lunes, 31 de diciembre de 2012

It looks like the end of history as we know; It's just the end of the world! Back to the street where we began, feeling as good as love... ♪

Y en su mente imagina otra vez ese cementerio, en el que sí existen esas dos tumbas que harían de su vida cotidiana algo mucho más simple, sabe que en ninguno de verdad las va a encontrar en mucho tiempo. Pero pasa por en frente de la Ciudad Universitaria y una vez más se enfrenta a todos sus miedos y a todas las vidas que no va a vivir, con quien no va a vivirlas. Abre los ojos y ve un escenario, se rinde otra vez a sus más profundos deseos, a lo ineludible de una pasión tan grande, se tira al vacío con una sonrisa. Mira de cara al amor, y asume todas sus consecuencias, pero ya es tarde para lamentarse, tarde para arrepentirse, tarde aún si fuera demasiado temprano para arriesgarse. Es tarde y sobre todas las cosas, necesita ser suya. Y te miro aparecer entre la gente, primero que a nadie, como tantas otras veces, pero ya no sos nada amor, sos uno más, puedo evitar mirarte, mirá cuán poco me imantás, perdí la capacidad de encontrarte en medio de mil multitudes, me pueden más un celular que me habla de él, y una canción nueva de una banda vieja y tuya, y tal vez también me ves, pero no lo vas a admitir nunca, nunca nunca admitís nada, y a mí más me dolería haberlo visto a Mr. H. en tu lugar. Ahora ella lo saluda muy fugazmente, casi como si él fuera una sombra, algún desconocido lejano, va de la mano de alguien más, ya los conoce, solo que ahora ella no suelta su mano por nada del mundo, lo descoloca como siempre cuando va a saludarlo, la reconoce, se sorprende, se molesta de su propia sorpresa, y cuando empieza a reaccionar ella vuelve a estar lejos, y al perderla de vista tal vez por primera vez piensa 'Ahora sí la perdí'. Y vuelve a estar triste y sola, cada segundo lejos de su nuevo destino parece eterno y aburrido, pero con él tampoco se puede entregar. Le falta entrega: Le falta danza. Y extraña todo, odia las vacaciones, ya quiere volver a vivir. Pero no fue un mal año... no fue un mal año, aunque tuvo mil cosas malas, aunque pudo ser mejor, tuvo cosas inmejorables. Igualmente pasó muy rápido, ella vive viviendo rápido. Solo que ahora hay dos inocentes quemándose a fuego vivo en el patio, rodeados de insulsos e ignorantes, en días así parece que nunca nada va a mejorar. En horas así quedaría embarazada ahora mismo con tal de poder irme de casa. En horas así solo queda sentarse a contar horas, dejar que el tiempo pase, dejar que el año pase, hasta poder estrenar una nueva caja de insoportables sorpresas, hasta poder... ya sabés. Todos hacen balances a fin de año, porque a fin de año, sobre una cuerda floja imaginaria y bien al borde del vacío, casi todos se balancean. 


- Estoy aburridisimo, y con ganas de hacer algo!

- Dale tiempo al día de mierda para convertirse en noche...

(Ay, Paulina, si al menos esta vez siguieras tus propios consejos...)

sábado, 29 de diciembre de 2012

It's you. It's me. And there's dancing! ♪

Volví el miércoles. Con mil cosas que contar, pero poca inspiración para escribir. Creo que en parte es porque me acostumbré a usar este blog como catarsis y desahogo, como un medio para regular mi malestar, asimilarlo, entenderlo, superarlo... y ahora estoy bien. (Al menos más allá del tedioso conflicto familiar que parece ser tan permanente y eterno). Bien como tal vez nunca supe o pude estarlo con alguien, dejando que, por una vez, alguien me cuide. Pero tengo un compromiso tácito para con mi cerebro retratado en tinta virtual, para con mis futuros recuerdos, necesito escribirlo igual, para no creer después que solo hubo cosas tristes, así que, volviendo al principio: Justo un día después de que dejé de escribir... que alarmantemente larga puede ser una semana:

22: Siempre amé ese momento cerca de llegar a Córdoba en el que a lo lejos empiezan a aparecer las sierras, y en la línea del horizonte el cielo cambia de color. Córdoba es un lugar especial para mí, casi un retiro espiritual obligatorio, siempre fue así, tal vez siempre lo sea... Incluso aunque esta vez no fue igual a las otras, todas las otras. Viajar a Córdoba siempre fue un lujo muy peleado y trabajado, disfrutado como ningún otro, vivido con la valoración que solo pueden dar esos que arrancaron desde abajo. Todo lo que alguna vez tuve, y todo lo que ahora tengo a nivel material, fue y será completamente fruto del esfuerzo y del trabajo sobre todo de mi vieja, y ahora también mío. Como tengo demasiado vivo el recuerdo de no haber tenido casi nada, de la casa de tres ambientes para cuatro personas, de los juegos improvisados, de la cena familiar en torno a una mesita de plástico de juguete, de la cucheta en la cocina... y particularmente, de las casitas alquiladas con imágenes de la virgen y tarjetitas de colectivo encuadradas, y olor a viejo, me pareció un paraíso revelado el ir de vacaciones completamente de arriba, a un complejo con botes y desayuno incluido y gimnasio, y aire acondicionado en todas las habitaciones, y dos baños, y sommier, y servicio de limpieza... Pero con el paso de los días, cual cliché de disney, me di cuenta de lo vacío que puede resultar todo eso cuando quienes lo comparten nunca conocieron menos. Así que fue un viaje agridulce, pero sería injusto decir que no fue más dulce que agri.

23: La noche anterior habíamos hablado sobre resignarnos. Sobre asumir por fin lo inservible de un miedo a cagar algo que ya llevábamos más de un mes cagando. Sobre asumir lo inevitable, lo ineludible de nuestra perfección. Y entonces le dije que tal vez sí quiero jugarmela con él, y que sea perfecto y asfixiante, aunque me asuste y la cague, aunque nos duela, aunque me muera... they know that loving and loosing it's better than nothing at all ♪ Me dijo que no diga que la vamos a cagar, porque entonces la vamos a cagar, pero le expliqué que prefiero asumir que las cosas pueden salirnos mal, aunque tal vez eso me lleve a cagarla, porque asumir que todo va a ser herméticamente perfecto seguramente me va a llevar a cagarla, y me entendió... siempre me entiende. El problema es lo mal acostumbrados que estamos a que el sexo sea un capricho, o un error. Le dije que no quería que fuera ni mi capricho, ni mi error, que prefería ir en contra directa de nuestra naturaleza, y hacer las cosas cristianamente bien solo por esta vez: Primero ponernos a salir. Lo que nos lleva a esa noche, la del 23: Teníamos dos camas, pero siempre dormimos en una sola, esa noche yo leía un libro a la luz de un velador, y él me abrazaba y dormía. Nunca me sentí tan en paz con una relación como en ese momento, tan libre de ser yo y a la vez tan voluntariamente presa. 

24: Navidad es otro punto fuerte en mis recuerdos: El inevitable cliché de no tener nada, pero ser inmensamente ricos por subirnos al techo de la casita y ver los fuegos artificiales... Con el tiempo crecí y entendí que los fuegos artificiales son un gastadero de guita que encima molesta mucho a los perros, y me dejaron de parecer agradables, si bien es innegable que tienen su magia. Pero esta navidad fue tan poco navideña que, pasada la cena clandestina (a base de gancia con sprite, un milka derretido y una barrita bon o bon cortados en cuadraditos), y en la total falta de regalos (dado que el de mi vieja iba a tardar en llegar, y él no hace regalos porque no lo festeja), estaba un poco huérfana de espíritu navideño, así que, tragándome mi orgullo vegetariano, me aferré a la idea de ver fuegos artificiales sobre el lago. Los esperamos juntos, debajo de la ventana, sentados en el pasto y abrazados, acurrucados a escondidas de su mamá, el Grinch (?). Y los fuegos no fueron muchos, pero fueron, y algo debe haber de cierto en eso de que donde hubo fuego, cenizas quedan, solo que en nuestro caso, donde hubo fuegos quedaba más fuego... y a esta altura, teníamos tantas ganas de arder... 

25: Hubo muchas cosas que pensé, iban a ser raras, antinaturales, difíciles de asimilar... Pero con él somos asquerosamente fieles a nuestra amistad, en apariencias cambia todo, pero en sí, no cambia nada. Sin importar hasta donde empujemos el límite, todo lo que había antes de él sigue estando ahí. Hubo un momento, un solo instante de la noche del 24, en la que me morí de melancolía obligatoria de temporada de fiestas, pensando en cómo había pasado la navidad anterior sentada en una mesa de mi patio, mandándole mensajes al chico de la tierra de las frutillas enojadas, diciéndole que esas fechas no eran lo mismo sin él. Y no, no es lo mismo sin él, pero ¿cómo puedo culparme? Si hice todo tan bien... ¿Cómo puedo culparme, tampoco, de sentir lo que siento ahora? Debería haber asumido que al final iba a ser suya, para no haber sido antes de casi todos nuestros amigos. Ay, Paulina, ¿Cuándo vas a aprender a no ser tan vos? Pero me gusta ser yo. Y a él le gusta que yo sea yo. Y a mí me gusta que le guste. Y él me gusta. Y nos gusta que me guste. Nos gusta todo de nosotros, todo, incluidos mis muchos estúpidos pasados, en los que en realidad, casi nunca fui de nadie. Nos gusta porque sabemos que es pasado, y sin pasado estúpido, ¿Qué le contaríamos a nuestros hijos para hacerlos sentir orgullosos de tener padres tan idiotas? 

26: Hay algo con el número '26' en una fecha que siempre me va a hacer un poco de ruido, un ruido lejano, como de una cucharita cayéndose en alguna habitación cerrada. Y hay algo con Rosario que me encanta. Algo que me imanta y enseguida me hace querer volver a verla. Me gusta decir que es 'Mi ciudad' pero en el fondo sé que yo soy suya. Brillante y posesiva Rosario, me deja ser libre siempre, porque sabe que no puedo evitar la desesperación por volver. Sin importar cuán precioso sea el paisaje a mi al rededor, o cuán monstruosamente me atraiga Bs. As., Rosario confía en mí, casi como un ser viviente, y me recibe con piquetes y calles inundadas, y yo miro a la gente enojada, y a las villas, y al humo y no me borran la sonrisa. Sweet home Rosario, me espera con nuevas noticias de viejos conflictos, no me da un segundo de paz, y aún así: qué bonita es mi ciudad.  

27: No quiero ni empezar a hablar de eso, porque no terminaría nunca, como no termina nunca... Y me cansa, y me enferma. Pero me aburro y lo dejo estar. 'Qué se maten entre ellos.' Pienso. Sé que al final lo voy a pagar yo, en el más literal de los sentidos. Sé que Europa me espera en el más lejano de los horizontes deseables, y que mucho antes están siempre interponiéndose los sueños mediocres de alguien más. El egoísmo, la falta de cordura... Insanity, runs in the family, the side of my father... ♪ Y ya lo extraño, porque a veces verlo es la única forma de convencerme de que nada de esto es infinito, que algún día mi futuro va a ser mi presente, mucho más calmo, mucho más lindo, mucho más sano. Y sigo esperando mi futuro, pero ya no lo espero a él... Menos mal.

28: Día 9, y se empiezan a notar los efectos de la abstinencia: Necesito bailar. Y si no puedo bailar en un aula, entonces por favor denme una pista. Pero no íbamos a salir sin ella, y al fin y al cabo, de golpe soy una chica eligiendo ropa y perfume, ridículamente ansiosa por ver a su mejor amigo, por estar linda para él, que ya la vio tantas veces en la más absoluta peor de las peores. Y él de golpe es un chico lindo agarrando su auto lindo para ir a buscarla. Y de golpe están en un cine, pagando a medias, y ella tiene frío y él la abraza, y todo es estúpidamente lindo. Y después no tienen ganas de despedirse pero él ya la llevó hasta su casa. Así que ella no tiene otra que acostarse a dormir sin él, pensando en él. 

29: Como 3er día consecutivo de despertarse obligatoriamente temprano y no haber dormido un carajo, pero esta vez el motivo fue tan pero tan esperanzador... Año nuevo, chico nuevo, casa nueva... familia vieja. Pero no importa, mis amigos son los de siempre también, y los quiero así, enfermos y míos...Y el mundo me dice que bueno, que si quiero bailar: baile. Que si quiere bailar conmigo, baile con él, porque juntos somos bonitos y nos sentimos bien. Me da el lugar al cual salir, y la noche calurosa y despejada. Me da los cómplices, y el vestuario. Me da el incentivo para mi abstinencia... Pero este es mi blog, señores: Si no puedo dejar de soñarlo, ¿Por qué iba a poder dejar de verlo? Me dijeron que muy probablemente va a estar ahí... y yo lo sé. Se está por ir de nuevo y con la misma impunidad muy lejos a la costa, a nuestra costa, pero por lo menos, ya no tanto a costa mía. Antes saber que podía verlo era un suplicio, pero ya no sé decir lo que siento al verlo, aunque con bastante seguridad, puedo decir lo que siente él al verme bailar. ¿Querés ir a bailar a donde yo voy a estar bailando, amor? Aunque ya estemos lejos, todavía sé que la mejor forma de demostrarte que ahora soy inalcanzable, es bailando para vos. Siempre quise bailar, y estés o no, yo sigo bailando

viernes, 21 de diciembre de 2012

Que el fin del mundo te pille bailando, que el escenario me tiña las canas! ♪


-So, Casey broke up with Max...
-I see
- ...Because of you, she's gonna break up with the next guy because of you, and the guy after that, and she's gonna keep doing it because for some... odd reason, you're the one she's suppose to be with.
- Ok everybody, it's almost midnight, let's count down 'till the end of the world begins!
- It's the end of the world Cappie, what are you gonna do?

Hace muchas muchas vidas él y yo seguramente enfrentamos un fin del mundo cuando éramos dos dinosaurios enamorados. Pero muchas muchas vidas después, nos seguimos encontrando para mordernos la nariz y decirnos 'Rrrwaaaaaar!'. 


Podemos contra el fin del mundo, podemos contra el fin de todo lo que no sea nuestro fin, por eso lo que nos cuesta es el inicio...
Si mañana es el fin del mundo, ¿Dónde y con quién quiero estar? 

miércoles, 19 de diciembre de 2012

There's no stopping me! I'm burning through the skies, yeah! Two hundred degrees, that's why they call me Miss Fahrenheit! ♪

Well, some nights, I wish that this all would end 'cause I could use some friends for a change! And some nights, I'm scared you'll forget me again... Some nights, I always win, I always win... But I still wake up, I still see your ghost ♪ 


Tonight I'm gonna have myself a real good time! I feel alive and the world it's turning inside out, yeah! I'm floating around in ecstasy! So don't stop me now! Don't stop me 'cause I'm having a good time!♪


Hoy es la primera noche en mucho tiempo en la que no estoy pensando qué tengo que hacer mañana. Eso es raro en cierto sentido, porque mañana cumplo años y debería estar haciendo planes al respecto, y sin embargo, no me moviliza demasiado (por no decir 'en lo más mínimo'). Más bien estoy pensando que va a ser miércoles, y tengo clásico temprano. Tal vez se siente así porque este año no me centré tanto en mí como persona, sino en mí como bailarina. El principio de año no pudo ser en ningún sentido más desastroso. Y hubo noches horribles, noches de llorarlo cuando todavía lo tenía cerca, noches de acostarme a su lado y despertarme sin él y no entender todavía lo que eso significaba. Noches de llorarlo cuando ya estaba muy lejos. Noches de no poder dormirme hasta la madrugada, por un dolor insoportable en cada gramo de mi cuerpo, indescriptible, como fuego, como fiebre, como algo rompiéndose por dentro sin ningún control, en una habitación oscura con una sola ventana que daba a una pared gris, y sin poder hacer ruido, llorando en silencio para no despertar a la paciente de al lado, con una aguja clavada a tiempo completo en una vena, que en sí no era ni un poco más grave que otra aguja inmaterial clavada mucho más adentro y más difícil de sacar, pero invisible. Y tuve noches de morirme por dentro. Y después, con el tiempo, hubo noches de calma. De calma rendida, más que calma, resignación. Pero dudo que haya habido noches de paz, buenas o malas, cada noche hago mi cama, tacho un día en el calendario, reviso las tareas del día a venir, programo una alarma, dejo mi ropa de danza preparada en un rincón, y ahí sí, apago la luz y me acuesto, repasando mentalmente cada tarea y responsabilidad. 
Y al principio del año ordené mal mis prioridades, y empecé una carrera en Relaciones Internacionales, siendo yo la persona menos diplomática que conozco, y la más frontal, la que intenta con el alma ser la menos hipócrita. Me iba bien, aunque no estudiaba casi nada, mis notas nunca bajaron de 8 en un parcial, y aún así, cada día que pasaba era una desmotivación.
No me llenaba, era una carrera vacía, al menos para mí. No era un sueño, sino una obligación:
El precio a pagar por un futuro asegurado. La seguridad de una profesión decente y redituable, la comida sobre la mesa, los muebles en la casa, la casa en el barrio lindo. La vida vacía, con alguna que otra alegría ocasional y ningún desvelo por pasión. No pude. No lo pude soportar. Era mucho para mí por no ser nada. Todos esos libros escritos hace tanto tiempo por gente tan muerta eran muy poco para mí, que quiero mirar siempre hacia el futuro y estar tan viva... Pero ya había pasado mi cuarto de hora: El día en que falté a rendir Contemporáneo en la Escuela Provincial, porque de todas las danzas, tal vez no haya otra que me motive menos, y de todas las instituciones provinciales, tal vez no haya otra más rota que esa. 
Pero ninguno de esos abandonos fue gratuito, porque yo vivo para ser responsable y más exigente conmigo misma que el más exigente de mis tutores, y no puedo dejar ni un libro que empecé sin terminar (cosa harto trágica cuando se trata de libros muy pesados o muy malos). Dejar esas cosas a medias no fueron experiencias simples ni tranquilas y realmente me tuve que esforzar mucho por perdonarme. Por entender que no tenía por qué haber elegido bien, ni por qué seguir, como tampoco tuve la culpa de que ese chico que una vez estuvo tan lleno y ahora está tan vacío no supiera valorar mi distinción. Por entender que yo también tengo derecho a equivocarme, a tomar malas decisiones, y a ser irresponsable alguna vez, porque el mundo se dio el lujo de verme hacer todo bien sin darme nada más que una intravenosa como recompensa al final cuando se trató de él... Y cuando se trató, durante 3 años, de problemas mucho más relevantes con gente mucho más cercana en parentesco, si bien cada vez más lejana en sentimiento (quien perdura). 
Pero sería injusto decir que fue un año sin días felices. Fue un año donde todas las semanas tuve clases en las que pude sentir día a día como iba creciendo, y aprendiendo cada vez más. Fue un año de conocer a un grupo de gente hermoso, y de disfrutar de las más grandes profesoras en lo que amo hacer. Fue un año de reír mucho. Y hubo noches llenas de orgullo, la noche en la que volví en colectivo agotada a casa, para contarle a mi mamá que me habían elegido como bailarina solista para la muestra de clásico, como la más solista de las solistas de mi curso. Y hubo noches de feliz cansancio después de cada ensayo para la muestra de jazz. 
Y últimamente hubo muchas noches de armar dos camas para terminar durmiendo en una, contracturados e incómodos, destapados, despeinados, pero juntos. Siempre juntos. Aunque también hubo noches de volver a soñarlo, hasta escuchar su voz pero no llegar a verlo, y preguntarme si alguna vez él va a dejar de vagar por mi subconsciente. Y esta semana hubo noches de volver a desgarrarme la cordura y sentirme nuevamente y por completo presa de las nauseas, hubo noches de odiarlo, como tantas otras noches, como casi todas las noches de mi vida, de pensar cuánto más simple sería todo si ese principio de paro cardíaco hubiera sido un final. Noches de no temerle a la inevitable muerte, tanto como a la perpetuidad asfixiante de la vida. 
Y nunca hubo, eso es seguro, noche tan brillante como la de anoche. Porque nunca estuve tan desesperadamente abrumada de todo días antes de una presentación, nunca tuve tantas ganas de poder bailar sola ante una audiencia completamente integrada por desconocidos, nunca tuve tantas ganas de mostrar el esfuerzo y el trabajo que hice durante un año, ni tanto miedo de no poder manifestarlo llegado al caso, de bloquearme y no avanzar y de estar triste cuando más debería estar feliz, de solo saber que entre la multitud iban a estar sus caras.
Y nunca en mi vida bailé tan feliz. Nunca en mi vida pisé un escenario estando tan segura e importándome tan poco quién me viera y quién no. Nunca hasta ahora me había sentido brillar de esa manera. Con un solo error destacable, que tal vez fue necesario para confirmar que no fue un sueño, que esa epicidad del momento fue real. Nunca bailé tan perfecto, porque hasta ahora nunca me había entregado tanto, porque bailé desde el alma. 
Y ahora empiezan los saludos, los que no me importan, los que sí, los que validan el día, llega primero el de él (el que esperaba primero), y es el más hermoso, como siempre, y empiezo a preguntarme: si al final pude rendirme al fracaso de aquel otro, cuánto tiempo me tomará rendirme a la inevitable victoria que vamos a ser juntos. 
Y los 19 me agarran en pijamas, y en pantuflas, congestionada y enferma, con un maratón excesivo de Glee que empieza a notárseme en las retinas, aliviando por fin la tensión de una semana que fue demasiado: Llorando mientras hiervo ravioles. Já, y sin decidir si ese llanto es de tristeza, de alegría, o de lisa y llana histeria (personalmente me la juego por esta última). En todo caso no se siente del todo mal, es casi un alivio. Tal vez es el llanto de alguien que afronta a su destino, que finalmente comprende que aunque mucho de lo que hay por delante es incertidumbre y miedo, también es en ese camino donde esperan las luces y los aplausos, la adrenalina y la pasión, el cuerpo haciéndose cargo de su fin último y primero: El movimiento. 
La danza es movimiento, mucho más profundamente de lo que parece a simple vista, la danza es movimiento porque el movimiento es cambio, y el cambio inevitablemente te lleva a otro lugar, hacia el futuro. La danza me hace avanzar, además de mantenerme viva, la danza me mantiene cuerda, me mantiene linda, me obliga a mostrar sonrisas radiantes y sentidas cuando nadie ni nada más puede. La danza me mueve porque es mi motor, lo que me recuerda quién soy a cada paso, a cada salto, a cada giro. Lo que me recuerda a dónde voy, porque sí voy hacia un objetivo. Lo que me recuerda que valgo, y que gano cuando pongo todo a eso. La danza me llena, cuando nada me despierta, cuando nadie me conforma, cuando todo parece estar fuera de lugar y de tiempo, la música empieza y yo pienso con los pies. 
Me robe un cartel ayer, del teatro, al final de la función, una hoja de papel doblada y escrita con fibrón obviamente violeta, una frase dedicada a nosotros por la persona que más admiro en mi mundo, me tomé la libertad de robarla porque al leerla ayer se sintió puramente mía, lo que necesitaba en ese preciso momento para entender mi propia fuerza de voluntad, el cartel dice, enmarcado por cuatro corazones desprolijos:
" Si pudiera decirte lo que se siente, no valdría la pena Bailarlo... "

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Al ratito ya te empiezo a extrañar, me preocupa que te pueda perder, necesito que te acerques a mi, para sentir el calor de tu cuerpo... ♪

"Cierto también es que nuestra lealtad fue siempre limpia y total, aunque aquí hay que reconocer, cómo no, que muy a menudo actuamos como dos jugadores en la misma cancha que juegan dos juegos diferentes con la misma pelota. Y quién puede negar ya, a estas alturas de la vida, que lo que nos faltó siempre fue la E.T.A., es decir, aquello que los navegantes de aire, mar y tierra suelen llamar en inglés Estimated Time of Arrival. Porque la gran especialidad de Fernanda María y la mía, a lo largo de unos treinta años, fue la de nunca haber sabido estar en el lugar apropiado ni mucho menos en el momento debido."

La Amigdalitis de Tarzán. 

Odio The Notebook. Odio El Amor en los Tiempos del Cólera. Odio el final de Shakespeare In Love. Odio a Nicholas Spark y a todos sus seguidores por creer que es tierno que una pareja se reencuentre de grande. A García Márquez por intentar vender que no importa con cuántas minas rándom te acuestes en el medio, cuando ya seas gordo y viejo vas a poder reencontrarte con la gorda y vieja versión de la mina que amaste cuando era jóven y flaca. Odio a Viola por habérsela jugado tanto durante toda la película por el poeta muerto de hambre, y por no fugarse con él al final aún ante los ojos reprobatorios del inútil de su esposo, de Dios y de la Reina de Inglaterra. Y me gusta La Amigdalitis de Tarzán, me gusta cómo está escrito, but still, odio que dos personas que se aman con locura vivan voluntariamente en lados opuestos del mundo, ella con un marido golpeador sólo porque tiene dos hijos chicos que con el tiempo también estarían mejor lejos. Odio que la gente tenga una visión tan mediocre y conformista del amor. 
Si es amor absoluto, no importan la religión, ni los mandatos sociales, ni el deber, ni los padres, ni los hijos, ni la plata, ni la patria. Si el amor es absoluto saltás del barranco para que te conviertan, Bella. Y hablo de amor de verdad, no de obsesión insana, hablo de ese amor correspondido que es la fuerza más poderosa de todas, ese que te desata de embrujos y encantamientos, el que te despierta de un sueño eterno, el que te protege de maleficios imperdonables, el que es y será por los siglos de los siglos, amén (?). Si dos personas se aman en serio, y se hacen bien, no hay motivo externo alguno que amerite su separación. Lo creo así desde siempre, lo voy a creer así hasta el final. El mundo está ya tan lleno de cosas feas, y de gente sola que vaga sin rumbo buscando a su soul mate de turno, que es hasta egoísta encontrar al amor que te llena y dejarlo ir para cumplir con alguien o algo más:


[...] Tal vez lo único que podríamos decir Fernanda y yo es que hay despertares sumamente inesperados y que, incluso, a veces, en nuestro afán de no causarle daño alguno a terceros, terminamos convertidos nosotros en esos terceros. Y bien dañaditos, la verdad. [...] <-- Asco de lastimarse por no lastimara  terceros. Y para muchas cosas debo ser una persona egoísta y fría, pero intento ser feliz y hacer feliz a la gente que realmente me importa. Siempre creí que si yo soy la protagonista en mi propia vida no debería vivirla para el público, que al fin y al cabo por mucho que aplauda se levanta y se va al final de la función. Si en cambio, yo voy a seguir siempre ahí, al otro lado del telón bajo. 
Odié verlo hoy porque alguna vez creí que cuando cayera el telón él iba a estar al lado mío, odio verlo siempre que lo veo porque recuerdo cuánto lo amé, y cuán poco valió la pena. Y entonces pensé que me da bronca actuar como si estuviera vivo alguien que actúa como si estuviera muerto. Y los eliminé, de mi vida virtual, que es la forma más simple de darles a entender que los estoy echando de mi vida real. 
Pero entonces vuelvo a vos. Todos mis razonamientos últimamente desembocan en vos. Forzosamente debí pensar que si solo me sale odiar a uno de los que hubo, es porque lo quise más que a los otros, y que, si te quiero más que nadie... debería odiarte un montón cuando hicieras algo mal. Por favor, nunca hagas algo mal. No me dejes hacer algo mal, porque así de mucho también me odiaría yo. Y entonces me vuelvo a preguntar por qué no te busco ahora, que somos jóvenes y lindos. Y no sé. No sé. Si sé. Pero a veces no alcanza. A veces lo absoluto de nuestro amor alcanza más. Y yo soy una artista. Necesito vivir todo con absolutismo, y entrega y pasión. Ser impulsiva y liberal. Y contenerme es tan poco digno de mí! No sé contenerme, nunca supe y si estoy aprendiendo ahora es solo por lo mucho que te quiero. 
Pero necesito una salida... Necesito... estar lejos, y tener a mi lado a algún médico o fotógrafo al cual no corresponderle, necesito ver pasar por tu cama a miles de chicas vacías. Y necesito que te la juegues y amarte ahora aunque después me desgarre y me duela. Y necesito amarte siempre y que ese amor no nos lastime nunca. Y necesito que siga todo igual que antes hasta ahora. Y necesito que cambie todo. Y necesito que me digas que sí, o que no, y decirte que no, o que sí. Y necesito verte. Más que nada necesito verte. Y besarte, sin pensar en lo estúpidamente mal que está besarte. Pero no te quiero ver, ni besar, porque eso estaría estúpidamente mal. Y diría que no sé que es lo que quiero pero sí, sé lo que quiero... el problema es que abarco demasiado, quiero... quiero todo. Si es con vos, te quiero de todas las formas posibles, incluso las que implican no quererte. Si es con vos... pero vos y yo somos tan emocionalmente imperialistas... 


It's the wrong time, and the wrong place. Though your face is charming, it's the wrong face... ♪

jueves, 6 de diciembre de 2012

Don't ask me why, don't know! It's not for lack of bread, like the Grateful Dead, Darling... ♪


Cómo cuando llegás a un lugar y un montón de gente te dice "Te cortaste el pelo!". No cambia nada, pensás, es obvio. Muy diferente es cuando un día como todos, de la nada, alguien que lleva mucho tiempo mirándote sin ver, te vuelve a notar, y comenta "Tenés el pelo re largo.". Eso si descoloca, porque te mirás, y posta: tenés el pelo más largo. Y ahí ya está, cagaste: te pusiste a pensar en cómo pasa el tiempo sin que uno lo note. Lo que pasa es que, cuando te cortaste el pelo, lo hiciste consciente, lo decidiste, buscabas un cambio. Tal vez lo necesitabas, para sentirte más cómoda, tal vez después ese cambio no te gustó... pero al menos lo notaste. En cambio el pelo crece sin que uno lo note. Crece cruel. Y cuando lo notás te das cuenta también de cómo se te fue todo de las manos, cómo el tiempo no los esperó, ni a vos ni a tu pelo... ni a él. Pero es mentira: en realidad ustedes no quisieron esperar al tiempo. (No, tu pelo tampoco). Y lo que es peor: Ahora estás más parecida a lo que eras antes de intentar cambiar. Empezás a sospechar que te dejaste engañar por tu pelo: Tan poderoso e inclemente el pelo, vive ahí, tan cerca de tu cara que no podés evitar verlo en el espejo y confiar en que ese cambio en el reflejo es mucho más que un disfraz. Pero no: crece, y ahí estás: La misma de siempre. El mismo pelo, las mismas ojeras, las mismas náuseas, la misma piel, los mismos ojos, el mismo corazón roto, (por el mismo amor). 

(Domingo 02/10/2011)


01/12/2012:

P.L.:
(Tenés el pelo re largo :| )

Sí, es cierto... y también tengo una vieja cuenta de Hotmail llena de borradores que alguna vez escribí pero nunca mandé (como la actual bandeja de borradores de mi cuenta en Blogspot), y que me gustaría sacar a flote ahora que msn cierra, llevándose a la tumba tantos años de historia. La primera entrada de este blog está basada en uno de esos borradores viejos, y muchas otras tienen pequeños retazos... pero este en particular siempre me vuelve a la mente de vez en cuando: Creo que sí tengo el pelo re largo, muy parecido a como solía tenerlo antes de buscar ese primer cambio radical. Creo que sigo teniendo las mismas ojeras, la misma cara, los mismos nervios. Creo que sigue siendo el mismo amor, aunque ya no sea por la misma persona. Creo... Creo que no puedo razonar muy bien porque estoy agotada y todo esto recién empieza. Creo que a veces la ciclotimia aniquila mi ansiedad. Creo que igual estoy ansiosa. Creo que aunque no quiero que vaya igual quiero verlo ahí, o en cualquier lado. Creo que si en esa otra ocasión lleva fresias, me la juego, (como me la jugué cuando me corté el pelo a la nuca y lo cambié de color)... pero si no, creo que también puedo esperarlo (mientras mi pelo crece sin descanso). Creo... creo que otra vez lo extraño. Claramente tengo sueño, y ganas de irme a dormir... yet, definitivamente no sería capaz de dormirme si él estuviera en la cama de al lado. 


lunes, 3 de diciembre de 2012

Maybe this is living: Staring, without moving, our signs are still vital, we are alive. You're so beautiful I can't control myself... ♪

Informe de mi jardín de infantes, de cuando tenía 2 años, buenas notas en todas esas materias exigentes relacionadas a usar crayones y aprender a compartir, pero entre las observaciones dice:
"Le gusta dibujar, pintar pero sin ensuciarse. Se relaciona con sus pares con seguridad, y siempre consigue lo que se propone, es muy seductora con todos. Es muy meticulosa en los trabajos, se esfuerza mucho para lograr la perfección." 
De esa edad también hay fotos en las que estoy escuchando la radio, con un buzo gris más grande que yo, y otra secuencia de tres fotos en la que estoy intentando liberar al pajarito enjaulado de mi abuela.  

Hubo un tiempo, antes de leer ese informe, antes de ver esas fotos, en el que yo pensaba que la personalidad de la gente se iba formando seriamente durante la primaria, y que se definía mucho más durante la secundaria. No pensaba que algunos aspectos fueran tan innatos, ni mucho menos que esos aspectos fueran los más definitorios del núcleo fuerte en la forma de ser de una persona: Pero yo soy así, en esencia, sigo siendo lo que era según ese informe.
Sigo escapándome de la realidad en mis dibujos, sigo teniendo pequeños trastornos obsesivos de adicción al orden, sigo buscando la perfección en todo lo que hago, y obteniendo al final todo lo que me propongo. Sigo siendo segura conmigo misma y seductora con los demás. Sigo amando la música, y creyendo firmemente en el derecho que tienen los animales a ser libres y no decoración ni alimento. Tenía 2 años. Es gracioso porque digo que no quiero estar con él ahora que todavía soy una idiota... pero en realidad si no evolucioné nada en 17 años, no sé por qué iría a evolucionar en un par más. En 17 años sólo crecí en altura y acumulé más mambos -mis ojos siguen siendo igual de enormes, pero están mucho más tristes-, y en los años que vengan, ya no voy a crecer más de alto... al menos no después de empezar a usar las zapatillas de punta.
Pero los mambos... me gustaría creer que no van a crecer, pero probablemente son lo único que evoluciona en mí. Y entonces él ve las fotos y me dice que era lo más tierno que pudo existir, le digo que lo sé, que tampoco va a existir nada más tierno y él responde que sí, que nuestros hijos van a ser necesariamente mejores que nosotros, y yo le creo. Le creo por el simple hecho de que a veces, él saca lo mejor de mí, (aunque a veces también estemos al mismo nivel despreciable). Le creo porque, para él, yo quiero ser mejor. De acá a un par de días, o de meses, o de años, yo quiero merecerlo, y que me merezca. Yo no quiero rendirme a él y regalarle en cómodas cuotas todos mis mambos, los propios y ajenos, los light y los grosos, los físicos y mentales. Pero también lo quiero ahora. No sé si putear a mi niña interior o a mi presente. No sé si putearlo a él, pero necesito desesperadamente putear a alguien por eso. 
Necesito que alguien o algo me haga entender y asimilar el hecho de que aunque lo dibuje y lo haga reír, que aunque ordene mis prioridades y él siempre termine entre los primeros puestos, que aunque sea perfecto para mí, y aunque lo pueda obtener si me lo propongo, que aunque esté segura de que lo quiero, y aunque pueda seducirlo también, no puede ser ahora. 
Que me convenza, por favor, de que a pesar de que mi naturaleza se forjó mucho antes de que mi mente fuera capaz de almacenar recuerdos a lo largo del tiempo y de decidir qué hacer con ellos, de tomar decisiones para cambiar mi futuro, y de ponerle nombres a mis principios, sí puedo ser mejor que esto.



Saber que así no puedo, que me pierdo y me desvelo en la necesidad. A mí me gusta cuando me hablas así. Me gusta cuando estás peligroso. Y es así, es encontrarte y desnudarte ahí. El lindo juego de tenerte en vilo es lo que quiero. Saber que así no puedo, que me lleno y me vacío. Pero pasará, así me estalle contra una pared. Sé que lastima pero yo sé lo que siento, la luna de febrero, algún vinilo, el desenfreno y la necesidad... ♪

domingo, 2 de diciembre de 2012

Don't know what I want but I know how to get it... ♪

Va caminando por la calle, en línea recta en dirección hacia la casa del chabón que sabe que es su máximo destino. Camina sola por casualidad, la amiga con la que iba a ir se fue a su casa. Llega tarde por casualidad, porque se quedó acompañando en un trámite a su prima. Se pregunta al caminar '¿Estoy linda?', se peina con los dedos a mitad de cuadra, y sigue hasta la esquina. Falta solo una cuadra, pero frena en la ochava, porque viene un colectivo por la calle que tiene que cruzar. Piensa en esa línea, hace unos años solía tomarla con dos que fueron alguna vez sus mejores amigos -uno de los cuales fue también bastante más-. Mira con desgano las caras de la gente que viaja arriba, una le suena familiar: Un chico rubio que escucha música en la línea de asientos más lejana, y mira por la ventana de su lado (que no es el de ella). Ella lo ve, a medida que lo reconoce, empieza a sonreír. Y entonces él la mira y también sonríe, se miran un momento, uno de esos instantes que duran años (como siempre que se miran). La sonrisa irónica de ella se hace cada vez más grande a medida que el colectivo avanza, y entonces él levanta la mano para saludarla, y ella se empieza a reír. Lo mira alejarse sin dejar de sonreír, y negando con la cabeza. Pero el colectivo ya pasó y ahora es libre de cruzar la calle, caminar muy poco y llegar hasta su destino, ese que sabe a ciencia cierta que siempre va a estar ahí, esperando... No es que no ansíe ese encuentro, ni que quiera negar su destino, ni que no se pregunte cuán aterrador sería que esa fiel espera no fuera eterna. 
Pero ella se pudre en la eternidad, se muere de claustrofobia. Es lo efímero de una mirada de 15 segundos lo que le llena los días. Es la sonrisa de ese chico pasajero la que se muere por probar. Y ya está aburrida de todos los otros. Se aburrió de esperar a ese que nunca va a volver, y de ser la mina que era cuando lo bancaba en todas. Se aburrió de besar a esos chicos preciosos que tanto la cargosean para llevársela a la cama, y de ser la mina que se ríe más de ellos que otra cosa, pero no los puede mandar a la mierda. Se aburrió de bailar con ese chico con el que bailan tan bien, y de ser la mina que es cuando extraña a ese otro chico que también la volvía loca bailando. Se aburrió de escribirse con ese chico que le festeja exageradamente todos los chistes, pero no se prende a flashear con ella, y de ser la chica que fue cuando le dio su celular, resignada. Se aburrió de la relación de amor-odio que tiene con ese amigo, y de ser la chica que tal vez volvería a besarlo, aunque él bese mal. Se cansó de pensar en su ex más reciente e idiota, y de ser la mina que todavía se preocupa por alguien a quien ella -ahora mismo- le da igual. Y se aburrió de ser amiga de su chico destinado, de besarlo sin sentir, de mirarlo sin pensar, de ver sus fotos como ve las de cualquiera, de escuchar sobre su chica y no sufrir, de dormir en la misma habitación, pero no en la misma cama, de desnudarse el alma, pero no el cuerpo con él, (exactamente al revés que con todos los demás). Se aburrió de no tenerlo... Y aún así no lo quiere tener. Todavía no. *A veces ni yo sé lo que quiero*  Porque no se aburrió de esos ojos claros cuando la miran desde un colectivo, o desde cerca. *Ya lo sé, lo dijimos muchas veces* No se aburrió de la ansiedad que le provoca el no saber cuándo lo va a poder tener, si es que alguna vez lo tiene. *Pero sé que no te quiero tener cuando no sepa lo que quiero... sé que te quiero tener cuando sepa que te quiero a vos* Y no se aburrió de no saber cuándo va a verlo... ni mucho menos de ese fuego que la desarma cuando lo ve. No se aburrió de no amar a ese simple desconocido, porque sí ama sus encuentros aunque sean muy pocos. No puede aburrirse de él porque sería aburrirse por completo de sí misma. En ese chico vive su esencia  porque ella es -en resumen- esencialmente histérica. Ella nació siendo histérica, y creció para ser la Histeria.  Se reconoce a sí misma en el hambre que despierta en la gente cuando se lo propone. Reconoce a un par en él porque es de los pocos que saben dejarla con hambre. Y le da pánico saber que allá afuera hay un chico que la ama y la va a amar por y a pesar de todas sus imperfecciones, así como ella lo ama y lo va a amar siempre a él. Le da pánico saber con cuánta facilidad podría rendirse ahora mismo a la perfección hermética de una relación con él, y empezar a saludar sin ningún deseo en la voz, y sin fuego en la mirada al chico rubio, o a cualquiera como él (aunque haya pocos que le causen ese efecto). Le da pánico estar siendo más que amiga, sentir cuando lo besa, pensar cuando lo mira, ver sus fotos durante horas, sufrir porque está con otra, dormir en su cama, estar tan pero tan cerca de entregarse por completo y de rendirse a tenerlo a él. Le da pánico resignar su posibilidad de historia con un chico rubio que conoció una vez, u olvidar que por unos años tuvo un amor platónico que necesitaba alcanzar por lo menos una vez para poder morir feliz, y una chica bastante tocada con la que le hubiera gustado salir un tiempo -contra todo mandato social y familiar y lógico-, así como le molesta pensar que su chico destinado es bonito enough como para voltearse a media facultad en 5 años más de carrera, pero que él también resignaría eso por estar con ella ahora. Le da pánico porque, al encarar cualquier otra relación, ella sabe de antemano que tal vez resulte mal, y se termine eventualmente. En esos casos, las cosas que se resignan, se resignan de momento y a futuro un rato más. Pero con él... con él las cosas se resignan de por vida. Vivió toda su vida sola, incluso cuando en teoría estaba acompañada. Hace apenas un mes ella empezaba a cansarse de su estúpida soledad rodeada gente, y ahora se plantea la chance de encarar por siempre una vida de a dos. Sabe que para eso tendría que resignar mucho de lo que define su vida tal y como la conoce desde hace años, y egoísta como es, no quiere resignar nada, aunque quiere tener todo. En medio de los besos que no puede evitar darle, presa de los impulsos idiotas propios que podrían llevarla a equivocarse otra vez, reconsidera y vuelve a entender que no puede resignar todavía nada de lo que le impide ser su dueña... porque entonces se aburriría, se aterraría y lo resignaría a él... y, sinceramente,
¿En qué se diferenciaría eso de resignarse a ella?


















Well it rains and it pours when you're out on your own. If I crash on the couch, can I sleep in my clothes? 'Cause I've spent the night dancing. I'm drunk, I suppose. If it looks like I'm laughing I'm really just asking to leave... ♪

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Libro Dos:

La vida sigue. A veces sólo toma un click en el cerebro darse cuenta de un par de cosas, y evolucionar...

Sobre la Música:

* Hoy después de muchos muchos viajes con el reemplazo de turno: Guasones, lo más cabeza de Canciones del Huracán, Tequila (lista electrónica, Guetta and friends y todos esos muertos caídos en mi placard), Wonderful Noches, 98.9, 100.7, Laid, Alternative Ulster, etc., pude volver a escuchar Obsesionario sin insta.anudarme el estómago.

* Hoy me olvidé el celular en el auto. Nunca pasa, nunca me despego de él. Tuve que bajar a buscar la llave para abrir la puerta de casa para abrir el auto para sacar el celu, y al bajar sonaba esa canción. Mi canción. La canción que él me había robado, mi preferida. También pude escucharla de improviso sin que se me llenaran los ojos de lágrimas. Por fin mi canción vuelve a ser mía.

Sobre el Cine:

* Tengo una nueva Lista de Estrenos Esperados (aunque Django Unchained todavía se hace desear). En cuanto a las otras:

Vieja Lista:

- Batman Rises: Fue terriblemente épica. Lloré 3 veces de emoción. La cuarta fue por respeto a todos los cómics caídos durante su creación, a los que los creadores patearon, prendieron fuego y vomitaron sólo por si acaso. Anne Hathaway estuvo casi aceptable... no la odié tanto. Dije que si no sonreía en toda la película tal vez la zafaba, de algún modo bizarro lo logró... y además su personaje era el único que sí guardaba algo de coherencia para con al menos uno de los universos del cómic. Y hay algo curioso en la forma en la que se cagaron en las biografías de todos los personajes secundarios: A diferencia de la primera Trilogía de Spiderman, en la cual se notaba que los guionistas jamás habían tocado un cómic de la serie regular en sus vidas, acá se notaba que los tipos sabían la historia de memoria y con bastante exactitud... sólo que decidieron cagarse en ella. 

- Dark Shadows: Preciosa. Me hizo reír bastante y re.enamorarme de Johnny Depp como por vez número mil. Y el final le rompe el orto a casi todo lo que vi/leí en mi vida relacionado con vampiros... únicamente comparable al final de Drácula, el Musical de Cibrian-Mahler. Me gustan las minas valientes, no las que mariconean durante tres libros y medio sin conseguir una sola mordida, ni un solo garche.

- Frankenweenie: Estéticamente es tan perfecta como puede llegar a ser la perfección animada de Burton. También me hizo reír a lot... pero creo que en suma, me quedo con la original.

- The Amazing Spider-Man:  ...Gracias por tanto. En lo que a mi respecta, los productores se despertaron un buen día de su terrible viaje de opio de 5 años de duración preguntándose qué mierda habían hecho con sus desastrosas vidas, y por qué Peter Parker tenía que pagar el precio. No le pedía nada a la peli más que el hecho de que no fuera tan sin.carpamente desastrosa como las anteriores. The Amazing Spider-Man son 136 minutos de épica y hipster redención. (La amé). 


Nueva Lista:



- Les Misérables: ...Cómo te odio Anne Hathaway. Te redimís en una y la volvés a re.cagar en la otra... Famosa universalmente por haber destrozado Somebody to Love, ella se manda re-cabeza a cantar la que probablemente se considera la mejor canción dramática de musicales ever, y, again, a destrozarla. Igual después de ver esa entrevista tal vez acepto levemente la justificación que da para haberla cantado tan mal... tal vez un poquito de sentido tiene... Maybe, pero igual no se merece ser Fantine. De todos modos el resto del elenco es excelente. Te falta Lea Michelle, eso sí, te faltan voces de Broadway... pero te espero, Les Mis. Te espero con ganas.

- El Hobbit: ...Sólo con ver el trailer se me pone la piel de gallina. Lo leí este año, descubrí gratamente que Tolkien es mucho más tolerable cuando no tenés 10 años... y cuando nadie canta en élfico. La primera trilogía tiene a 3 de las pocas películas en el mundo que considero mejores que los libros en los que están basadas... (aunque la mayoría de las veces si me gusta el libro no veo ninguna de sus adaptaciones a la pantalla) realmente son de lo mejor de la década pasada, así que a este segundo proyecto le tengo mucha mucha fe. 

Sobre las Cosas que Importan: 

* Tengo una nueva tanda de Borradores del Celu:
(De nuevo en orden cronológico):


1. Yo- "2.52 am, podrían decirme ahora que son las 3 de la tarde y totalmente lo creería." (Sobre estar ebria)

2. M.P.- Me habías dacho la mano!
    G.- Rimaste para los master?

3. F.D.- (Sobre las rimas barderas y decentes):
    * Te puse en tu lugar, orangután.
    * Bancate un tanto, ballenato. 
    * Corte Gaturro, te puse en tu lecho, turro. 
    * Gato, te puse en tu lugar un rato.

4. G.-
- Bancate una tita, ballenita.
- No me rompás los huevos Rubén!

5. Kick Buttowski:
- Si comen yeso en mal estado... bueno, nunca hagan eso.
- Es como el peor consejo de la vida!

6.
(Sobre las diagonales de jazz):
S.- Era una de Grand Jeté y la otra de Tandeflesh? Me acabo de enterar!
Yo- Y qué hiciste hasta ahora?
S.- Todo Grandeflesh.


7.  G.I.- "Mirá la cara de cerda gorda capitalista que pone!"

8.
"300 pitufos muertos de tristeza" (Pintada que veía desde el colectivo, y que ya borraron a medias)

9.
S.- "Osea, o dejás de ser gorda, o dejás de ser." (Sobre la gente que elige estar mal)

10. Chacocueva: *Dirección*

11. G.- "Boluda, pude sentir como el brownie absorbía el alcohol en mi estómago y por ende empecé a sentir la locura." (Sobre la droga)

12. Yo.- "Me parece una conclusión lógica y lógica y lógica." (Sobre la misma droga)

13. G.- "Dos buenas muy noticias."

14. G.- "¿Te imaginás un mundo en el que los palitos de la selva fueran, in fact, palitos de la selva?"

15. Par de Reyes: 
- La timidez no es miedo! ...Es más linda.

16. "Rancho Pelola: No traer sandías." (Cartel impresentable colgado en el medio de las islas)

17. Yo- "¿Por qué a nadie le preocupa que las de Vieníssima sean perras y no cerdas?" (Sobre la alimentación canina de la gente)

18. G.- "Si eso es punta y hacha, esta es la cucaracha." (Sobre los turnos del Truco)

Sobre Mí:
Sep. Básicamente tenía ganas de resumir 3 entradas en una (?) 

lunes, 26 de noviembre de 2012

And all together it went well. We made pretend we were best friends, then she said "Oh, I can't wait!", they ordered me to make mistakes... ♪

Dijo que prefiere hacer llorar a tres mil como ella antes que hacerme llorar a mí. Yo sé que es cierto. Yo sé que si yo estoy llorando esta noche y él acostándose con ella, es porque lo quise así...
- Oye, Ginny...- musitó, mientras alrededor la gente reanudaba las conversaciones interrumpidas poco antes y se levantaba-. No podemos seguir saliendo juntos. Tenemos que dejar de vernos.
Ella esbozó una enigmática sonrisa y replicó:
- Es por alguna razón noble y absurda, ¿verdad?


Hace un par de años, cuando recién empezaba a aprender a besar, y a descubrir que se podía cortar la respiración de alguien besándolo en el cuello, yo salía con un flaco que no era mal pibe, pero era bastante idiota, y no me trataba tan bien como yo hubiera querido, era alto y tenía el pelo lacio, pero tal vez tenía rulos. Y por esa época también me histeriqueaba bastante un loco que tenía novia, y que representaba todo lo que estaba prohibido por ser estúpido y nocivo... lo había visto un par de veces nomás, estaba siempre despeinado, y tenía el pelo negro, pero también puede que fuera rubio. Y yo tenía un mejor amigo, que era más importante para mí que la mayor parte de la Tierra. Yo tenía un mejor amigo que era perfecto para mí... Vos eras perfecto para mí. Y estabas enamorado de mí, y eras inusualmente tierno y bonito. Decías que querías verme bien, y si no me veías, saber que iba a estar bien. Decías que no importaba lo que dijera la gente, que éramos solo vos y yo. Decías que me ibas a esperar el tiempo que fuera necesario... Decías que si estabas seguro de algo en tu mundo, era de que querías estar conmigo. La primera vez que te besé, todo el mundo nos miraba. No nos importó, porque ese beso también fue perfecto. Pero la primera vez que te vi en la escuela después de eso, estuve al borde del ataque de pánico, me saludaste con otro beso, la gente volvió a mirar, y vos no mirabas a nadie, solo a mí. Siempre me viste solo a mí. Y yo... yo siempre vi a todo lo demás sin verte del todo a vos. Pero estabas tan seguro, y eras tan tierno que me empecé a enamorar. Me rendí de lleno a tu voluntad de ser novios y gritarlo a todo aquel que quisiera escucharlo. Me rendí a las fotos lindas, a los regalos, a los primeros besos de esos que pedían a gritos una cama (aunque no me rendí a la cama). Me rendí a la perfección de vernos juntos. Y al principio fue perfecto, como sabía que iba a ser. Y después también fue perfecto, pero yo no me sentía perfecto. Con el tiempo te seguí viendo re seguro a vos, los vi re seguros a todos, vi que el presente era seguro, y el futuro era seguro, y supe que no había una sola razón válida en el mundo para terminar con vos, y con esa certeza llegó la claustrofobia. Así que elegí al chico histérico y nocivo, elegí su violencia y su cama. Elegí su imperfección y su destrozo. Elegí todo lo que era opuesto a vos, porque todo eso era efímero y estaba roto. Me desperté como de un sueño, dos años después, habiendo probado drogas asquerosas en rincones bastante feos de la ciudad. Habiendo escuchado bandas que hacían más ruido que música. Habiendo tenido el pelo descuidado y la desaprobación absoluta de mi papá. Habiendo crecido de golpe para hacerme cargo de alguien que no iba a crecer nunca. Me desperté en un mundo donde ya no me mirabas. Por un tiempo, yo tampoco te miré. Pero después, obviamente, me arrepentí histéricamente de haberte perdido como novio, como mejor amigo, como te conocí. Te volví a buscar, y me hiciste sufrir por todo lo que te había lastimado. Todavía tenías algunos gestos inusualmente tiernos, y estabas mucho más bonito... pero ya no eras mío. No quisiste volver a ser mío. Me enseñaste a fracasar. Me enseñaste lo irreversibles que son algunos errores. Me hiciste entender que algunas personas no pueden lastimarse sin dejar cicatrices incurables tanto en el lastimado como en el que lastimó. Me enseñaste que no puedo jugar por siempre. Me hiciste crecer. Durante mucho tiempo de malestar, como mil noches llorando y mil días viéndote lejos, pensé que si lo deseaba con la suficiente fuerza y demostraba cuán arrepentida estaba de todo, la vida, el universo y el karma me iban a dar la oportunidad de redimirme por ese error garrafal que marcó tanto mi vida. Pensé que al final ibas a volver, a ser perfecto, a estar conmigo, a ser perfecto para mí... Pero no vas a volver. Y ya no quiero que vuelvas. Todo lo que aprendí ahora que entendí que nunca vas a volver se perdería si volvieras: Vos me mandaste a internar, pero él fue el primero en ir a verme al hospital. Prefiero estar sin vos, al final, prefiero crecer y redimirme. Es la misma situación. La primera vez no la cagué al irme con otro. La cagué haciendo las cosas demasiado rápido al pedo. Tenía 14 años, no podía enfrentar una perfección perpetua porque me faltaban vivir muchas imperfecciones... y ahora tal vez tengo 19. Y aún no sé si quiero esa perfección. Pero sé que soy un poco más madura que la última vez, y entiendo que a veces las decisiones sanas y correctas duelen más que los errores jóvenes y estúpidos.Tal vez yo maduré lo suficiente como para dejarlo ir ahora, para esperarlo el tiempo que haga falta y estar ahí para él después. Pero él es más parecido a lo que era yo hace 4 años que a lo que soy yo ahora... yo viví 4 años de estupideces nocivas, él no vivió nada. Le falta vivir. Me quiere vivir a mí más de lo que quiere vivir rupturas y vueltas y encamadas con ella o con 3000 como ella. Pero sabe que puede vivir todo eso y tenerme después, tan bien como sabe que no va a querer vivir nada de eso si me elige a mí ahora. Y todo este tiempo pensé que vos eras la meta, pero no, eras el camino, no eras nadie. Eras prueba y error. Cuando te perdí, sentí que me moría, pero si lo pierdo a él, me muero. Esta es mi forma retorcida y extraña de decirte 'Gracias'. No lo vas a entender. Porque vos no sos él. Nadie me entiende como él, nadie lo entiende como yo. Pero lo que es aún más real: No lo vas a leer. Y no nos vamos a casar ni vamos a tener hijitos, como siempre te dije que iba a pasar, aunque es bastante seguro que me case y tenga hijitos con él, así que tan tan errada no estaba... Aún así, gracias por todo... y feliz cumpleaños enano.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Es tan perfecto que asusta... ♪

Sentís la electricidad, y no la sabés llevar: Te quema, te paraliza, y no te deja reaccionar. El enemigo peor, ese gran saboteador, siempre será uno mismo, y ese miedo a estar mejor. Es tan perfecto que asusta... porque nunca es justa la felicidad. Saber elegir es lo que cuesta más... No cualquiera suma sin restar ♪

- ¿Qué pensará la gente cuando nos ve, que somos novios?
- No sé... somos una de esas parejas odiosas que ningún soltero se banca ver.

- Jajaj mal.
- Somos una pareja que se ríe... nunca veo parejas que se rían después del primer mes. Solo veo parejas que se besan.
- Porque la gente se besa para no tener que llenar los silencios con palabras ni con risas...
- Sí... si te pierdo a vos, me pierdo yo. No sé que viene después... 
- Es que vos y yo somos uno, no existimos sin el otro. La gente seguramente me recuerda como el loco que siempre estaba al lado tuyo, y a vos como la loca que siempre estaba al lado mío, y a los dos como el único ente que se sentaba al fondo del aula a tirar mierda a los demás. 
- Jajaj. Sos tan parte de mí que no sé quien soy sin vos... Creo que ya me hice a la idea de que todas las parejas eventualmente cortan, o se arruinan...
- Yo también. Y ponele... yo ahora estoy con ella. Y la quiero. Y me gusta... pero sé que de acá a unos meses le voy a cortar, y ella me va a odiar, y yo también la voy a odiar... y lo pienso y es un garrón porque ahora me gusta estar con ella, pero sé que va a ser así. Y a veces creo que va a ser así con todas las minas con las que esté, porque todas las minas con las que estoy son un punto medio antes de llegar a vos.

*Well... that was unexpectedly cute. Reminds me of...*

- Boluda, ¿Por qué te quiero TANTO? Me gustás mucho...
- No sé... ¿No nos venimos queriendo hace varias vidas?

* Lo veo tan jugado y yo estoy casi paralizada... De a momentos la mente se me va, pero el resto del tiempo el cuerpo no cede del todo... Estoy re tensa. Él no lo nota. De golpe tengo miedo. ¿Y si nunca lo llega a notar? Ese otro tampoco lo quería notar nunca... *

- Y eso me llevó de nuevo a pensar en vos. En que osea... yo sé que me querés mucho, y que te gusto mucho... pero no sé si sos consciente de hasta que punto soy una enferma Pibi (?
- Jajaja, no, capaz que no, ¿Pero en que punto eso podría hacer que te quisiera o me gustaras menos?


*¿Por qué tengo tanto miedo? *

- Tengo miedo de que digan que sos el capricho de turno... que digan "Pero no salía hace una semana con ese...? Está siempre cambiando de flaco...". Tengo miedo de que creas que no me importás... de que digan que está mal.
- ¿Qué mierda te importa lo que diga la gente? ¿Alguna vez nos importó?
- No me importa lo que digan... me importa que te lo creas. 
- ¿En serio te pensás que me puede cambiar lo que me diga alguien?
- No sé... ¿Y no vas a frikear porque antes estaba con él?

- ¿Cómo voy a frikear por eso? Boluda, me conocés! 

De algún modo me da siempre la respuesta correcta. La que quiero escuchar al hacer la pregunta... No me pasa eso con nadie más. Tampoco debería sorprenderme que me pase con él, si al fin y al cabo pensamos igual la mayor parte del tiempo. Pero me conozco. No me permito dejarme llevar cuando todo pinta demasiado perfecto... Soy tan escéptica. Nadie me está frenando. Nada me impide decirle que sí. Yo sé que en cuanto uno de los dos se anime a un 'Sí' lo demás se va al carajo para ambos. Y aún así, no logro articular esa palabra. Y hubo un diálogo tan parecido hace tanto... yo siempre preguntándome: ¿Cuál será la historia oficial...? *

- A esta altura, ¿Cambia algo?
- ... Creo que sí. 

- Vayamos a dormir, entonces...
- Ok. Pero yo duermo con vos.
- Ya lo sé. 


* Lo que él diga, yo siempre lo sé. Creo que tuve un principio así, cuatro años atrás. Un mejor amigo perfecto que me asustaba porque me recordaba cuán imperfecta soy. Me acuerdo que me escapé por la vía fácil: Con alguien retorcido y nocivo. Porque era más fácil algo insano que asumir la perfección de por vida. Creo que lo volví a buscar, a ese otro. Creo que ya no estaba ahí para mí, y le escribí un blog donde volqué todas mis idas y vueltas, todo mi arrepentimiento por haberle fallado la primera vez, y al final, toda mi resignación al entender que él ya no iba a hacer otra cosa que volver a fallarme en fría e inevitable venganza. And yet, here I am. Teniendo la brillante oportunidad de redimirme, pero con otra persona. Esto me ofrece el karma. Creo que hasta ahora no lo había notado. Creo que no había asimilado la magnitud de una historia de mil vidas pasadas afectando a esta. Siempre creí que si el karma se volcaba otra vez en mi favor iba a ser con el mismo chico, no con la misma situación... Mucho menos esperaba a un chico mejor. Pero sobre todo: No esperaba que fuera con alguien que está tan pero tan cerca, alguien con quien tengo una relación aún más intensa, y un entendimiento alarmante. El karma me lo hace así, creo, para que decidir sea mucho más valioso. Más difícil y más cruel. Para que entienda que no va a haber una tercera chance. En la vocecita nasal de ese primer amor tirado por el pánico a vivir bien, el karma me pregunta: 
¿Cuatro años más tarde, querida... habrás logrado crecer? *

viernes, 23 de noviembre de 2012

When you've got to choose, every way you look at it you lose ♪

Lo que me preocupa es lo mucho que sabe a principio. Fue una visita igual que las 50mil que hubo antes, ¿Por qué esta tuvo que saber a principio? Todo aquel que haya padecido una relación amorosa supo en su momento disfrutar un principio. Ya por el final, cuando todo se está yendo al carajo y se derrumban uno a uno los pocos pilares que siguen sosteniendo a la pareja, a menudo pasa que ambas partes recuerdan con nostalgia esos primeros tiempos, y se desesperan por estar al lado de la misma persona y no poder revivirlos. 
Y yo... yo más que nadie amo los principios. Yo vivo de sensaciones, no de promesas. Cambio de estación como los vuelos internacionales. Me dejo llevar por mis emociones e impulsos mucho más de lo que respeto en caliente las decisiones que tras horas y horas de maquinación, tomé en frío. Me juego amistades tambaleantes por un beso copado. Cuando se me antoja algo, lo consigo y no me frenan las relaciones pasadas de nadie. Cuando se me antoja alguien, no me freno ni yo. Cuando mis antojos son casuales, ni siquiera hay grandes principios, lo que hay es histeria: Histeria, histeria, histeria, sacada de ganas, ganas, ganas, ganas... aburrimiento. Me aburro muy fácil de la gente que me gusta, y aún así tengo la insana costumbre de antojarme de las pocas personas cercanas de las que no me gustaría aburrirme, ni deshacerme: Es que también me gusta probar todo lo que no creo que me pueda hacer muy mal, y cuando llevo mucho tiempo creyendo conocer a alguien a veces razono que no lo conozco tanto como podría. Y entonces también hay histeria, y sacada de ganas, y ganas, y también hay salidas y risas y peleas y besos, y al final, también hay aburrimiento. Pero todo eso es parte de un juego. Es mi juego, y en mi juego siempre gano yo, porque yo pongo las reglas... Pero no siempre es así. A veces, pocas veces, me deje o no termino siendo parte de un juego más grande, de reglas inciertas y crueles. A veces me enamoro, y esas veces la peleo con pasión. Y a veces pierdo, pero solo después de haberme jugado absolutamente todas las fichas (hasta ahora, tarde o temprano, siempre perdí, aunque casi siempre me rendí unilateralmente). Yo solo pierdo después de haber añorado con bronca el principio. Las veces que amo (mierda), esas sí tienen principio. 
Sé reconocer un principio a esta altura, varias historias después. Sé que al principio hay histeria, pero histeria de la fuerte e imperturbable, de esa que no se cae a las dos salidas, sino que resiste a veces por meses. Es esa histeria divina que uno sufre y disfruta al mismo tiempo. Es la histeria que se sabe que tiene límite de caducidad cantado. Es la histeria que uno puede controlar. Porque al principio hay dos personas que se miden a cada paso, porque ninguna quiere ceder, porque las dos quieren ceder. Sé que al principio hay silencios cargados, miradas con hambre, roces casuales, desbarranques, vueltas a la realidad. Miles de mensajes de texto, y charlas continuadas por chat cuando el crédito no da más. A veces, incluso hay llamadas. Al principio no hay rutina. Sé que al principio todo resulta excitante y nuevo, y que uno elige con cuidado la ropa que se va a poner para ver a alguien que ya vio mil veces (a veces estando en las peores). Que todo es impredecible y que uno quiere acelerarlo, y al mismo tiempo, forzarlo a ser eterno.
El problema conmigo, "tantas historias después" es que también conozco, no tanto los finales (que sí los reconozco bien), si no lo que viene inmediatamente después de que termina el principio. Sé lo que la gente dice de mí. Sé lo que te van a decir a vos. Conozco ese eterno rumor de que no le soy fiel a nadie, (aunque le haya sido infiel a un novio una sola vez, cuatro años atrás). Sé que dicen que no me conformo con nada, (aunque muchas veces haya cedido y dejado pasar mil cosas para intentar conformarme en una inconformidad insalvable). Sé que muchos creen que soy un juguete a disposición de todos (aunque en verdad no esté a disposición de nadie con quien no quiera jugar yo). Sé que van a decir que me aburro de todos, que me voy a quedar sin amigos, que me voy a cagar en vos. Sé que dicen que soy una puta (porque casi ninguna tiene la seguridad en sí misma de apuntar alto y saber que va a acertar). Pero las masas de gente siempre hablaron y van a hablar desde su propia mediocridad e hipocresía, desde sus propios deseos reprimidos, desde su propia inseguridad.
A mí no me duele lo que puedan decir sobre mí. Lo que me duele de verdad, es lo que puedas llegar a creer. Porque hace 3 o 4 chicos que siento esa cautela recelosa, esa imposibilidad de jugársela del todo. Ese juicio callado pero no invisible. Esa puerta entreabierta con la predisposición para correr detrás de la primera idiota de cartón corrugado que pase caminando y sea más manejable en un mundo más rosa, pero también más gris. 
Y yo no quiero que vuelvan a jugar conmigo en vez de jugársela por mí. No quiero a otro chico que esté conmigo a medias, y que no me entregue nada. A mí que no me importa ser la 2da, 4ta o 7ma chica de uno que tampoco es el primero para mí, a mí que no me importa que haya 3ras ni 4tas, si la Primera soy yo, a mí sí me importa no ser la primera de alguien que sí está Primero en mi lista... de alguien por quien yo podría quemar todo el resto de la lista, y deshacer en cenizas los restos de papel. 
No me molesta que haya otras si estás vos, lo que me duele es que no estés vos porque hubo otros. Si me volviera a sentir tan en segundo plano, creo que podría volverme cínica del todo. Que podría retirarme únicamente al placer de las victorias cortas para evitar los fracasos largos. Y si te perdiera a vos... me perdería yo. Es tan difícil intentar proyectar qué quedaría de mí si te fueras vos porque sos parte de mí. Si hicieras cosas odiosas, querría contártelas a vos, y no podría. Tengo miedo. Eso me pasa. Creo que nunca tuve tanto miedo de perder a nadie. No me voy a aburrir de vos, eso lo sé muy bien... lo que no sé es si, con el tiempo, y con ayuda de unos cuantos susurros malintencionados, no te vas a aburrir de mí. 
Te quiero, y lo sabés -si restamos mamá y perros y a ella (que está al mismo nivel que vos)- más que a nadie. 
Sería la historia de amor más grande, eso lo sé. ¿No nos venimos amando vida tras vida? Pero no quiero amarte con grandeza si te voy a perder igual. Cuerpo y alma me piden a gritos que me deje llevar por ese principio, lo piden porque es mi esencia, yo juego, eso hago, y yo gano, y tal vez nada sería más divertido y perfecto que jugar con vos. Pero igual tengo miedo... porque aunque no sea tu intención desde ningún punto de vista, sé que si me lastimaras no habría nunca un dolor peor. 

martes, 20 de noviembre de 2012

Don't let go! Keep a hold of me... ♪



[...] Yo siempre pensé que fue la rabia de Luisa, en Lima, pero no. Todo se decidió la mañana en que no te vi, mi amor, y tú no lograste moverte, tampoco, ante ese semáforo en rojo. Lo recuerdo vagamente, como escondido debajo de la bruma de una triste y oscura mañana de París y una buscando desesperadamente llegar a tiempo a la Unesco y de golpe torciendo a la derecha, en vez de seguir de frente, porque acaba de tomar la determinación de partir a Chile, aunque haciendo antes una escalita en Lima, no sea que. No sea que nada. Esa mañana, en París, Juan Manuel Carpio, cada cual decidió meterse en el lío que podía. 
La culpa la tuvo, como siempre, nuestro Estimated Time of Arrival, al que tan disciplinadamente le obedecemos siempre tú y yo y que nos hace llegar siempre en otro momento, cuando no a otro lugar. [...] 

La Amigdalitis de Tarzán. 



P:
Cuando eras chiquito nunca te acosaban de golpe miedos idiotas tipo seguridad de que si pasabas por frente a la puerta de una habitación a oscuras seguro había alguien escondido ahí? O que detrás de la cortina de la ducha podía haber una persona? O que si volvías a tu habitación solo podía haber alguien esperando? O que si no subías rápido la escalera alguien te podía perseguir?

G:
especialmente el de la escalera
miles de esos
ni hablar

P:
Como que lo desesperante de esos miedos no era tanto al qué pasa si te agarran, sino a no saber cómo reaccionarías, si te saldría gritar o si podrías correr lo suficientemente rápido como para llegar preferentemente hasta mamá, o en todo caso, hasta debajo de la sábana mágica...

G: 
jajajaj mal

Aún cuando sabemos que son idiotas, la mayoría de las veces le damos más credibilidad a los miedos infundados que a las esperanzas vanas. A veces es más fácil creer que puede haber un extraño con ojos amarillos colgado de una ventana a 3 metros del piso mirándonos en silencio, que seguir esperando encontrar entre la multitud del centro un día cualquiera, su cara entre la gente. Yo... yo te vi mil veces apareciendo de improviso entre la gente, y las mismas mil veces vi tus rasgos fundirse y desaparecer en la cara de alguien más. Mil veces aluciné tu pelo, tus lentes, tu ropa, tu altura, tu forma de caminar... Me acostumbré a asimilar en mi organismo el vacío siguiente a descubrir que no eras vos. Me entrené para no ilusionarme. Fue por eso que cuando te vi hoy por segunda vez, en la misma esquina, desde el mismo colectivo, el mismo día de la semana, con más de tres meses de diferencia desde la última vez, primero te miré cansada... admitiendo de antemano la certeza de que no ibas a ser vos. Fue algo en tus ojos desnudos, en cambio, lo que me hizo mirarte dos veces, de ahí el sobresalto, y el pequeño paro cardíaco que siguió al reconocerte. Eras vos. Otra vez. ¿Podía ser que fueras vos? Tanto tiempo después de haber decidido no volver a verte... De haber tomado la sana decisión de evitar aparecerme por cualquier lugar o evento donde pudieras llegar a estar. De haberme rendido. Una vez más sentí el sobresalto en todo el cuerpo y te miré cruzar la calle con impotencia, te vi fruncir el ceño y morderte los labios presa de la incredibilidad de estar viendo ese gesto tan tuyo en vivo y en directo una vez más y sin haberlo planificado. Presa de la incapacidad de creer que tuvieras puesta la misma remera que vi esta mañana en una foto, en esa foto... "Que cuando no estas conmigo te extraño, y cuando estas conmigo no quiero volver a extrañarte nunca" lo leí hoy, la puta madre. Ese texto tiene casi cuatro años y justo se me dio por encontrarlo hoy. ¿Qué hago? Decíme, ¿Cómo le explico a mi cerebro que encontrarte en la ciudad en la que ambos vivimos, de vez en cuando, es algo totalmente racional? ¿Cómo le pido al destino que, por una vez, nos deje en paz? Si al menos me dieras un minuto de paz... si tuvieras la consideración de dejarte el pelo demasiado largo, de vestirte horrible, de brotarte la piel...  ¿Tanto te cuesta, por una sola vez, intentar no ser tan hermoso? Y entonces pasó ese instante. El colectivo tiene parada en esa esquina, pero siempre que te veo quedo demasiado shockeada como para reaccionar a tiempo. Me bajé, obviamente, unas cuadras después, otra vez. Pero al pisar suelo firme y pavimentado caí otra vez a la realidad: No te puedo seguir. No te puedo buscar. No te quiero encontrar. Otra vez no, por favor. No quiero regalarme tan fácil como víctima de tu sonrisa. Te conozco, en 5' de charla casual lograrías hacerme reír, y evitarías mirarme a los ojos. Me conozco, pasaría las siguientes semanas viviendo de ese recuerdo, hecha un ente. No quiero volver al Día Cero. No puedo volver al Día Cero. No me puedo comprar gratis una nueva ración de esa tortura. 
Pero lo cierto es que tampoco puedo fingir que algún día voy a verte así y vas a ser una cara más entre la gente. No puedo fingir que podría pasar de largo a tu lado, como hago con mucha gente con la que alguna vez salí. No puedo fingir que no me duele. Me duele. Contenerme y no buscarte dolió tanto o más como las veces que te supe encontrar. Me dolés, mi amor, 10 segundos de verte queman tanto como los años de historia que cargamos. 
Sé que no debería, sé que no te lo merecés, sé que no es justo para nadie, sé que duele, sé que enferma, sé que ya no sentís lo mismo, sé que hace tiempo debería haber dejado de ser así...
Pero te quiero... Perdón. 


Y para encender esos ojos, el pecado es el que más me ayuda... Le agradezco a mi santo (el de los que no se creen ninguna) por haberme engañado otra vez y dejado a tus pies, como un ciego que busca y encuentra, después de perderse hasta enloquecer! Sería una real pena no volver a tocarte otra vez...