jueves, 22 de mayo de 2014

Vi Veri Veniversum Vivus Vici.

Yo:
Recién estaba cocinando y pensaba:
- Supertramp con 200 estrellas y tres lunas traídas de Londres para mi.

- Supertramp dejando un oso gigante afuera.
- Nerd-Toy con un par de cómics de Spiderman en la escuela.
- Nerd-Toy con un chocolate en el genial primer piso del teatro que me llevó a conocer.
- Nerd-Toy con tres chocolates, cuatro rosas, dos cómics de los caros (uno de los cuales le había dicho que me gustaría comprar pero estaba más caro que antes y me daba bronca), cuatro V en modo mariachi y un grabador en la vereda... 
- ...R. a las 4am en mi puerta, borracho, celoso, con un bon o bon y un shot chiquito.

...y nadie puede competir contra eso.
Es estúpido, cómo si estás enamorado es tan simple, y hace falta tan poco... y el gesto más idiota es imbatiblemente tierno.

Exacto. Porque él logró hacer eso en contra de todos los convencionalismos del contexto de mierda que tenían ustedes, y en contra de todo lo que te dijo que nunca iba a hacer. Los otros hicieron todo lo que "se debe hacer" por galantería, pero sin un motivo real. Sin un sentido real para vos. No fue compartido, fue invasivo.

Yo:

Sí... y sí, puedo enumerar mil razones por las cuales valía la pena intentarlo con Supertramp, y puedo enumerar mil razones por las cuales debería darle una oportunidad al Nerd-Boy... pero es mentira. Todo lo que intento sentir por alguien que no sea R. es mentira, y no hay forma de que eso me haga bien, y a la larga tampoco de que le haga bien al otro. 
El Pibito viene y se acuesta conmigo una vez por semana, y me hace reír, y es hueco y se viste muy mal... y me encanta que sea así. Porque no me importa si sale con otra mina, y a él no le importa si estoy enamorada de R..
Creo que no puedo nombrar ni diez cosas que sepa sobre él, y me encanta que sea así. 

Me encanta estar bien por alguien a quién nunca tengo que ver por más de lo que dure... es la situación más cómoda y sana posible para mí en este momento, y no la cambiaría ni por todas las estrellas y grabadores del mundo.

miércoles, 14 de mayo de 2014

You are never given a wish without being given the power to make it true. You may have to work for it, however.

Me engancho una noche con una película sobre un oso gigante, y al día siguiente aparece un oso gigante de regalo en mi puerta. Digo una tarde que Episodio II es mi Star Wars favorita, y a la noche la pasan en la tele. Menciono en una previa que quiero sentarme lejos del hermano de mi ex, y en cuanto llego a la otra fiesta veo al ex en cuestión sentado en la mesa de al lado. Pienso en mi Nerd Toy durante tres cuadras, y a la cuarta lo veo caminando frente a mí. Me mencionan a dos actores sin ninguna relación recordable entre sí, y al instante, buscando otra cosa encuentro un video de ellos interactuando. Leo un día un ensayo de Loomis sobre cómo el observador modifica lo que ve, y al día siguiente almuerzo con mi viejo y empieza a hablar sobre lo mismo. Estoy imantando cosas. Películas, objetos, ideas, personas. 
Hace una semana y media que si un pensamiento predomina en mi mente, el Universo encuentra la forma de materializarlo ante mi... con una pequeña excepción, claro. Vos, que siempre (y desde hace mucho más que una semana y media) predominas en mi mente, no apareces en ningún lado. Estás en el libro, sí. 
Más me acerco a su final, más cosas entiendo. Pero en la vida, ¿cómo hacés para esquivar con tanta efectividad todos los imanes con los que intento atraerte? 
El libro de Loomis dice "Lo cierto es que podemos con facilidad adiestrar al ojo para que vea lo que queremos que vea; en efecto, ya ha sido adiestrado para ello. Podemos distinguir en una muchedumbre la cara que estamos buscando, y apenas tener conciencia de los demás rostros." y sé que en teoría se refiere a analizar lo que vemos para pintarlo en forma fiel a nuestra propia percepción, pero en la práctica, toda esa frase me habla de vos. Mis ojos están adiestrados para verte en todas partes, el Universo lo sabe y se ríe de mí: Me dice "Pedí lo que quieras y de una forma u otra es tuyo, lo que quieras, menos a él."
Y ya sé que no te puedo tener, ya sé que quererte es al pedo, ya sé que si pidiera algo sobre vos debería ser seguir teniéndote lo más lejos posible. Ya sé que esperar encontrarte y saber que no voy a hacerlo me consume un poco todos los días. Y me miro cada mañana al espejo: 
La piel blanca, las ojeras azules, los ojos marrones... marrones? Pero mis ojos eran verdes.
Siempre fueron verdes, aunque al conocerme la gente tardara un tiempo en notarlo, siempre me lo decía al final. Mis ojos eran verdes, me fijo más de cerca: lo siguen siendo. Pero no como antes... no como antes de enamorarme del chico con los ojos más verdes del mundo. Y una mañana ese pensamiento me inquieta, recuerdo la forma en la que te miraba, con cuánta devoción, con cuántas ganas de darte todo, y cómo cada vez que me mirabas tus ojos parecían ser más verdes... me pregunto si cada vez que tus ojos se clavaban en los míos les robaban un poco de color. 
Y por supuesto, quiero verte, quiero cruzarte en la calle y ver tus ojos color verde kriptonita... pero más quiero verme al espejo y que mis ojos sean tan verdes como solían ser. 
Quiero verte, pero algo dentro mío me dice que tenga cuidado, que estoy imantando cosas, que tarde o temprano por ley de atracción te voy a llamar con tanta fuerza que no vas a poder evitar responder, y que al aparecer, si te dignas a mirarme, y si al hacerlo lográs sostener el personaje de Tomás sin que se trasluzca para nada R., entonces capaz me vacíes por dentro y me rompas, y te vayas llevándote con vos el poco verde que queda en mis ojos.

lunes, 5 de mayo de 2014

Yeah then I saw love disfigure me into something I am not recognizing... ♪

Finalmente me animé a arrancar el libro, cada frase me recuerda a vos y me acuesto todas las noches llorando al cerrarlo. Ahora empiezo a entender todo... cada una de las cosas que no cierran. Toda la cronología en el tiempo: Yo me enamoré de un chico, después ese chico leyó un libro y quiso transformarse en personaje. Y yo seguí tan ciegamente a los mismos ojos y a la misma sonrisa, que nunca noté el cambio. 
Tengo un juguete nuevo al que no soporto escuchar hablar, pero ey, hace cuánto no veía una espalda como esa... hace cuánto no era yo, feliz sin que me importe si él lo es. 
Y también tengo un peluche nuevo, valga la novedad, de obtención involuntaria: tu amigo lo dejó en mi puerta justo cuando creía que se había empezado a calmar. Vos nunca vas a hacer algo así por mí... aún si me extrañás, Tomás no envía perros-oso gigantes a sus amantes. Tomás sólo siente compasión por Teresa. Incluso siendo Sabina, para vos soy una más. 

Y es gracioso a un nivel irónico y desquiciante: 
Como yo, que casi nunca me enamoro de un chico real, que vivo siempre enamorada de personajes ficticios, esta vez siento que el hombre de las páginas al que decidiste imitar es mil veces más insulso de lo que eras vos por vos mismo. No quisiste ser Peeta, no te fascinó Percy, ni Hannibal ni Lemony. Ninguno de mis enamorados perdidos, héroes o asesinos con talento... un infeliz común y corriente, demasiado acomplejado como para jugársela del todo jamás por nada. 
Yo quería que un personaje saltara de la ficción y se presentara ante mí. Yo quería el amor de Peter y Gwen, tan natural como respirar, tan desgarrador como dejar de hacerlo. Yo quería a un personaje, hasta que te conocí. Yo quería un personaje, pero no invadiendo tu cuerpo... Yo quería un personaje, pero no el que elegiste vos: 
Un tipo infiel que se acuesta con todas, pero duerme solo con una. Al menos eso vas a decir... a tus amigos, a los míos, al que lo quiera escuchar, y te van a creer. Van a creer que sos así, que siempre fuiste así y la única diferencia es que ya no intentás ocultarlo. Van a creer que esa es tu naturaleza y no un disfraz. 
Cuando termines de convencer al mundo de que Tomás está en tu mente y en tu piel, de que lo sentís como tu identidad más profunda, de que esa es la verdad de lo que sos y lo que hacés, ¿Qué va a pasar, lindo, si algún día te recuerdo que yo me dormía abrazándote, pero al despertar vos me abrazabas a mí?

Some say love is a burning thing that it makes a fiery ring. Oh but I know love as a fading thing just as fickle as a feather in a stream... See, honey, I saw love, you see, it came to me: it put its face up to my face so I could see... ♪