martes, 29 de marzo de 2016

Nos decimos sin hablar... ♪

Hoy entendí cómo puede pasar. Hoy por primera vez me sentí pertenecer al aterrador Mundo de los Adultos en el que vive la gente de más de treinta años. Fueron apenas unos instantes, pero de golpe entendí con cuánta facilidad se podría en la adultez cometer los mismos errores que cometí siempre, que cometo ahora, pero peores. Lo entendí cuando a través de una vidriera primero creí que estaba alucinando pero sí era él. Cuando corrí media cuadra para llamarlo por su nombre y verlo darse vuelta. Sí era él. Y me miraba. Como si fuera un sueño, como si no creyera del todo que era yo de verdad. Y él y yo no fuimos nada, nadie en la vida del otro, no realmente. Siempre hubo fuego y nada más. Hoy lo veo y es ridículamente lindo, sí, hermoso de cara. Pero ridículamente bajito también. Yo no me equivocaría por él, por él no. Hoy no. Ya no. 
- Cómo está tu chiquita? - Le pregunto.
- Bien, en casa... - Me mira.
- Qué pasa?
- Nada, es que es muy raro volverte a ver. 

Trabajamos en la misma cuadra. 
Lo saludo, con la certeza de que voy a verlo más seguido de ahora en más, porque trabajamos en la misma cuadra. Me voy, me escribe:
"Qué placer verte otra vez." Como en esa canción que me gustaba cuando salía con él, tal vez un poco después. Y entiendo. Entiendo que yo no me equivocaría por él, con él. Su mujer está loca. Su mujer. Muy loca, me amenazó de muerte una vez, hace años. Increíble. Yo salí con ese idiota que tiró su vida así. Y la bebé. Pregunté por su bebé. Pero en su mirada estaba el mismo fuego de siempre. Las mismas ganas. Como si el tiempo no hubiera pasado. Como si fuéramos dos pendejos en las bambalinas de un teatro. Del mismo teatro. En las mismas bambalinas. Y pienso en el otro. Y lo imagino. La misma situación de acá a otros años. Preguntarle: 

- Cómo está tu chiquita? - Y que en sus ojos verdes haya fuego y no me importe. No me importe cómo está. Cómo va a estar. No poder evitarlo. Porque su novia ni siquiera está loca, ni siquiera da miedo. Ni siquiera el riesgo de morir por él. Tan simple como siempre.
Con cuánta facilidad el deseo podría transformarme en una persona terrible. Y ya no adolescente. Ya no confundida. Terrible y adulta. Me asusté. Siempre pensé que mi límite máximo e inamovible sería ese. Esposa e hijos. Si el límite no está ahí, ¿dónde está? 
Últimamente mis límites se derrumban de a pedazos. Estúpida adictiva inmoralidad.
Un día me voy a hartar de ser yo.

domingo, 27 de marzo de 2016

Directo desde el archivo de diálogos imposibles que tuve de verdad.

-  Quiero irme hasta el fin del mundo
- Te acompaño
- Bueno, pero no estás obligada a acompañarme hasta el fin del mundo, podes volver cuando quieras, o irte hacia otro confin del mundo
- Lo se, sólo por eso te acompaño
- Te amo ♥ no se si me comprendes pero te amo igual
- Jaja yo también te amo me comprendas o no


(Spoiler Alert: El diálogo es una metáfora sobre la vida y las relaciones interpersonales).

 (p.d.: Viste que sacaron todos esos candados del Pont des Arts? Entendieron que las artes y el amor se suicidan lentamente si intentan encadenarlos).



sábado, 19 de marzo de 2016

Reservarás un lugar en la Gloria para mí! ♪

Cuando yo no era yo creía en el sexo heterosexual, adulto, fiel, monógamo, con amor. No sé si se entiende: creía -sólo- en eso. El día en que nací, contra la pared de una cocina que no era nuestra me dieron a luz un chico y una chica que me probaron que las cosas podían ser diferentes. Que podían ser... mejores
Antes de empezar a ser yo decía 'Te amo' todo el tiempo, sobre todo cuando no lo sentía. Hasta que una noche, en la cama de un chico que sin tener 20 años ya tenía una adicción a la cocaína, por primera vez lo dije en serio. Ya nunca miento al respecto.
Antes de ser yo creía en la música horrible de los boliches horribles, la que se baila entre gente vacía y sorda. Hoy creo en la Electrónica. La hecha por amigos, la que se baila entre amigos y desconocidos totales. Me culpaba en la fiesta en la que nació esa parte de mí por estar ahí. Me gusta soñar que igual hubiera encontrado el camino a quien soy de no haber ido, aunque tomara más tiempo, porque me gusta ser yo. Pero en verdad soy yo porque tomo esos riesgos. Porque voy a la culpa como las mariposas del témpano van al fuego.
Cuando no era yo apenas creía en el alcohol y en ninguna otra droga. Hoy creo en probar aunque sea una vez todo aquello que pueda darme placer sin matarme, sin matar a alguien más. Eras antes de ser yo comía carne, ¿podés creer? No recuerdo ni cómo se sentía ser esa persona.
No sé si alguna vez creí en los celos. Supongo que sí, son de lo más bajo que tenemos por naturaleza. No recuerdo si alguna vez los defendí. Supongo que sí, no voy a fingir ser tan superior. Supongo que en algún momento de mi vida enuncié que estaba bien celar a la gente. Que era necesario. Prefiero no recordar cómo se sentía ser esa persona.
Supongo que alguna vez fui insegura, y posesiva, triste en general. No soy así ahora.
No era yo cuando no había perdonado los crímenes que perdoné. Aún no había visto a la redención encarnada. Nunca había dormido con los errores irreparables de alguien más.
No era yo cuando no había pisado Europa. Aún no había visto la belleza más absoluta. Nunca había admirado de frente al lado sublime de la Humanidad.
Antes de ser yo era más como el resto, y siéndolo era más y menos feliz. 
En algún punto dejó de darme miedo experimentar. Y en ese punto aprendí a crecer.
Lo hacemos por el morbo.
Y de verdad me gusta ser yo. Si no creyera que es mejor, sería distinta. 
Y de verdad no los entiendo. 
Yo no entiendo a la gente que tiene la chance real y tangible de batir cualquiera con su vida y su juventud y la arruina queriendo seguir el manual. ¿Cuántos años tenemos? ¿No podemos vivir antes de casarnos y reproducirnos acabando para siempre con nuestras vidas y nuestra felicidad? Pero vivir en serio. Yo no entiendo a la gente que camina por el mundo como si no le temiera a la muerte. Como si el tiempo fuera eterno. Como si la belleza y las ganas no duraran un segundo. Yo quiero vivir todo, probar todo, hacerlo por el morbo. Porque puedo, porque la mayoría no lo haría. 
Yo quiero al chico con novia, al amigo de mi chico, a la chica de mi amigo. Los quiero a todos si son bellos, y si son bellas, las quiero a todas también.
Yo quiero el amor y la pasión y la locura. Quiero los viajes. Quiero las fiestas. Quiero aprovechar todo al máximo. Yo tengo todo si quiero, si me dejan.
Cuando me muera no me va a quedar nada que no haya probado y haya querido probar. 
Cuando sea vieja quiero arrepentirme de cosas que hice, no de haberlas dejado sin hacer por miedo. Cuando mire para atrás quiero pensar en el chico de ojos verdes y en cómo dejé de amarlo porque no me alcanzaba su realidad, y lo que es peor, no me alcanzaban sus sueños. 
Cuando esta noche me bese un chico de esos que entendieron lo que es vivir quiero que otro chico entienda que no me conoce. Que no entendió nada de mí. Que sólo soy fiel a mí cuando no le soy fiel a nadie. Que sólo soy yo porque Horacio Brent no me alcanza, porque ya no respiro por su autor, por nadie así. Que lo único que me moviliza es la posibilidad de acumular experiencias. Que no me sirve, si vamos a hacerlo por el noviazgo y la ñoñez, no me sirve. Nunca me va a servir. No mientras sea yo. Mientras sea así cada vez que mire hacia el futuro voy a estar en otras ciudades viviendo nuevas historias. 
Si lo hacemos por las razones por las que todos lo harían, de verdad lindo, no me sirve. Si lo evitamos porque el morbo es demasiado no voy a estar siendo yo.
Y de verdad -de verdad- me gusta ser yo. 
Me gusta mucho más de lo que nunca me va a gustar intentar ser como vos.

lunes, 14 de marzo de 2016

We are not Groupies. Groupies sleep with rockstars because they want to be near someone famous. We are here because of the music, we inspire the music. We are Band Aids.

- A ella no me la vas a presentar, no? - Le pregunta un amigo al verlo histeriquear conmigo.
- Vení boludo, te la presento! - Y lo hace. El amigo se va.
- Que lindo eso de entregarme en bandeja de plata a tus amigos.
- Es la mejor bandeja.
- La próxima deberías consultarme al menos a cuál de tus amigos quiero que me entregues.
- Eso no se pregunta. - Dice el Dj. 

Y recuerdo un diálogo muy lejano:

- Es la persona menos católica del mundo. Es muy inteligente. Sin mencionar fachero.
- Dejá de venderme a tus amigos, R. 
- Na, se vende solo. Jajaja, te estoy jodiendo. 

Pero ese amigo sí se vendía solo, y los amigos del Dj también. Pienso que dijo mal mi nombre. Yo vendería mi alma por una cama con él, pero a veces hasta para mí es demasiado su nivel de vacío. A veces el enojo puede más que las ganas.
Y sé que los dos en verdad son posesivos y celosos, proponen a sus amigos para decir que tienen el control, pero cuando yo me voy les cambia el viaje. 
Hubo una fiesta hace meses en la que escuché tocar al mismo que tocaba en la primera fiesta de esas a la que fui. Creo que él me enamoró de la música electrónica. No será 'el Dj' acá, pero es mi dj preferido. Su banda es la mejor banda local. Y en la fiesta en la que reconocí su música a un piso de distancia, sólo por los bajos, no estaba ahí por él. Cuando lo crucé de frente en el marco de una puerta le dije "Flaco, SOS LO MÁS", pero cuando atinó a besarme me fui. Yo estaba ahí por su amigo, no por él. Siempre por el amigo y no por él. Por el amigo cuando el amigo me dice que está bien entregarme, pero no preguntarme qué opino al respecto. ¿De verdad?
Estoy en la barra a uno de mis amigos de distancia de él. Ya hubo tantas miradas cruzadas mientras bailábamos. Está esperando una cerveza. Le hablo a mis amigos pero lo miro a él.
Y hace horas que espera. Convenzo a mis amigos de ir todos a bailar. Hace décadas, siglos, eras que espera. Y cuando ellos avanzan yo me quedo. Le ofrezco mi vaso. Diciendo:

- Hace demasiado que esperas esa cerveza. - Y responde:
- Vos sos Paulina. - Probando que ningún liker compulsivo de facebook jamás es inocente. 
- Y vos sos el padre de mis hijos electrónicos. - Le digo yo, probando que ningún chamuyo es lo suficientemente idiota como para desactivar a un chico que está lleno de ácido y ya sabía tu nombre sin haberte hablado nunca antes. Se ríe.

Más tarde Hipster Boy y el Dibujante se sientan conmigo en la barra. Intentan hace horas lograr que el barman les venda una cerveza. Agarro el billete de una de sus manos. Me inclino sobre la barra. El barman me vende una cerveza.
- Te odio - Me dicen. Me río. 

Y el Dibujante sale y Hipster Boy está sólo conmigo con alcohol de por medio, como más le gusta estar, y el padre de mis hijos electrónicos sale de un baño cercano y se acerca. Y HB, por una vez, inventa rápido una excusa y se va. Se lo agradezco en silencio. Y una vez solos, el PDMHE encuentra enseguida un momento para besarme. Para bailar conmigo. Para besarme bailando. Y estoy en la gloria. Y el Dj debe habernos visto porque estaba ahí al lado y perdió su sonrisa irresistible. Me pasa por al lado y me mira mal. Tonto. Debe habernos visto también el vecino que hace un rato me hablaba asquerosamente cerca. Mejor.
Bailo y beso y cada tanto vuelvo a mis amigos, lo dejo ir a los suyos. Bailo y beso y cada tanto, vuelvo a sus amigos.
El Dj se apoya en la barra, hace horas que espera una cerveza.
- ¿Siempre tardan años en dar la cerveza en este lugar? - Le sonrío mientras le alcanzo mi vaso, toma un sorbo y por primera vez desde que tengo memorias suyas me mira sin que sus ojos sonrían. Sonrío más. Me llevo el vaso. Vuelvo a bailar y besar. No puedo esperar para siempre.  

No puedo esperar para siempre. Ni hasta la próxima luna llena. Falta demasiado tiempo y quiero aullarle a él. Y salir con su amigo, sí. También. Yo quiero todo. 

Recuerdo en el mismo finde que hay habitaciones hechas a prueba de mí. Con paneles que consumen casi todo el sonido. Recuerdo que había casas así, llenas de basura residual de fiestas acumuladas. Llenas de dibujos y calcomanías y arte. Firmadas de amigos. Mundos aparte. Con la mejor banda de sonido posible. Con gatitos o perros. Con camas en las que nunca nada sale mal. De chicos que nunca duermen. Y toman un montón. Y fuman más.
Y están hechos de sorpresas. 
Recuerdo en fin que había casas que me recordaban al Pintor y a su rabbithole. Rabbithole es un buen nombre, más fácil que PadreDeMisHijosElectrónicos, y kind of resume lo mismo. Puede llamarse así. 

- Qué tal la ciudad de las luces? - Le pregunto al Pintor.
- Muy bien, enamorado de este sitio. Hoy me robé una taza del Louvre. Anoche hablando con unas chicas fui a una fiesta, pasaban techno. - Me río. (¿Quién más que él roba ahí?)
- N
o tenes arreglo. Que geniaal. Yo anoche fui a drogarme y coger con Rabbithole. - Se ríe mucho más.
- V
os hdp no tenes arreglo. Rabbithole me cae bien.

No tenemos arreglo, posta, él y yo. 

Me dice que no deberíamos salir más el chico con el que teóricamente no salía. Y está bien, qué se yo. Mandé un mensaje a las 2:10 am el sábado, decía: "No nací para la fidelidad chicos. Nací para fisurar con dj's y coger drogada." y en ese momento, como en tantos otros, era cierto.

viernes, 11 de marzo de 2016

I'm not choosing.

Jake: Man, do I love you.
Olivia: I want Vermont with Fitz. 
Jake: Oh, okay. 
Olivia: I also want the sun with you. 
Jake: So...
Olivia: I'm not choosing. I'm not choosing Jake. I'm not choosing Fitz. I'm choosing me. I'm choosing Olivia. And right now, Olivia is dancing. Now, you can dance with me or you can get off my dance floor. I'm fine dancing alone.



miércoles, 9 de marzo de 2016

I took you for granted, I took fate as a rule ♪

-No había visto tu facebook lleno de trabajos nuevos. Te admiro de una forma que de a ratos es más fuerte que el amor. Tus dibujos me dan ganas de llorar.

Hoy tuve una entrevista en un restaurante de alta cocina cuyo nombre está en catalán. ¿No era eso un buen augurio, nene? Pero cuando quiero demasiado algo entro en peligro de autodestruirme. Soy tan buena para la autodestrucción. Vivir dentro mío es agotador. Si amo vomitar y amo el alcohol y odio vomitar y alcoholizarme. Voy a tener que dejarlo por un tiempo en serio si pretendo decir con honestidad que no tengo un problema. Y en mi mente no termino de separar el hecho de que la entrevista haya resultado ser para trabajar en otro lugar, del hecho de haberme embriagado tanto anoche. Ni siquiera me fue mal, superé el mareo y las nauseas, la presión baja y los nervios. Fui hecha una diosa, no, me fue bien. Siempre me va bien. En apariencia al menos, en los números de la libreta. En mí no tanto. Hubo tantos momentos a lo largo de la noche en los que pensé 'Debería irme a cenar y dormir.' y no lo hice. Una y otra vez no lo hice. Y sólo la última parte tal vez se justifica, tal vez es lo peor. Estaba en la más mítica terraza con un chico que me encanta. Me encanta. Y hace rato que nadie me encanta así. Y es un bobo, sí, un vago, ya lo sé. Y tiene novia, y su novia me cae tanto mejor que él. Pero es lindo. Lindo de una forma rara y está loco. Loco de una forma rara y tiene talento. Y ya sabemos como soy hacia el talento. Como nunca puedo resistirme. Me resistí, igual. Porque no quiero ser la chica que hace las cosas mal siempre. Quiero a veces, de vez en cuando, en al menos un aspecto de mi vida no hacer las cosas mal del todo. Y entonces no consigo el trabajo ideal en la cocina catalana, supongo. Por ahora al menos no. Y no salgo con el chico disponible que sólo puede hacerme bien, supongo. Por ahora al menos no. Empiezo tal vez a resignarme a otras opciones. A pactar. Porque en verdad quiero hacer todo, siempre todo. Porque en verdad quiero volver a vos. A una habitación llena de tus pinturas y papeles. A que el amor no sea necesario y el dolor esté igual porque la admiración puede ser  igual de fuerte. De todos mis locos lindos talentosos (mirá que son muchos), siempre el mejor. Y hoy cumplen años todas esas Fs que me complicaron el año. Pero estoy tranquila porque tus dibujos me dan ganas de llorar. 
Y llorar me hacía falta, lindo.


Todos de a pedazos en una canción.