domingo, 6 de octubre de 2013

You've got one night only, one night only, that's all you have to spare! ♪

Tu novia no es una chica linda, no se viste bien, ni camina con gracia. No salen bien en las fotos, no quedan tiernos juntos: el desbalance es muy grande, cualquier hombre o mujer de tu club de fans lo puede confirmar. Pero debe ser una buena chica, eso sí se nota de lejos, y tal vez te hace reír. Si besa como mira    -y casi siempre es así-, no debe encender ningún fuego arrebatado, pero tal vez sí una pequeña llama controlada, como la hornalla que prendés todas las mañanas para desayunar. Tu novia a simple vista, no podría ser más normal si lo intentara: Estudia una carrera común, sus amigas son de esas que creen que juntarse sólo entre mujeres juega más. Tu novia tiene los pies en la Tierra, seguramente se preocupó cuando quedaste sin trabajo. Tal vez se organiza para pagar las cuentas, piensa a futuro, sueña que tal vez van a casarse y tener hijos, si no con vos, ¿con quién más podría ser? 
Y se preocupa a diario por rendir materias, leer apuntes, sacar fotocopias, juntarse con grupos de estudio, salir con las chicas los fines de semana, promover, aprobar, avanzar todo el tiempo como está dictado que sea. Sólo tengo mi percepción para juzgarla, no la conozco, pero vos sí, y decime: ¿No es así? 
Tu novia vive en el mundo real, y en el mundo real, es lógico que estés con ella. 
"No me conocés." dijiste anoche, mirándome a los ojos, con una media sonrisa y la duda en las cejas mal disimulada: "No me conocés." dijiste, pero sin preguntar me estabas preguntando "¿Por qué entonces? ¿Por qué te afecto tanto?" 
Tu novia vive en el mundo real, nació en el mundo real y en él se va a morir, cuando piensa, en su mente, prima la realidad. Pero en mi mente, yo vivo en un escenario. 
Yo no nací, no me criaron, no me formé, cada vez sirvo menos, para el mundo real. Yo vivo para los musicales. Yo vivo en esas tierras lejanas y soñadas, reales o no, en las que importan las emociones fuertes, los climas variados, la superación constante, cantar cuando ya no se puede hablar, bailar cuando cantar no es suficiente. 
Tu novia vive y piensa en un mundo dónde para el amor es importante ser compatibles, llevarse bien, tener tiempo de verse, poder compartir la vida cotidiana, los pequeños males de cada día aburrido. 
Pero yo creo en los besos que paralizan al mundo, en cantar bajo la lluvia, en bailar con o sin música, en los diálogos con ritmo, en la pasión ante todo y todos.
No te conozco, es cierto, pero me afecta. No te conozco, no tengo idea de quién fuiste toda tu vida, no sé qué hacés cuando no estás cerca mío, no sé en qué idioma habla tu mente, pero te quiero, pero estoy enamorada, pero creo, de entre todas las cosas estúpidas en las que creo a muerte, en el amor a primera vista. Creo en el salto que dió mi estómago la primera vez que te vi, creo en cómo vibré por dentro la primera vez que oí tu voz, creo en el recuerdo perfecto del primer beso que me diste. No te amé en ese momento, pero supe que algún día te iba a amar... me pasó otras veces ya. Mi instinto nunca se equivoca. 
No te conozco, pero Romeo y Julieta se ven solo dos veces antes de casarse, cuatro antes de morir por el otro. Marius apenas conoce a Cosette antes de dejar morir a sus amigos e ideales por una vida con ella. Johanna ni siquiera le habla a Anthony antes de confiar ciegamente en él para que la rescate y la haga libre. Y Christine, predestinada a amar al Fantasma, como Mina al Conde, aún sin quererlo, sólo por la química, sin poder evitarlo ninguna de las dos. Y Quasimodo ve bailar a Esmeralda una sola vez, y eso le basta para morir con ella. Y Satine? Sabiéndose tan cerca de la muerte, sacrifica su sueño de actriz sólo por Christian. Y ni hablar de las princesas, ni de Jazmín, ni de Aurora, de Blancanieves ni de Ariel, o Pocahontas.
Disney y Broadway, y Europa también, me enseñaron a creer en el amor a primera vista. 
Me enseñaron a jugármela a morir por una sensación cálida en el pecho. A seguir a mis impulsos cuando me dicen que avance, a dar todo por amor. A entregarme, a dejarme ser. 
Tu novia vive en el mundo real, pero yo no, y mi mundo me enseñó a amarte mucho antes de plantarte frente a mí. 
No te conozco, por lógica general, no debería afectarme casi nada el hecho de verte, pero por lógica de musical, cada vez que te veo me asesinás un poco. No te conozco, pero cada vez que me decís que 'No' tus ojos se vuelven un poco más verdes. No te conozco, pero quemás. 
Viviste muchos años en el mundo real, naciste ahí. Pero tenés un pie adentro de mi mundo, medio cuerpo todavía en la escalera que baja a la platea, pero la otra mitad en el proscenio. 
Nunca pude vivir en los dos, ya lo intenté. ¿Cómo podés vos? 
Tu novia tiene los pies sobre la Tierra, yo tengo los pies sobre madera con rebote. Tu novia vive en el mundo real, yo en muchos mundos imaginarios. Tu novia habla y yo canto, ella camina y yo bailo. 
Tu novia es todos tus días, y yo fui una sola de tus noches. Tu relación con ella es privada, nosotros siempre tenemos público. 
Nunca te pedí que la dejes, ni que le cuentes lo que pasó, nunca te pedí que seas mío, ni que prometas que alguna vez lo vas a ser. Nunca te pido que me expliques nada, nunca te pido una razón, ni una excusa. Nunca te voy a pedir que me des nada que no quieras darme, nunca te voy a pedir nada excepto que seas feliz. 
Acepté nuestra única noche de gloria desde el principio, sabiendo que una sola noche bastaba para matarme un poco, para enamorarme mucho, para atarme a tu recuerdo. Yo siempre supe que no eras mío y que no lo podías ser. Yo nunca, yo siempre, yo nada... y me sigo preguntando, cómo te pregunté anoche y no supiste responder: 
Si yo ya sé todo eso, y no te pregunto nada, cuando me enumerás sin descanso todas y cada una de las razones por las cuales no podés estar conmigo bajo ningún pretexto:
¿Es a mí o a vos a quién querés convencer?

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