramos hacer esto, sentarnos y hablar con ustedes individualmente. 
Una escuela en la que realmente se aprenda. 
Una escuela en la que realmente se aprenda. 

Después vinieron los abrazos, yo seguí llorando, y sonriendo. Salí para encontrarme con un Chico Nuevo nervioso por sus propias devoluciones, que estaba a unos cuantos minutos de llorar y sonreír él también, él entre otros. Salí para encontrarme a mis compañeros y amigos. A mi segunda familia, en mi segunda casa. 

lunes, 15 de julio de 2013

In his eyes I can see where my heart longs to be... ♪

















La noche anterior tuve la misma pesadilla recurrente de siempre, es tan vieja como yo, y aún así me quita el sueño. Me despertó a las 7am, cuando logré volver a dormirme a las 8, sonó el despertador. 'Demasiado tarde para lamentarme', supongo. Entré a danza a las 10, y salí casi a las 2, así empezó el último sábado de mis vacaciones (thanks god for thaaat ♪). Y a la tarde los fui a ver. 
Todo en la casa, el patio... diría el barrio en general, parece venido a menos, pero me reciben con tanta alegría que me sacan lágrimas. Junior me llena la cara de besos con la misma boca que normalmente usa para cazar ratas, es asqueroso, pero ¿qué voy a hacer? El Enano no me ve ni me oye demasiado bien, pero me busca, y está viejito y precioso. 
Y mi huarguito dorado se me sienta encima y le gruñe a los otros, lo abrazo... Abrazarlo implica dos brazos, y recuerdo que eso es un perro de verdad, no como la muestra gratis que tengo en casa. 
Los otros dos se aburren y se van, y nosotros dos nos quedamos ahí, quietos en el medio del patio, durante diez minutos. Diez minutos de calma. Por primera vez en muchas decenas de minutos, aunque todo el entorno está mal, yo me siento completa con él ahí. Me pregunto si habrá un humano tan humanamente perfecto como ese perro es perrunamente perfecto para mí (?) 
Que también me desquicie pero me haga extrañar... Algo me dice que sí.
Cuando volví a casa la muestra gratis de perro peluchito me saltó encima y me olfateó de arriba a abajo (lo que, desde su perspectiva, implica de los pies a la rodilla, si se para en dos patas), ladró un poco indignado, y después no se despegó de mí durante horas, a pesar de que me bañé casi enseguida. Se acordó de que me quiere, bah. 
Supongo que eso hacen los que no son perfectos para mí: Quererme igual, y esperar que yo sea fiel. Aún sabiendo que en el fondo yo siempre estoy perdida en algún recuerdo en el que todo era perfecto, incluso cuando el entorno estaba mal. En algún recuerdo que sé que puedo revivir, si me animo, cuantas veces quiera, pero sabiendo que revivir perfecciones de diez minutos, con ese humano o con el perro que él me regaló, conlleva necesariamente varios meses imperfectos de esperada desolación. 

jueves, 11 de julio de 2013

'Your heart is both the drunk and the kid'

Tengo una lista en una página que Mr. Fate solía stalkear a la que llamé 'Happy Almost Valentine ♥' en la que -hecha una pausa para aclarar que este verbo a continuación suena completamente funny y mal conjugado y funny y mal conjugado- reuní todas las canciones que eran relevantes por una u otra razón en nuestra historia: Las que alguna vez nos habían viciado y cantábamos y/o bailábamos todo el día todos los días, las que quemamos demasiado, las que utilizamos para construír un sistema de señas en el Truco que no podíamos usar sin tentarnos pero que extrañamente funcionaba, la que usábamos para burlarnos de alguien, la que quemé tanto que él me puteaba cada vez que la cantaba pero después se le pegaba a él, la que usamos para entrar a esa fiesta aburrida, la que él dedujo sin tener ninguna pista coherente de mi parte cuando yo intentaba recordarla, la que nos hizo mariconear en el cine, la que nos llena de epicidad, la que nos deprime graciosamente, las que puso ese taxista con buen gusto musical, la de la serie que nos vició... 23 canciones en total que juntas no significan nada para casi nadie, pero para nosotros resumen nuestra historia. 
La hice muy tarde a la noche, un 13 de Febrero y al día siguiente, como por obra del destino -como si de Mr. Fate se tratara- él me mandó un mensaje diciendo "Me desperté con ganas de escuchar tu voz" y yo respondí "Mi voz tal vez no, pero algo así..." 
Fue uno de los gestos más ñoños y tiernos que tuve en mi vida. 
Y tuve muchos de esos. Porque me gusta actuar como una novia perfecta la mayor parte del tiempo cuando estoy saliendo con alguien. Como una novia de esas irreprochables, de película, probablemente pq me gusta que me traten así. 
La mayor parte del tiempo no pienso como una novia perfecta cuando estoy saliendo con alguien. La mayor parte del tiempo mis razonamientos (o falta de) son desastrosos... tengo más compromise issues que... no sé, Leo en 'Atrápame Si Puedes'... ponele. Tiene que haber una mejor... whatever. 
El punto es que soy tan planificadora con el fijo como impulsiva con los demás. Y tardo mucho en amar, y muy poco en desenamorarme. Y dejo siempre una puerta entreabierta, como esperando algo mejor. Algo que se sienta más real, o menos asfixiante, o más válido... o menos perfecto. 
Mi chico ideal es muchas cosas -fuera de imaginario- pero hay dos que no es: Ni básico, ni snob. 
Mi chico ideal comprende que Dexter es mejor cuando le da asco la sangre, y que los poemas de Whitman son pretenciosos y malos. A mi chico real le pediría que cambie solo eso... pero eso... well, sería pedirle que cambie todo lo demás. 
Yo no quiero cambiar por nadie... Por eso no le pido a nadie que cambie por mí. Pero, ey, ¿no tuvimos ya esa discusión, no hace tanto tiempo atrás? 

Si estoy en esa de sentirme identificada con frases de series, pasada HIMYM en el título, voy con Bones..."Have you ever seen anything come back to life and be as good as it ever was?"

viernes, 5 de julio de 2013

Gotta walk. Gotta list. Gotta hall of fame. I got an asterisk next to your name. Grab a cup, drink it up! Make a battle plan. Are we ever up to the task, at to the task at hand? ♪

I might be a little bit drunk right now... es uno de esos viernes a la noche en los que momentáneamente ignoro el hecho de que mis sábados por la mañana están exactamente igual de ocupados que los días hábiles de la semana. Whatever, venía pensando en eso de:
'I don't love her okay? I just miss her when she's not around, I think about her all the time and I imagine us one day running towards each other in slow motion and I'm wearing a brown suede vest.' y en que - also ignorando momentáneamente el hecho de que él no me gusta tanto con Robin como Barney- Ted actually hiciera al universo llover por una chica. 
Quiero ser de nuevo la chica por la que alguien quiere hacer llover, y quiero querer hacer llover por alguien... Regular love is just so... regular.
Y yo estoy tan pensando en inglés la mayor parte del tiempo... como me pasa siempre que me pongo demasiado en Artista. Extraño sentir ese amor bobo y perfecto que sabe tanto a principio y a nuevo con alguien... well, recién conocido y nuevo. Ese que dura unos meses en arrancar y mucho más en extinguirse. 
Y extraño los ensayos y los escenarios... tengo una abstinencia monstruosa... y sé que no falta mucho, que es cuestión de esperar solo un ratito más pero la ansiedad me destroza, me mata.   
Extraño con desesperación saber que me estoy rompiendo el alma por poder realizar con absoluta perfección algo que va a terminar al cabo de unos cuantos minutos. 
No decido si es maduro, inmaduro o algo distinto ansiar esos tres minutos perfectos que dura una coreografía en escena más de lo que disfruto cada día de regularidad en una relación just... not that awesome pero... normal. 
Serán las bases industriales de disney y de libros sobre las que me formé pero... no logro que no me genere rechazo la más aburrida y sana normalidad. 

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Cuando alguien me hace notar que ya van dos años... en fin: 
A mi estimado Interlocutor Inconsciente: 
Por favor, dejá de irrumpir en mis sueños con tanto realismo. Tus manos en mi cintura todavía duelen lo mismo cuando aún no sé que no son reales. Sé que te gusta recordarme cada tanto que en lo más profundo de mi subconsciente, todavía sería una idiota si así lo quisieras. Pero estando despierta me gusta creer que no es así... 


martes, 2 de julio de 2013

Hollywood Town

'Hollywood' is just a nickname, y'know? En realidad aún en sus momentos más tiernos, él sigue estando muy, muy lejos de ser uno de esos chicos de película. Porque las películas -y con ellas, los y las series, libros, animes, dibujos animados, cómics, mangas, musicales, y ballets- sientan estándares muy altos. Entonces la normativa social indica, por lógica general, conformarse.
Y yo hasta cierto nivel, me conformo: Salgo con chicos realistamente anormales, no tan comunes, no tan excepcionales, y vivo sin música de fondo. Sé que después del beso apasionado de último momento la vida continúa... como después de las piruetas. 

Y de esos chicos comunes saco a veces momentos hollywoodenses: 

Tuve al chico que después de dos días sin hablarnos, (días en los que esperé que cada mensaje y cada llamada fueran de él, hasta finalmente resignarme), me mandó un mensaje diciendo 'Te extraño' y cuando respondí 'Sabés dónde vivo', actually fue a buscarme a mi casa, la que quedaba en el fin del mundo a la izquierda. Ese también me cantaba.
Tuve al chico que me corrió cinco cuadras para decirme 'Te amo, y no me voy a resignar a perderte' cuando le corté. Tuve al chico que se acordaba de mi canción preferida, tres años después. (Era el mismo).
Tuve al chico que, para nuestro aniversario, gastó gran parte útil de su sueldo en conseguirme un regalo que quería desde chica y que ni siquiera recordaba haber mencionado en frente suyo. 
Tengo a otro que me hace regalos ñoños todo el tiempo, por ninguna fecha en particular.
Tuve a muchos chicos cagándose a piñas con otro u otros chico/s por mí, gracias a mí, o por cuidarme a mí. 
Tuve toda clase de diálogos y discusiones cinematográficas a más no poder con muchos, muchos chicos.
Tuve al chico que me escribía cartas de amor, triplicado, cuadriplicado, quintuplicado... pero sólo dos de ellos escribían cartas decentes... y otro escribía cuentos, también sobre mí.
Tuve besos bajo la lluvia, al sol, en un cine, en la nieve, en el mar, en un pogo, en secreto, en secreto, en secreto... 

Pero, voy a aclarar algo: Salgo con chicos normales con momentos copados, porque no hay un chico de película a la vuelta de cada esquina (ese es el chiste de encontrar uno), pero no me pienso conformar de por vida con un chico normal. 
Creo que, para casarme, debería estar completamente segura, sin ningún lugar a dudas, de que podría pasar toda una vida con ese alguien, y soooolo con ese alguien, y ahí sí: Ahora, por ejemplo, en este preciso instante y desde hace unos días, estoy perdidamente enamorada de Barney Stinson... más que nada porque estoy viciando diariamente How I Met Your Mother por lo que duran las jornadas laborales de mineros chinos ilegales. 
Pero antes de él, y según la serie de turno: Me enamoré sin remedio de Sloan y de Karev en Grey's Anathomy, de Liam McGuinnis en Nashville, de Fitz o de Jake según el momento de Scandal, y eso sólo por nombrar los vicios más recientes, antes fueron Logan en Gilmour Girls, o The Piemaker en Pushing Daisies... (Dicho así, tengo un gusto bastante marcado por la gente con problemitas, que está buena y cuando ama es tierna, oh, las novedades!). 
Con lo que me aburro en la fidelidad, definitivamente no me casaría con nada menos awesome que un Barney. 

Hace unos cientos de años, tal vez, se justificaba más la escasez  de chicos Hollywood, el romanticismo de calidad debía repartirse principalmente en libros y obras de teatro. Pero ahora francamente me sorprende que los hombres en general sean tan obtusos a la hora de no ser perfectos, cuando en principio sólo tienen que contar con la ventaja de estar buenos, o a lo sumo ser facheros, y con esa base pueden aprender todo lo demás en internet. 
Yo aprendí a actuar como una Chica a lo Sabina mucho antes de tener un físico que respaldara ese comportamiento... Y realmente no sé si lo físico hubiera surgido eventualmente si no hubiera partido de una actitud mental. 

Pero, volviendo al principio: 'Hollywood' sólo es un apodo. El que más me costó conseguir hasta ahora como reemplazo de un nombre real, y más que nada por eso lo conserva. Por eso y por sus reiterados y recién nacidos esfuerzos de dejar de ser un retrasado social para convertirse en alguien que valga la pena todo el tiempo. 
Hollywood me da momentos hollywoodenses a veces, yo le doy muchos a él, como a todos.
Pero sigue siendo humano, y de entre todos los humanos que podría ser, sigue siendo él mismo. 
Con sus errores y defectos conocidos, repetidos... es un infierno conocido, eso es cierto.
Ya aprendí a lidiar con él, y él intenta aprender a lidiar con mis propios infiernos...
Pero Hollywood, al fin y al cabo, no es el Chico Hollywood que yo espero como protagonista en mi propia película. Yo no me caso con Hollywood, y la verdad, él tampoco impide la boda.

Mi chico de película en serio debe existir en algún rincón de esta ciudad, dispuesto a aparecer en un momento clave, con una sonrisa demoledora y una excelente cara de patito, con actitud de chico malo y resuelto, inalcanzable al alcance de todas... Uno que se enamore terriblemente de mí sin dejar de ser él, que me deje amarlo sin tener que dejar de ser yo... y que, a pesar de lo mucho que se presta esa descripción, no sea gay (?). Yo quiero un chico de película, sarcástico y bobo, ácido y dulce, tan histérico como yo. Con mambitos, pero también con sueños. Con piel y dientes perfectos, apenas más alto que yo. Yo quiero un chico -ya que sueño- que sepa lo que quiere, y me quiera a mí. Y que tenga un boombox con una canción que importe, y arme citas de dos minutos, y críe a un caballo blanco reservado para bodas no deseadas, que organice un álbum en un ascensor, que corra cuando sienta que me pierde, que le pida favores a los grupos que hacen flash mobs, que me haga reír cuando llore, y que me corte mi pelo mágico para que no lo cure así no puedo irme con mi madrastra mala mientras él se muere...

...Y, si eso es mucho pedir, tal vez simplemente quiero que exista y que, (obviamente, cuando menos me lo espere), aparezca. Y que, cuando después de muchas idas y vueltas terminemos finalmente juntos, y nos casemos, no se convierta en uno de esos tipos que gritan cuando discuten y no saben dialogar, y no ayudan en nada, ni quieren salir de casa, y ya no ponen música, ni sonríen más.