El Universo me está enviando señales confusas.
Hubo semanas enteras antes de conocerte, antes de esa noche de lluvia, antes de Buenos Aires, antes de todo, en las que caminando por la calle en mis recorridos habituales, o yendo a cursar en mis horarios normales o a pagar alguna cuota, recuperando alguna clase en particular por necesidad real, te veía casi todos los días, sin tener explicaciones lógicas por parte del mundo que me justificaran eso en forma racional.
Te veía cuando verte no importaba, cuando tu presencia solo hacía más lindo al panorama.
Supongo que entonces, mi Destino me estaba preparando, convirtiéndote progresivamente en un usuario habitual de mi realidad, haciéndote parte -en algún plano aún lejano- de mi vida, anticipándome que faltaba poco para que llegaras hasta mí.
Inmediatamente después de que pasaste, el Universo puso a mi disposición un montón de posibilidades de verte que no eran obligatorias, pero estaban justificadas, dependía de mí tomarlas o no: yo las aproveché a todas.
Pasé el fin de semana largo mambeando tan mal... Intentando hacerme cargo del hecho de que aún sin conocerte demasiado, me basta conocerme a mí para asumir que seguramente sos mucho mejor persona que yo, y por ende: Te merecés el lugar que elegiste mantener, lejos mío. Pasé todo un feriado meditando el hecho de que, aunque me muera de ganas de vos, si me gustás tanto lo más justo para hacerte es no darte razones para acercarte más a mí. Me convencí de que sería mejor dejarte pasar, olvidarte, cortarte de raíz y no dejar que sigas creciendo dentro mío... porque dentro mío pasan cosas bizarras, oscuras, difíciles de comprender.
No soy una mala persona, pero hago cosas malas... o al menos, hago cosas en momentos malos, en lugares malos... no soy una mala persona, pero suelo lastimar. Yo creo en todos mis ideales y principios, defiendo y practico todas mis libertades... pero muy pocas de esas cosas que son base en mi forma de ser y pensar tienen el amparo del tradicionalismo de mi generación o sus anteriores. Muy pocas de las cosas que pienso, digo y hago están bien vistas por la gran mayoría de la sociedad. Muchas de las cosas que me caracterizan se adecuan a un tiempo y/o espacio que tal vez nunca voy a conocer.
No soy una mala persona y vos no sos una persona que razone como el grueso del mundo, así que podrías entender muchas de las cosas que podría contarte sobre mi pasado, sobre mi presente... podrías entender muchas, podrías justificar muchas... pero no todas.
Siempre llega un punto de quiebre para la gente que me conoce en serio, en el que comprenden que, o bien se parecen a mí -los menos- o bien, siempre van a estar lejos de entenderme, y -mucho más común- de a poco se dan cuenta de que odiarme y guardarme rencor es mucho más simple que intentar justificarme desde un punto de vista que ellos no comparten.
Las personas que más me aman en el mundo coinciden en que no es fácil quererme.
Quiero que me quieras. Quiero dar vuelta tu mundo y abrirte la cabeza, quiero mostrarte cosas que nadie más te va a mostrar, quiero volverte loco, enamorarte, enseñarle a tu cuerpo que puede amar sin dejar en pie ni uno solo de los límites que alguna vez se puso. Quiero dejar una huella en tu vida y en tu historia, quiero que sepas que no hay minas como yo. Quiero ver amor en esos ojos verdes cuando me miren. Quiero volver a probar esa boca. Quiero probar de nuevo esa boca... quiero besarte de nuevo. Me muero de ganas de verte, todo el tiempo, y cuando te veo: Quiero besarte de nuevo...
...Pero también quiero ser justa con vos, con ella: Quiero ser digna, quiero ser mejor que mis ganas, quiero tener más altura que mis instintos, ser más fuerte que mis impulsos.
Siguiendo esa dolorosa lógica llego a la irónica conclusión de que la única forma de merecerte, es dejarte ser lejos mío y no buscarte nunca más.
Entonces el Universo pone un feriado un lunes, quita los ensayos de los miércoles, jueves y sábados, me quita durante una semana entera toda chance justificada de verte, y vos te mantenés en absoluto silencio cibernético desde hace semanas. Me hace creer que dice 'Creé en esa decisión, si lo ves va a ser más difícil. No lo veas más, alejate.'
Pero llega una sola persona a hablarme sin que yo le diga nada, y esa sola persona me da una razón válida para verte miércoles, jueves, y me invita a una fiesta en un lugar muy alejado y muy nuestro, con muy poca gente conocida, el fin de semana, a la que vos ya confirmaste ir...
El Universo me está enviando señales confusas. Ya no sé si me indica jugármela o hacerme a un costado. Confío más en el Destino que en mi: Así que lanzo una moneda...
Si me decís que vas, y vas... te voy a salir a buscar con toda. Y sino.... sino te dejo en paz.
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