domingo, 31 de octubre de 2021

Liefmans en Lorelei

Como cuando hacés la estupidez de esperar a que alguien te hable primero, porque vos diste el primer paso la última vez, y te habla, desafiando a todos los fantasmas de los Halloweenes pasados. Se ofrece a pasarte a buscar, porque eso siempre es más romántico que encontrarse en algún lado, y vamos a un bar que veo siempre pero al que no había ido nunca. Nos sentamos afuera porque él fuma. La consecuencia de eso es que durante todas las horas que pasamos ahí, los tipos de la mesa de al lado le piden una y otra vez su encendedor. Le hablan en Neerlandés, aunque entre nosotros hablamos en Inglés y los dos le hablamos en Neerlandés al mozo. Me pregunto por qué la gente siempre sabe que no soy de acá, en qué parte de mi acento es tan obvio. Tal vez simplemente nos escuchan hablar sobre Argentina. Sobre pobreza e infancias felices. O sobre sexo. Sobre amor. Sobre relaciones. Sobre política. Sobre Bélgica. Le hago todas las preguntas realmente interesantes y las responde siempre sin filtro. Me cuenta sobre esa chica que conocí en la misma fiesta en la que lo conocí a él. Se quedaron hasta muy tarde porque ninguno de los dos se animaba a dar un primer paso, pero los dos querían darlo. Vírgenes. Siebe y yo nos fuimos de esa fiesta a otra, con su ex. Y pudo haber pasado algo pero no pasó nada. Vírgenes también. Me pregunto si la gente aprende algo cuando nos escucha hablar. Me pregunto si se preguntan si están viviendo bien. O si nos juzgan pretenciosos e idiotas. Decidimos tomar una cerveza más antes de salir a caminar por la ciudad, y elige una cerveza roja, frutal como la mierda. Dice que es algo que los adolescentes toman para iniciarse en la cultura alcohólica, porque es dulce y fácil de bajar. Pero en algún momento el Patriarcado dicta que los varones dejen de beberla, porque sabe demasiado a frutos rojos y eso de alguna manera inconcebiblemente abstracta es femenino. Así que él la sigue ordenando, para desafiar el status quo. Me pregunto cuántos de nuestros gustos y hábitos están determinados por pequeños actos de rebeldía cotidiana. Salimos a caminar, por esa ciudad que no es Rosario y que tiene otra magia. Nunca no me parte al medio la estética gótica del centro. Nunca dejo de pensar lo imperdonable que es que los habitantes de este mundo no reconozcan su belleza. ¿Ser de acá implicaría llegar a naturalizar esa belleza? ¿Quiero entonces ser de acá? Caminamos hacia una ruta que nunca suelo tomar. Llegamos a un muelle contra el río, un pequeño anfiteatro de cara al agua, con una escultura roja que mandé a mis amigos a ver cuando estaban acá, pero no fui con ellos. Creía que la escultura se llamaba Leonor, pero se llama Lorelei. No guío tours por esta zona. Y estamos cerca. Muy cerca. Le cuento sobre los hombres que fueron importantes en mi vida (que son). Y siento algo a punto de ebullición que no estoy dejando que explote. Escucho su voz pero viene de dos lugares distintos. Le digo “Creo que esa cueva al costado del canal está haciendo eco de tu voz. Te escucho doble. O tal vez otro Adam vive ahí solo, tan solo que repite todo lo que decís vos que estás afuera en el mundo. Y vas a tener que vivir con esa idea en tu mente para siempre.” Saluda al río y escucha su propio eco, para confirmar una teoría o la otra. Más tarde, mucho más tarde, cuando le digo que aprenda, que me crea, que siempre que se siente mutuo es porque es mutuo (me trata de boomer sabia, con esa capacidad irritantemente atractiva que tienen algunos flacos de elogiar y denigrar al mismo tiempo) le digo que el chocolate probablemente también quiere ser comido, porque sino no podría ser tan delicioso, y me dice “A veces te pido que repitas algo porque creo que escuché mal, pero después repetís exactamente lo mismo”. Le digo que es un chiste. Un personaje. Que cuando sueno como diálogo de libro es a propósito, un poco irónico también, que se supone que él sepa la diferencia, “No tengo idea”, dice. Un poco más temprano, en un muelle distinto, sin Leonor ni Lorelei, al que llegamos de la mano, le pregunto “Adam, we talked so much about honesty, about saying what we want. What do you want from this?” “Everything that I can get, that you can give me” dice él. Y no mucho más tarde nos besamos. Le digo en algún punto antes del beso que no me molestaría tenerlo en mi vida como amigo, sin la necesidad de tener sexo. Que creo que es una persona llena de magia, y que necesito más magia en mi vida. Así que si no cogemos, o si cogemos y no está bien, no creo que haya problemas. Pero después nos besamos. Y le digo que en general, se sabe desde el primer beso si coger va a estar mal, y a juzgar por ese beso lo dudo mucho. Me pregunta si tener sexo con gente nueva suele ser así para mí. “Así” = hablar durante horas y desvestirse de a poco, con algunos interludios mucho más físicos, pero que no escalan del todo porque la charla es igual de interesante. No, le digo, nunca es así. Esa es la dinámica que una tiene con una pareja estable, no con un desconocido. La dinámica de la confianza, de la comodidad. Le pregunto si así será la forma en la que gente como él y yo se hacen amigos. Me dice que probablemente sí. Le digo que nos ahorramos toda la parte ridícula de intentar tener una relación monogámica. Me dice que pasamos directamente a cuando volvés a tener sexo después de cortar, y se hacen amigos. “Es la mejor parte”, decimos los dos. Y me acompaña a casa, porque eso es mucho más romántico que ser un idiota que se llena la boca hablando de Feminismo pero después manda a la chica a su casa, de noche sola. “What are you feeling?” “I’m… crushing, kinda hard, on you” “Hardcore crush, yeah, that’s accurate”, es mutuo, le digo, cuando se siente mutuo es porque es mutuo. El chocolate probablemente también quiere ser comido, sino no sería tan delicioso. Lo digo en personaje pero en el personaje hay algo de mí. Y en su estética cuidada de película I.Sat Adolescente hay algo de él. El chico es la encarnación de la rebeldía ante el Patriarcado. Por eso es gracioso que se llame como el primer hombre, el onvre original. Son los aros de gitano y las uñas de colores, sí, pero es sobre todo el tono absolutamente casual en el que me dice que podemos seguir cogiendo sin penetración. Es su bisexualidad asumida y la camisa retro. Y la cerveza frutada y los libros, el tocadiscos y la bandera de Rosa Luxemburgo. Es el hecho de que la violencia no sea lo suyo, pero esté dispuesto a explorar mi violencia, con sus límites. Es el hecho de que tenga límites. Me dice “Por favor, por favor sé totalmente honesta con Siebe. Pero asegurate de que esto pueda volver a pasar.” Así que entro a mi casa y me baño, me acuesto a dormir junto a Siebe, y al despertar soy totalmente honesta con él. Pero me aseguro de que eso pueda volver a pasar.

miércoles, 29 de enero de 2020

Summertime, and the livin' is easy



Ahora que me voy a vivir fuera de Rosario, ahora que empieza a parecer una realidad palpable, casi cierta y creíble, irme de esta ciudad mágica e infumable, hay tantos planetas alineándose que sería absolutamente anticlimático no irme en serio. Desde que decidí que me iba y adentro se sintió realidad, Hipster Boy y yo lloramos en el portal de una de mis casas teniendo esa conversación que habíamos pasado tantos años intentando no tener. Nos dijimos que nos amamos, nos dijimos que nunca va a funcionar entre nosotros, nos dijimos que igual nos vamos a desear siempre. Y con Toy Boy, nos sentamos en un bar solos desde la última vez que rompimos cosas que no queríamos romper en un ascensor. Nos dijimos que si tuviéramos que considerar todos los casilleros que componen la personalidad de una persona, somos las personas más parecidas que conocemos, el uno del otro. Nos dijimos que nunca va a funcionar entre nosotros, nos dijimos que igual nos vamos a desear siempre. Recuperamos a Hollywood de manera hollywoodense, fue excelente, y como en toda película, un poco dejó de funcionar dos minutos después del final feliz. Por un segundo creí que nos íbamos a desear siempre, pero él siempre estuvo mucho menos dispuesto que yo a aceptar las incongruencias sanamente mágicas de la vida. No importa, conocí a un chico que me recuerda a todas las mejores cualidades de él cuando éramos chicos. Nos dijimos que queremos ser amigos. Espero no prestarle demasiada atención nunca a ese deseo. Alicia volvió a mi vida. Admitimos que fuimos novias. Le dijo a mi novio "Paulina y yo somos el amor de la vida de la otra", yo no la contradije, él lo aceptó, así sé que él es el amor de mi vida. Alicia y yo nos dijimos que nunca va a funcionar entre nosotras, no del todo al menos. Nos dijimos que igual nos vamos a desear siempre. Por fin nos rendimos sanamente a esa hermosa ambigüedad que nos gobierna históricamente. No pasó en ese orden, todo esto. Pero no importa. A veces no recuerdo bien en qué orden pasaron las cosas, pero recuerdo que pasaron y que fueron importantes. Hablando de importantes, el Chico de Ojos Verdes me regaló algunas noches de magia de esas que siempre deseé cuando alguna parte de mí leía el futuro y confiaba en que podríamos ser amigos. Casi amigos, algo así. Ebrios de marihuana hablamos sobre este blog, el hilo rojo virtual entre nosotros, porque siempre fue más suyo que de cualquier otro. Me dijo que él también estaba enamorado, mi Paulina de 19 años interior por fin se sintió triunfante. Felicitaciones, Paulina, tenías razón... igual eras bastante patética, no se puede todo. Nos dijimos que nunca va a funcionar entre nosotros, nos dijimos que igual nos vamos a desear siempre. Ojalá tengamos París. Algún día. Estaría bien si sólo fuera un sueño, ya no necesito nada más. Pero si no lo fuera, vivir sueños siempre es como mínimo extasiante. Al Chico de Ojos Negros le regalé una noche mágica. Un último esfuerzo, un último brindis por la Secundaria y por ese grupo de seres del mal que alguna vez fueron tan importantes. Me dijo que perdió mi mail, ese que nunca supe si había leído. Estaba triste al respecto, yo había olvidado lo que había escrito. Lo releí hoy, por eso en realidad terminé acá. Ay, la nostalgia, es una magia tan poderosa. Le dije que siempre me voy a poner idiota cerca de él, me dijo que perdió la cabeza en el momento en el que pasé por la puerta. Mi Paulina de 17 años interior por fin se sintió triunfante. Felicitaciones, Paulina, tenías razón... igual eras más que patética, no se puede todo. Sus amigas estaban celosas al punto de la histeria, como si los últimos diez años hubieran sido un segundo. Me reí y me recordó que ya sé cómo son, que saben lo que soy para él. Su primera novia, su primer amor, su primer todo. Nos dijimos que nunca va a funcionar entre nosotros, nos dijimos que igual nos vamos a desear siempre. Son todos los importantes, ¿no? Todos los rosarinos anyway. Todos los protagonistas del blog, creo. De mi paso de adolescente a adulta. Apenas tuve una relación sana y real dejé de escribir. Acá, al menos. Pasé a escribir cartas de amor que alguien sí estaba leyendo. Y respondiendo, con igual amor. Llegaste, Paulina, ¿feliz? Mucho. ¿Aterrada? Siempre. Este blog es ante todo una carta de amor a mi ciudad, a sus dioses, a mi universo y mi vida, a mí. Tengo mucho miedo de volver a odiarme cuando viva en una ciudad distinta, con dioses distintos, en otro universo y otra vida. Pero Rosario, mi Rosario, me despide con tanto amor. Con todos los ríos de lágrimas llevados por la corriente del patetismo que pueden leerse en este blog, nunca me arrepiento de haberlos escrito. Me encanta este archivo personal, este registro de mí. Es prueba de que crecí. Este posteo es prueba de que todos crecimos. En lo que respecta al cast de gente con la que pude haber crecido, estoy bastante conforme. Estoy bastante orgullosa. Algunos más que otros: llegamos, ey.


One of these mornings you're gonna rise up singing
And you'll spread your wings and you'll take to the sky
But till that morning, there ain't nothin' can harm you 

lunes, 10 de abril de 2017

Ok then, time to speak about the german.

Hi there. I don't really know if I should be writing to you. I don't have many nice things to say. And I suppose is not really that cool to get an email in which someone you barely know is bitching about well... everything. I don't even know if this is your personal email account or just the one you use to work.
Been trying to understand who was I talking to in my mind last night when I couldn't sleep (no matter how damn tired I was) and at some point my thoughts began to speak in english. Then I thought it was probably to you, and tried to understand why it was so. Maybe it is because you're the one person I know that lives in the other half of the world and knows absolutley nothing about my country. Then I know that you don't deserve to hear about its shit. But more important, and though we've only met twice, maybe it is because I felt free and respected when I was with you, and I really miss that feeling lately.
You see, Argentina has been collapsing on itself lately in a way that is scary. I've seen it outlive crisis after crisis since I can remember, but now it feels different. (I don't know, it might be because I'm grown up now, but people older than me talks about that feeling too). Like we're breathing the change of an era, like its all going to hell for real this time.
A while ago I was at this manifestation in defence of public university, because some teachers were repressed and imprisoned yesterday while they were doing a peaceful protest for their rights at the capitol. And that police repression was the latest one in a serie of disgusting events: last week in the province next to mine there was another repression in this public diner for kids, and a woman that worked there was beaten so hard that she lost her pregnacy. Around the same days a girl went missing in a little town near by and later her body was found near a route. She had been raped and killed by a man that they found right away, because he lived on the same town and had been convicted twice for being a serial rapist. He was out of jail before doing his time, even though there were reports that recommended otherwise. Some judge had let him out, just because. The police force of course went to protect the house of that judge from potential angry attacks. That's the kind of justice system that works around here: you rape two girls and are free to go and rape and kill another one, that's ok, we don't care, policemen are too occupied causing abortions and hitting teachers anyway.
The picture of this girl that went viral on social media is one in which she is smiling, so young, so full of life. Her fist up like she's a fighter, and she wears a t-shirt that reads "Ni Una Menos". That is the motto that the feminist fight has adopted in south america against femicides, it means "Not even one woman less". Just looking at that photo is brutal.
I've looked at it a lot, it makes me wanna cry. And it drowns me with fear, this girl, 21 years old, middle class student, went out dancing one night and never came home. She could be me, darling, I could be her. One minute you're there, shouting that you don't want any more women killed, and the next one you're a woman and you're dead.
The same week she disappeared I had these sequence of idiotic misogynist guys hitting on me (not literally, huh) in ways that let so fucking clear that they hated girls who felt free enough to tell them NO.
One said to me "Why are you so pretty? I've been looking at a picture of you, u'know I always wanted for something else to happen between us." and then I said "Sorry, I don't feel the same way. Just being class mates that got along well was enough for me." and he went "I respect that, but I didn't ask for your opinion on the matter." I mean what the fuck? I don't get to have an opinion about my own sex life? I think of that girl being dragged to a car against her will.
This other man that I knew in Tango lessons, I swear to Bowie that he looks about as dangerous as a hobbit. And I mean, he's like fifteen years older than me, wears his keys on a hook on his belt for christ sake, I can't believe that he looks at me and has the delusion that we could be each other's type. But then he starts texting me and he goes on and on about how most women are sluts that want to treat men like dogs. He tells me it would be nice if I wanted to have sex with him even though he is old and doesn't understand relationships that aren't monogamous. He can't stop talking about how he doesn't understand why a girl would want to have sex with multiple guys given that if she does so she can get pregnant of anyone, (and why would she want that instead of being only with him, if he's SUCH A NICE GUY!) Oh, and then he talks to me about the not-so-nice-guys that want to ruin everything you build with a woman by trying to steal her from right under your nose. He says "I saw you and thought that you were an oasis in a desert full of horrible women, because you seem so young, and innocent and naive" and that was too much for me and I cut his crap, told him about everything you've been thinking while you were reading this and probably a little more too. I think of that girl screaming on that field and no one hearing it.
That same weekend an ex of mine started talking to me all nice and interested in my life until he invited me to his house at 10pm to "watch Netflix and eat ice cream" and I said no thanks, then he stopped speaking to me at all. I think of that girl not being able to make any sound anymore.
Those were only three of them, but there were more. There are always more. And those were guys I had been stupid enough to be nice to.
Stupid enough to think I have the right to be friendly with someone I don't want to fuck. Then there are the ones that I will never be stupid enough to get close to. Those who catcall at me on the streets, who make noises like kisses. I wonder how many of them would stop in the middle of sex if their girlfriends asked them to.
I don't leave my house alone at night, but even when I'm walking with two male friends some jerk yells at me from a car "Hey beauty, let's fuck all night long!", my friend he yells back "Go fuck yourself you asshole!" and then he looks at me and says "Woah, see? Shouting on public spaces is a phenomenon purely monopolised by guys. You don't even get the right to insult the imbecile that's molesting you, because he could get off that car and attack you."
We went to a party that night. I wanted to stay longer, but when they went home I went too. Didn't want to go back alone.
When I was about to leave I saw a girl I used to love arriving to the party, walking alone at 3am. I felt so angry at her, because she's so unconscious of the reality she lives in, and I'm so fucking afraid that one day she will not be so lucky. And then I felt so angry at myself, because I know, I know she has all the right in the world to walk around her city alone at any time. So do I. But basic human rights are worth so little in Argentina. Specially if you're a woman.
I have this countdown on the screen of my phone, today it reads "80 days to Europe" and sometimes that's the only thing that gets me going. But sometimes the fear that has come back and gained so much power over me takes over and makes me think about all the horrible things that could happen to me if I dare travelling alone (or alone with another girl) in another continent. Somedays even my strongest dreams get contamined by all this darkness.
I don't want to feel like this, darling. Doesn't feel like me. The fear, the horrible, drowning, constant fear is way too familiar, but since my last trip it doesn't feel like a natural part of me anymore. It feels like a fucking invader in my body. Isn't it paradoxical, to fear being raped so much that the fear itself ends up raping me?
The more visible the feminist fight gets here, the more violent the response of those who don't want to lose the confortable position of privilage. I find myself fearing everyone, rejecting everyone, not wanting to risk being nice and end up hurt. I hate it. And I think, sweetheart, that's the real reason I wanted to write to you, to tell you about all of this: Because you're by far the most privileged person I've met in my life. You were born a white european guy, you're beautiful and tall, you're succesful  in one of the strongest economies of the world. And therefore, you have all the tools to be a perfect jerk. Yet, you are a good person. You're nice, you understand freedom, you respect it. You are honest, and open minded, and interesting. You could choke me until I could hardly breath and even then I was completely sure I was safe with you.
Even if you never expected to have any kind of impact on my life, even if I didn't have much of an impact on yours, and even if we never see each other again, I think you deserve to know that the fact that you exist gives me hope.

martes, 31 de enero de 2017

And it hardened like my heart did when you left town. But I must admit it, that I would marry you in an instant. Damn your wife, I'd be your mistress just to have you around ♪

17/08/2016 20:45 Hola, no sé cuán rota estará tu alma hoy, pero te quiero. Te quiero una banda y te extraño. Y todo lo que es fuerte o demasiado en mi vida me da ganas de estar allá. Y me encantaría escuchar tu voz con acento chaqueño-catalán. Y espero que te hayas reído hoy. Y que no sé, cierre los ojos y cuando los abra esté en tu cama diciéndote que ni en pedo voy a ir a pasear por el mundo a las 3am. 

Pero cuando finalmente estuve allá y abrí los ojos y estaba en tu cama, eran las 2am y me invitabas con esa voz a pasear por el mundo, yo te dije que sí sin dudarlo. Sí, obvio que sí. A donde quieras. Lo que vos quieras. Esto es Europa, podemos pasear a cualquier hora por cualquier lado. Este sos vos, te seguiría hasta el borde del acantilado más profundo y si me lo pidieras yo saltaría. La primera noche allá. La ciudad transformada por las decoraciones navideñas, tu cara transformada por la perfección del corte de pelo que llevabas cuando te conocí. Bajarme del bus sin tener idea de dónde estaba parada y preguntarme qué habrías hecho porque yo llegaba una hora tarde. El vuelo una hora tarde. Y vos tan impredecible. ¿Se habrá ido? ¿Estará ahí? ¿Tendré que ir hasta su casa? ¿Sabré ir hasta su casa? ¿Cuál era el timbre? Llegar y verte sentado en tanta paz, sacándole fotos a unas viejas que posaban para vos, haciéndolas reír, sonriendo. Tu sonrisa dios, ni la Casa Batlló nevada e iluminada con mil reflectores competía contra esa sonrisa. Mi mano en tu nuca. Tu sonrisa más. El gesto para que me sentara. Los chistes, las viejas posando, yo riéndome. "Ya está" te dice la más artista de ellas, "Que ya te retrasé la bienvenida durante demasiado tiempo" y nos deja solos, solos en el mundo. Solos al otro lado del mundo. Solos de nuevo. Hola. Y el abrazo, porque sabía, siempre supe que primero iba a haber un abrazo. El beso después, siempre el beso después. Y pensaba que tal vez iba a llorar pero es como Venecia, tan concentrada la cara en sonreír que no puede conjugar los mismos músculos a llorar. Y ya sabías que iba a llegar tarde, porque te habías fijado por mi vuelo en internet, te sentaste tranquilo a esperarme. Vos, te habías fijado, vos, tranquilo a esperarme, ¿vos? Primera señal de tu crecimiento.
Intenté imaginarme al chico que iba a esperarme a la parada de colectivo en Rosario pensando con más de una hora de antelación, no pude. Para ser justa, intento imaginarme a la chica que te pedía que la fueras a esperar a la parada de colectivo en Rosario subiéndose sola a un avión, puedo menos. No puedo imaginar a ese chico comprándome todas las variedades de Kinder que había en el minisuper sólo para verme feliz, no puedo imaginar a esa chica aspirando cocaína cortada con speed. No puedo imaginarme a ese chico alquilando una nave industrial y movilizando gente sólo para tener un lugar en el que hacer crecer a su arte, no puedo imaginarme a esa chica mirándote a los ojos, siguiendo tu ceja con un nudillo y diciendo "Sos tan hermoso" justo antes de besarte mientras un policía se lleva tu dni y empieza a redactar la denuncia. No puedo imaginar al chico y la chica que fuimos en Rosario haciendo y diciendo las cosas que hicimos y dijimos en Barcelona, pero puedo imaginar con bastante certeza que los últimos sólo existieron de esa forma porque se habían conocido los primeros. 
No puedo tampoco resumir Barcelona en una entrada de Blog. ¿Cómo podría? El CCCB, los graffitis, la gente, tus amigos, tu amiga, la playa, la fiesta, los museos, el arte, las calles, la arquitectura, no puedo, la música, la comida, no hay forma. No puedo explicar la galería ni el Bosch en Berlín, no puedo con mi hermana y mi dolor. No puedo resumir Hamburgo y la pareja que me hizo replantear mi concepción del matrimonio, no puedo, no entra, no hay forma. No puedo explicar la catedral de Colonia de esta forma. Mucho menos al chico de Colonia. Dios, no puedo ni empezar a hablar de él. Cada vez que intento explicar cómo Aachen, que tenía que ser la ciudad tranquila en la que nunca pasaba nada se me clavó en las costillas como una astilla insacable, no puedo. No puedo hablar de él. Menos acá, cuando intento hablar sobre vos. No puedo hablar sobre él. Ni siquiera sé si vale la pena intentar describir en español algo que viví en inglés y en alemán. No puedo resumir Madrid, el Museo del Prado, mi amiga, ella cuyo consejo fue el único que me subió al avión. No puedo, la vuelta a Barcelona. Los enojos, discusiones, el dolor. El dolor. La seguridad de que voy a morirme así, si me dejas, si no te pierdo antes. No puedo resumir todo ese viaje en una sola entrada, ni siquiera en este blog. No puedo resumirte a vos en una sola entrada. Necesito un libro entero, cientos de páginas. Algún día lo voy a hacer. En cierto sentido ya lo fui haciendo. No, no puedo hablar de todo eso. Pero puedo hablar del momento que el universo va a recordar de nosotros cuando todo lo demás se haya desvanecido. Puedo hablar de lo que en su momento describí como la mejor noche de mi vida, y ahora sé que fue el mejor momento de mi vida. No puedo describir todo ese viaje, pero puedo hablar sobre Año Nuevo.

Los primeros días son borrosos, un blur indistinguible de felicidad y el sentimiento tranquilo de calma, de saber que estaba exactamente en el lugar del mundo en el que tenía que estar, en el que había querido estar durante tanto tiempo. Tanto tiempo. Incluso el 31 de diciembre es algo que no recuerdo bien sin esfuerzo, cuando lo pienso, cuando reviso el cuaderno, veo que fue cuando me perdí en el Born. Y llegué a tu casa, porque creo que sin importar cuán desorientada esté siempre podría encontrar tu casa.
La víspera de Año Nuevo en mi memoria empieza en tu living. Con hachís y marihuana y alcohol en exceso. Con el licor de anís que se tomaba cada vez que la botella tocaba una mano porque era tradición. Tradición. Y
- Quién es toda esta gente?
- No tengo idea, son amigos de la gente con la que vivo... creo

Y
- Em.. N, toda la comida tiene carne.
- Yo sabía que me estaba olvidando de algo!
- La puta que te parió.

Y verte desaparecer un rato para que volvieras con exactamente el tipo de comida que yo tenía ganas de comer. Dios. Y mi sonrisa, mi mirada, las puedo imaginar.
- Ahora me siento mejor, fue sobre todo para poder comer sin culpa.
Y tu sonrisa, tu mirada, saber los dos que no fue por eso. Tratar de no besarte con todo ese público.
Recuerdo los brindis, los saludos a la gente que estaba en el mismo uso horario, y a la gente que no. Recuerdo nuestro brindis. Recuerdo las uvas. Que de las 12 al menos 6 fueron deseos sobre vos. No recuerdo bien bajar, o empezar a caminar, recuerdo el edificio que me mostraste cuando nos sentamos a esperar, hermoso, hermosísimo. Algo tan bello y con tan poco margen de espacio para apreciarlo en su totalidad. Recuerdo al dealer aunque no mucho su cara, recuerdo pagar yo.
- Rolls Royce - dijiste- esto no pasa. Conseguir Rolls Royce, a 10 euros? A esta hora? EN AÑO NUEVO? Esto no pasa. 

Es incontable la cantidad de veces a lo largo de ese viaje que escuché de tantas bocas y en tantos idiomas la frase "Esto no pasa nunca."... esos niveles de magia. No recuerdo el paseo hasta lo de tu amigo (que en ese entonces aún no era un imbécil), recuerdo tu promesa de que el lugar iba a ser un antro en el que en lo posible sólo íbamos a entrar para saludar un segundo e irnos.
Recuerdo sí el antro, algo de la gente. Recuerdo más alcohol, creo. Y estar en el sillón, tener sueño, tener mucho sueño. Estar cansada y feliz. Decirte que no importaba, que tenía sueño, que estaba cansada y con algo de jetlag. Decirte

- Dejame en tu casa y andá vos. Salí con tu amigo, N, y nos vemos cuando vuelvas. En serio, no hace falta, no tengo muchas ganas de salir. Andá vos, lindo, si total te da igual.
Y la sospecha en tu tono al preguntar
- Qué me da igual?
- Si voy o no. Salí con tu amigo, no hay problema.
Y la indignación ahora, la incredulidad extrema
- VOS ESTÁS TARADA? Cómo me va a dar igual?? Salir en Año Nuevo? Comprar una pastilla? Te pensás que eso es algo que yo haría solo?? Lo hago porque estoy con vos!
Y mi risita de alivio, y tu indignación transformándose en proactividad
- Tomate esa pastilla y salimos. Basta, vamos a bailar. 

Y mis miedos, advertirte. Que no, que soy mambera, que tengo miedo, que no sé, que mi mente, que no estoy segura. Y tu voz ahora una orden. Tomate un cuarto y si te pega bien te tomás otro, y yo me tomo la otra mitad. Tu voz ahora una orden, dejate de joder y vamos a bailar. Tu voz ahora una orden, y si me ordenaras tirarme de ese barranco yo saltaría. Me tomo el cuarto de pastilla.

El recuerdo siguiente es uno de los mares humanos más impresionantes que haya visto nunca. Eso es lo que pasa cuando bajás a una boca de metro en Barcelona en Año Nuevo. Cabezas que ocupan cada espacio visible entre la pared y el andén. Lo importante de ese mar es el calor. Calor humano. Y en este punto de la historia es necesario explicar que el éxtasis es una droga que te tira muy para abajo justo antes de empezar a pegarte bien. Tal vez sea necesario explicar también que yo soy alguien que ya vive para abajo de por sí, alguien a quién la presión se le cae de nada. Alguien para quién no es novedad desmayarse. Alguien que de hecho sabe muy bien cómo se siente un principio de desmayo, y eso es lo que siento en este punto de la noche. 
- N, me voy a desmayar. Me siento mal, me voy a desmayar. 
Y tu promesa de que está bien, está bien si me desmayo. Me prometes que si eso pasa simplemente me van a dejar en un rincón y se van a ir a bailar. Te reís, creo que me río, me decís que no falta nada, una estación más y nos bajamos.
No recuerdo bien bajar, subir, caminar, sólo recuerdo morir en el cordón de una vereda y ahí sí, muerta de miedo, empezar a rogar.
- N, me siento mal. Por favor, por favor llevame a casa. N, llevame a casa, por favor. 

Recuerdo el mundo hundiéndose cómo un bajón de presión y un ataque de pánico simultáneos. Recuerdo todas las sombras, la oscuridad, el fin del mundo por el rabillo de ambos ojos. Y en el centro vos. En cuclillas frente a mí, mirándome a los ojos, imantando mi mirada con una fuerza borde ancestral. Vos, la luz al final del túnel, vos, si se quiere, la única luz. Tu voz ordenando:
- Mirame a mí. Paulina, quedate conmigo, mirame a mí, seguime a mí. ¿Quién es el que sabe sobre esto? Yo, entonces confiá en mí: esto es normal. Esto es la pastilla, te está haciendo efecto, es sólo eso. Es normal que bajes antes de subir, es pasar este momento. Creeme a mí, seguime a mí. Paulina, quedate conmigo, seguime a mí. 

Seguime a mí. Y es la frase justa. Porque todo mi cuerpo te ruega un poco de paz y todo mi cuerpo me pide que te haga caso, que te crea a vos, que confíe en vos, que te siga. A donde sea que haya que llegar, que te siga. A donde siempre quise ir y nadie más me va a llevar. A donde siempre me dio curiosidad y sólo puedo llegar si te sigo, porque nadie más me va a obligar tan lejos. Recuerdo pedirte que me llevaras a casa y que me dijeras que no, que no me ibas a permitir que esa pastilla me hiciera efecto cuando ya estuviera acostada en tu cama, aburrida y sola. Que no, que me iba a sentir mejor e íbamos a ir a bailar. Y eso pasó.
Porque a decir verdad, vos sos el que sabe sobre eso. Y yo confío en vos, te miro a vos, me quedo con vos, te sigo a vos. Y sólo por eso llego al éxtasis. Se llama así por una razón, sabés, no hay otra forma de describirlo.
Recuerdo haberme sacado el abrigo para dejarlo en el guardarropas y todas las barritas kinder que tenía en el bolsillo cayéndose por el piso, las miradas con tantas ganas de esas chicas... regalarle chocolates a todo el mundo al grito de "Feliz Año!", la felicidad irradiada así de fácil. Vos orgulloso de mí "Esta ciudad es esto." Recuerdo la fila hacia la caja. Sé que tu amigo estaba ahí, lo sé pero no lo siento. Nunca se sintió realmente como parte de esa noche, aunque para esa altura ya tenía puesto su gorro. Su puto gorro, bendito gorro. Ese que me salvó la vida cuando me estaba muriendo de frío, ese que me mató después, de alguna forma. Tan feo, tan poco combinable con absolutamente nada de mí. Y en fin, recuerdo tu expresión cuando me miraste desde tan alto para decirme
- Vos y yo nos vamos a casar algún día. 
El torbellino de emociones en mi cabeza, porque lo estabas diciendo de verdad, con tanta certeza. Te dije que sí, pero que mi miedo (mi enorme miedo) es que nos distraigamos, que vos dejes embarazada a alguna mina, que yo diga bueno y me case con algún gil que me haga sentir menos. Que se nos pase la vida en el medio y perdamos esto. Este momento. Me proponés castrarte, me río, idiota, te digo que no.
- Un hijo nuestro sería increíble de ver crecer. ¿Sabés lo que le digo a alguien cuando no te conoce y quiero explicarle quién es N? Digo "N es el único flaco cuyo bebé consideraría no abortar." Y no digo que no lo abortaría, pero consideraría no hacerlo. Y vos sabés lo que es eso para mí.
- Sí, sé lo que es eso para vos.

Seguro un abrazo y un beso, no lo sé, lo imagino, hubo tantos esa noche. ¿Dónde estaría tu amigo? Pregunta eterna de esa noche, nunca estuvo con nosotros, no en verdad. No había lugar para nadie más.

Entramos al galpón más espectacular que haya visto nunca. No es muy grande y no hay demasiada gente, no es que la estética sea excesiva, la música no puede más. Dj's en vivo que no pueden más. La mezcla inexplicable de personas vestidas desde la modestia de mi sweater hasta la perfección bizarra de tu ropa. Personas en traje. Un inglesito rubio recién salido del Titanic con su esmoquin con moñito y su vaso corto de vidrio en la mano. Pensar "Estoy en Wonderland, esto no es real." Esto no es real. Mirarte tan fascinada, tan fuera de mí. La alegría madura en tus ojos, que ya se fascinaron antes con esta ciudad. Esto no es real, excepto que lo es. Excepto que es mi vida. Esto es mi vida. Estoy acá. Estoy acá con vos, en este lugar, con vos. Esto me está pasando a mí. Se llama éxtasis por una razón, sabés? No hay otra forma de describirlo. La música electrónica suele bastar para encandilarme, música así de buena puede alcanzar para sacarme de mí, pero sumale Barcelona, sumale Año Nuevo, sumale la euforia de cientos de corazones latiendo al mismo tiempo y con la misma alegría desenfrenada de estar ahí. Sumale verte bailar, como una aparición, como un ser mitológico, como una criatura de otro mundo que puede hacer lo que quiera, lo que quiera y verse bien. Como el flaco más lindo del mundo. Lo pensé la primera vez que te vi "Es el flaco más lindo del mundo" y aún lo pienso cada vez que te veo, pero puedo jurar que nunca fuiste tan perfecto como esa noche. Nunca tu belleza me había superado TANTO. La alegría inexplicable de estar acá, no hay forma de expresarlo en palabras. No alcanza. No alcanza porque viví en Europa desde el momento en el que puse un pie en Argentina la primera vez que volví. No hay forma porque viví con vos desde el momento en el que supe que ya te habías ido. Porque por fin, por fin no somos letras en una pantalla, sino vos y yo juntos en serio, y en Barcelona. Nunca habíamos sabido que vernos a los ojos podía colmarnos tanto. Nunca habíamos entendido el lujo invaluable de tenernos enfrente. Nunca habíamos concebido el valor incalculable de poder tocarnos. Nunca me habías abrazado así, como en el momento en el que me agarrás para no soltarme nunca y con tu mandíbula en mi hombro y tu pelo atrapado en mi mano me decís "Te quiero." y no te alcanza "Te quiero mucho, yo" y no es suficiente "Paulina, yo te amo. Yo, a Vos, te amo." ...se llama éxtasis por una razón, sabés? Pero esa palabra no alcanza para describirlo. No hay palabras que existan. Alegría. Felicidad. Júblilo. Gloria. Desenfreno. Euforia. Éxtasis. ...Amor? Amor como no lo había sentido nunca, Amor y Felicidad en sus sentidos socráticos plenos. Amor como siempre quise sentirlo pero en parte ya me había resignado a experienciar solamente a través de los libros, las películas, las series. Amor como nunca sentí por nadie, ni voy a sentir por nadie que no seas vos. Mientras lo repetías te sentí asentir, como si te lo estuvieras confirmando a vos mismo. Como si no hubieras sabido que era cierto hasta ese momento. No lo sabías, en realidad, yo tampoco. Y lo supiste siempre, en realidad, yo también. "Yo también." te digo con toda la piel bañada en lágrimas y la sonrisa más sincera que jamás me haya sentido sonreír: "Yo también te amo." y tu cara en mis manos, tus lágrimas en mis manos. Tu alegría en mis manos. Tu sonrisa en mis manos. Tu sonrisa en mi sonrisa. Tus manos en mis manos. Yo en vos, vos en mí. Nadie más en el mundo y todo ese mar de gente sonriendo con nosotros. Y lloro al escribirlo aunque creía que ya había terminado de llorar por unos días. Hoy a la mañana se sintió por un momento como si fuera a poder acostumbrarme de nuevo a que vivas en otro continente. A tenerte 14mil kilómetros lejos. Te quiero, te quiero mucho, Paulina, yo te amo. Nueve palabras de tu boca son suficientes para cambiar mi vida para siempre.
Recuerdo cómo te deseé, cómo esperé estar con vos allá. No tengo que inventarlo, basta con releer este blog. Un año y medio de entradas sospechando que se había ido el único que iba a ser siempre el que más importara. Recuerdo todas mis expectativas, mis muertes diarias en la agonía de querer volver. A Europa, a Vos. Recuerdo mis miedos y mis ganas. Recuerdo. Recuerdo que le pedí todo a este viaje, pero nunca eso. Recuerdo que esperaba verte y que fuera fascinante y enloquecedor e intenso. Recuerdo que esperaba verte y que me volaras la cabeza y me hicieras sentir excesos y fuera divertido. Esperaba verte y que me sacaras de quicio e indignarte y querer asesinarnos. Esperaba verte y entrar a ese agujero negro que siempre fue tu mundo para mí. Esperaba todo de este viaje, me dio más. Mucho más. Esperaba todo de vos, pero nunca ni en mil siglos hubiera podido esperar  que me dijeras que me amabas. Que me amas. No quiero pensar nunca en pasado para eso, sin importar cuán lejos estés. No quiero decir nunca que te amé. Te amo. 

- Sos vos para mí. Siempre fuiste vos para mí. Siempre vas a ser vos para mí.
- El hombre de tu vida soy yo.
- Y mirá que hay hombres en mi vida...
- Ya lo sé.
- Y mirá que va a haber hombres en mi vida...
- Ya lo sé.
- Pero sí, el hombre de mi vida sos vos. Sos el amor de mi vida. 

Y las lágrimas. Las sonrisas. Los abrazos. Los besos. Incontables, indescriptibles. En un punto, irrecordables. La pregunta eterna de dónde estaría tu amigo. Los momentos de rescate, de pensar que no queríamos ser de esas parejas que se cortan en la suya y se olvidan del resto, pero era inevitable. Una y otra vez nos convertíamos en eso, y a él no le importaba, habrá tenido su historia esa noche también. No como la nuestra, igual. Nunca como la nuestra. Nadie nada nunca como nosotros.
- Ya lo sé. Vos también. ¿Por qué te pensás que estoy tan tranquilo? Porque lo sé. 
Vos sentado esperando en la más absoluta calma frente a la Casa Batlló. Vos crecido, vos tranquilo. Vos, alquilando la nave. Vos, comprándome todas las variedades de Kinder. Vos, tranquilo, porque lo sabés. Yo también lo sé, lindo. Creo que lo supe siempre.

La primera vez que te vi fui a abrirle la puerta de una casa que no era mía, en una fiesta que no era mía, a un chico que no era mío. Pero era el chico más lindo del mundo. La primera vez que me viste ya me habías visto antes, en tu mente. Recuerdo que había alguien más con nosotros en ese pasillo, pero su imagen es como una sombra velada en esa memoria, no tengo idea de quién era. Nunca nadie más que vos y yo en ese momento. Creo que lo sé desde ese momento. Ya te había escrito antes de conocerte, en este mismo blog.
- Siempre fuiste vos para mí, en todas mis vidas. Y en las que no te encontré una tristeza tan profunda... puede que toda mi oscuridad venga de ahí. 
Llorar de euforia juntos. Amarnos tanto, tan sanamente, curando todas las heridas.
Prometerle a ella, que me dio a luz con vos, que no la hubiera dejado por nadie más que por vos. Por eso sé que siempre lo supe. Porque cuando me hizo elegir entre ella o vos, ella era todo y yo no quería que fueras nadie. Porque cuando me dijiste que te ibas a vivir a otro país no me importó nada más. Porque cuando me despedí de vos me mataste en tantas formas que al final reía y lloraba a la vez. Porque irme de tu casa siempre fue un pequeño suicidio. Porque sólo cuando te sigo llego a donde siempre quise ir y a donde nadie más podría llevarme. Porque eso es así desde la primera noche, porque echaste llave a esa puerta cuando nadie más lo hubiera hecho. "Because this guy, he leads me into the darkness, and he guides me there" le dije al alemán cuando intentaba explicarle que no me sentía así sobre él. Cuando me lo ofrecés, me tomo el otro cuarto de pastilla porque al principio de la noche me dijiste
- Paulina, yo quiero que entiendas que yo te voy a cuidar. Pase lo que pase yo te voy a proteger, vos estás segura conmigo. No importa si vomitás, si te baja la presión, si te desmayás, yo te voy a cuidar. Vos estás segura conmigo. 

Y fue como si toda mi vida hubiera estado esperando a que alguien me dijera eso. Y si hubiera podido elegir el alguien, te hubiera elegido a vos. Pero nunca hubiera siquiera soñado que me lo fueras a decir en serio, vos a mí. Vos, a Mí. Se llama éxtasis por una razón, sabés? Pero tu nombre se acerca más a ese concepto en mi mente. Me tomo el otro cuarto de pastilla porque estoy segura con vos, pase lo que pase vos me vas a cuidar. Y me cuidás. Cuando llega el bajón, cuando todos mis demonios empiezan a aparecer desde los costados, ya no les tengo miedo, porque sé que estás ahí. Vos Luz a pesar de toda la oscuridad de la que te hicieron. Vos pero aparte Ella. No sé su nombre ni voy a saberlo nunca. Completa absoluta desconocida. En cuclillas frente a mí preguntándome qué tomé, "éxtasis", y es normal, me dice, es hasta que me haga efecto, no pasa nada, todo está bien, me voy a sentir bien. Y tomá, esto es agua "no tiene nada?" No, nada. Sólo agua, tranquila. Tomá, es tuya. Y me hace masajes en las muñecas y en la nuca con manos frías, heladas, perfectas. No me conoce y cuida de mí. En Europa alguien que no me debe absolutamente nada, que no me conoce ni aunque sea un poco, cuida de mí. Y nunca fui tan feliz. Nunca tan amada. Nunca tan feliz. La quiero. No sé quién es pero la quiero, un montón. Yo la amo. Vos y yo amamos a mucha gente, ya lo sé. Pero también sé que nunca le dijimos a nadie "Te Amo" como nos lo dijimos entre nosotros esa noche.
Recuerdo un montón de retazos de perfección. Vos entrando conmigo a cualquier baño, no importa el género, para cuidarme. Vos asegurándote de que tuviera suficiente agua. Vos bajando cuando la oscuridad momentánea te tocaba a vos. Abrazado a mis piernas, en cuclillas, la gente mirando extrañada y yo tan feliz, tan feliz de ser yo el pilar del que elegías sostenerte. La chica latinoamericana, ella era yo, yo sin vos, yo sola. Muerta de miedo, partida de contradicción. Queriendo bailar con nosotros pero sin querer aceptar tu whisky. Whisky japonés, botella de medio litro. Al día de hoy no tengo idea de cómo hiciste para entrar eso a la pista. Tan fascinante de ver. Tan hermoso. Dios, tan hermoso. "Bailá, bailá que acá nadie te conoce!" y bailar vos, tan hermoso, dios. Tan increíble de ver. Ofreciéndole esa botella llena de muerte feliz a la gente. La gente ofreciéndonos cosas también. "Tiene droga" me avisa una chica un segundo antes de que me lleve la botella de agua a los labios, la devuelvo. No gracias, no de nadie que no seas vos. El inglesito del Titanic rechazando tu botella con un gesto de tanta altura y tan asqueroso que nos hizo desvivir en carcajadas. ¿Y dónde está tu amigo? Buscarlo cada tanto también. Bailar. Bailar porque acá nadie me conoce. Llorar porque no puedo creer que esto sea real. Esta es mi vida. Esto me está pasando a mí y me lo merezco. Sos el amor de mi vida y te merezco. Llorar y reírme y vivir cosas que busqué sentir toda mi vida pero ya estaba perdiendo la esperanza. Porque estoy en Europa con el chico más lindo del mundo y me ama. Y me lo dice. Me lo demuestra. No recuerdo mucho irnos, recuerdo buscar ver el sol amaneciendo en la playa. Recuerdo recordar como idiotas que era invierno, intentar esperar al sol en una plaza, para compensar, pero era invierno. Dejar a tu amigo en su casa, no darle el gorro porque había tocado el piso del baño, querer lavarlo. Lo pienso en retrospectiva y ojalá se lo hubiera devuelto sin decir nada. La bondad mata a veces, nos mata a todos. Recuerdo bañarnos y el sexo de pura gula, no había necesidad, pero teníamos ganas. Bajo la lluvia del baño y con mi nuca en tu hombro decirte, que la mejor vez de mi vida la terminamos así. Y vos sí, me acuerdo. Acostarnos en tu cama y la foto que saqué apenas te dormiste sobre mí. Esto es mi vida, y el chico más lindo del mundo se duerme sobre mí. Hay tanto amor en su cuerpo, lo sé porque se ve en paz. Y él nunca tiene paz. Tanto amor en mi cuerpo, lo sé porque estoy feliz. Y yo nunca soy feliz. 




Sé todo lo que vino después en el viaje. Algún día voy a hablar también sobre todo eso. Sé las contradicciones, el dolor, todas las pequeñas muertes. Sé que nos hacemos mal, a veces. Que nada así de intenso para bien puede no ser igual de intenso para mal. Que una euforia tan furiosa como la de esa noche sólo podía compensarse con mañanas terribles. Sé que me dijiste muchas cosas, que me hiciste mucho mal. Sé que intenté cerrarte el paso muchas veces. Porque en Rosario, la verdad, nunca te había dejado entrar lo suficiente como para lastimarme en serio. Sé que me lastimaste en serio. Sé que siempre vas a poder lastimarme más serio que nadie. Intenté decirte "No quiero seguir haciendo esto", pero sí quería, siempre voy a querer. Intenté decirte "No puedo seguir haciendo esto", pero sí podía, siempre voy a poder. Y logré decirte "No debo seguir haciendo esto", pero sí debía, siempre voy a deber. "Me voy a morir así. Me voy a morir haciendo esto." "Haciendo qué?" "Queriéndote." Sé que nadie puede matarme como vos, porque nadie me da vida como vos. Sé que nadie puede hacerme tan profundamente infeliz, porque nadie me hace tan desquiciadamente feliz. Sé que nadie puede irritarme tanto, porque nadie puede atraerme tanto. Sos el flaco más lindo del mundo, y no sos de nadie pero sos mío. Lo sé porque no soy de nadie pero soy tuya. Y cuando lo pienso, cuando lo analizo, cuando dejo de lado todos los miedos y todo el rencor, entiendo que esa noche fue real. Primero porque negar esa noche es negar las mejores cosas que me pasaron nunca y me rehúso rotundamente a hacer eso. Pero también porque es lógico: que al estar feliz y tranquilo uno diga la Verdad, las verdades más profundas. Y que al estar enojado, asustado y bajo la presión de saber que van a volver a estar lejos en menos de nada uno diga mierda. La última tarde lloramos en el cine, abrazados, porque la pelicula muda de Ghibli nos enmudeció a los dos. La última noche lloramos en tu cama, abrazados, porque no podíamos hacer otra cosa y porque nunca había sido tan bueno. Nunca, ni siquiera con vos en Rosario, ni siquiera en Alemania con él. La última mañana abrí los ojos y al verte me largué a llorar de nuevo. Te despertaste "Ey, eey!"  e intentaste consolarme. Y de la nada ya no lloraba por vos, lloraba por mí. Porque volver acá me mata. Porque allá fui muy feliz y acá nunca soy feliz. Porque allá era libre y acá siempre tengo miedo. Porque allá vivís vos y acá estoy sola. Sola con todas las cosas que ya conozco y con todo el pánico insostenible de no tener la seguridad de que no vamos a distraernos, de que no vas a dejar embarazada a cualquier idiota, de que no voy a casarme con alguien que me haga sentir menos. Ahora al menos sé que en el mundo existe él, que hay al menos un futuro posible en el que no terminar con vos no equivale a la muerte de todo lo que es bueno y vale la pena vivir. Pero de entre toda la baraja interminable de futuros sé cuál es el que quiero, el que siempre quise, el que siempre voy a querer, el que nos merecemos. 
- Yo quiero todo con vos. 
Te dije muerta de pánico en la voz. Aterrada de saber mientras lo decía que era cierto. 
- Ya lo sé. 
Yo quiero todo con vos. Todo. Todas las cosas que siempre dije que ni siquiera estaba segura de ir a querer con nadie. Nunca voy a quererlo con nadie como lo quiero con vos. Aún cuando escribo sabiendo que existe la posibilidad tangible y real de que algún día lo tenga con otro. Yo quiero todo con vos. Con vos, con nadie más. Aún si tenés todo con otra persona, nunca va a ser tan intenso como conmigo. Nunca tan perfecto como conmigo.
- Algún día vas a entender que yo soy para vos todo lo que vos sos para mí. Lo sé porque ya lo entendiste algunas veces. Lo sé porque ya lo admitiste algunas veces.

Yo quiero todo con vos.
- Yo siempre me estoy yendo, N, pero quiero que sepas que va a llegar el día en el que no me voy a ir, y vas a tener que ser vos el que se haga cargo de eso y decida. 

Sos vos para mí. Siempre fuiste vos para mí. Siempre vas a ser vos para mí.
Eso que buscaba en los libros, en cada libro, y mi biblioteca ya no da abasto. Eso que buscaba en cada película, en cada serie, en cada canción. Eso que escribía rogando. Da pánico sentirlo. Da pánico saber. Creía que era agónico no saber si algún día iba a encontrar a la única persona a la que hubieran creado a mi medida, pero estás ahí desde hace tanto tiempo. Tan idéntico, tan opuesto. Mucha gente que me ama no lo entiende. Creen que me hacés mal. Lo que no entienden es que un ser retorcido y oscuro como yo nunca se iba a comprometer con nadie que sólo estuviera ahí para hacerme bien. Que no me importa pagar el precio y salir lastimada cuando sólo con vos puedo desafiar límites que me encierran desde que tengo conciencia. Que no me importa si me dolés cuando sólo con vos puedo encontrar el camino hacia la persona que quiero ser, que siempre quise ser. Que no me importa saber que me voy a morir así, queriéndote, porque peor sería no sentir nada. Que no me llevas a ningún lugar al que no quiera ir. Que sabés hasta dónde puedo llegar mucho antes de que lo sepa yo misma, ves en mí un potencial que nadie más ve, que nadie más podría sacar. Que no te asusta mi oscuridad, tan, tan profunda, porque sabés que podés convertirla en algo hermoso. Que no te asusta porque la tuya es aún más oscura. 

- Yo no te gusto, Paulina, yo soy esto. 
Pero sí me gustás. Más que nadie. Toda la gente que me llega en serio tiene algo de vos. Te busco en todos y cada uno de ellos. Te busco desde siempre, te busqué cuando ya te había encontrado. Sí me gustás, sí te conozco. Yo veo tu luz como nadie más la ve. Yo confío en lo mejor de vos aún cuando lo escondés debajo de todo lo malo y me tirás con todo lo peor. Yo quiero todo con vos, porque sé que podrías con todo, sé cuán feliz podrías ser si tuvieras todo conmigo, aún cuando vos no tenés idea de que tenés derecho a toda esa felicidad y más. 

- Yo me voy a morir solo. 
- Si me dejás, si no me matás antes, yo no te voy a dejar morir solo.
Ese viaje fue mi vida como quería que fuera, como siempre quise que fuera, como quiero que sea. Sos vos para mí, siempre fuiste vos para mí, siempre vas a ser vos para mí.  Tengo 23 años, la vida entera por delante, y nunca estuve tan segura de nada como estoy segura de eso: Soy vegetariana. Nunca voy a vivir plenamente si no le dedico mi vida al arte. Bilbao es mi lugar en el mundo. Siempre me va a gustar el chocolate. Y yo quiero todo con vos, porque sos vos para mí. Todo lo que nos merecemos está ahí a nuestro alcance si simplemente (compleja, imposiblemente) vivimos a su altura hasta que sea tiempo. Compleja, imposiblemente, nunca nada me dio tanto pánico como saber que quiero todo porque sos vos. Pero vos y yo, nuestra historia, estamos hechos de eventos complejos e imposibles. Era imposible que en un mundo de 6000 millones de personas yo conociera al flaco más lindo del mundo. Era imposible que él ya me hubiera imaginado como soy. Imposible tener sexo con alguien unas horas después de conocerlo. Imposible que hicieras algo tan horrible como lo que hiciste esa vez. Complejo, imposible que te perdonara. Imposible pasar más de un año sin verte. Imposible cruzar un océano para llegar a vos. Imposible que los aviones vuelen, imposible que me subiera a uno sola. Imposible encontrarte esperando tranquilo. Imposible que yo entendiera que alguien me iba a cuidar. Imposible que ese alguien fueras vos. Imposible que me dijeras que me amas como me dijiste que lo hacés. Imposible que le dijera a alguien que lo amo como te lo dije a vos. Imposible que apenas unos días después de eso nos estuviéramos odiando. Complejo, imposible que nos perdonáramos de nuevo. Imposible despedirme de vos. Imposible despedirme nuevamente de vos. Imposible elegir irme de nuevo de tu mundo, ese agujero negro fuera del mundo en el que pasan cosas tan mágicas. Imposible irme otra vez del País de las Maravillas.
- Buen viaje Alicia. 

Corto un llanto para intentar reír. Es un buen saludo, no podía esperar menos de vos. Buena vida, amor.
Y hola, 
no sé cuán rota estará tu alma hoy, pero te quiero. Te quiero una banda y te extraño. Y todo lo que es fuerte o demasiado en mi vida me da ganas de estar allá. Y me encantaría escuchar tu voz con acento chaqueño-catalán. Y espero que te hayas reído hoy. Y que no sé, cierre los ojos y cuando los abra esté en tu cama pidiéndote que vayamos a pasear por el mundo a las 3am.

viernes, 12 de agosto de 2016

Yo daría hasta mi sueño por ver la farsa fallar... ♪

No venderme es lo que soy. Aunque me duela, aunque venderse sea más fácil. Porque venderse es más fácil. No optar nunca por lo fácil es lo que soy. Odiar la hipocresía, odiar a los mediocres, negarme a respetarlos. Esforzarme es lo que soy, estoy hecha de la más pura autoexigencia. Pero cuando vale, ¿sabés? Cuando la valoran, cuando me merecen. Pasé demasiado tiempo de mi vida perdiendo tiempo y ganas en gente e instituciones que nunca lo valoraban. No quiero volver a eso. Si de algo estoy segura es de que no quiero volver a eso. No dudes entonces, si lo sabés, no vuelvas a eso. Si lo sabés, entonces, no te quedes en eso. Andate, correte a un costado, peleá contra vos. Porque dejar de exigirme me cuesta aún cuando nadie lo merece. Aunque no valga la pena, por mucho tiempo, yo doy igual. Doy todo siempre, ¿no es eso lo que soy? Dar mucho más de lo que es estrictamente necesario. Pero desde mí, no precisamente desde lo que me piden. No cambio por nadie, ser real es lo que soy. La verdad como valor más absoluto. Verdad. Belleza. Arte. Amor. ¿En ese orden? No sé. Tal vez todos juntos, lo que soy. Lo que quiero ser. Quiero ser mi promedio, porque lo merezco, porque es la prueba que no le importa a nadie de que yo soy yo. No quiero ser la alumna ideal de la gente que triunfó sin merecerlo. Soy alumna ideal de mis maestros, de los que trabajaron siempre, de los apasionados que siempre lo dan todo aún cuando casi nunca reciben nada. De ellos sí, puedo aceptar la crítica siempre. Cuando mi profesora de danza me grita "¡HORRIBLE, eso fue un horror, andá y hacelo de nuevo!", yo sé que fue horrible, yo sé que fue un horror, yo voy y lo hago de nuevo. Y de nuevo, y otra vez, hasta que salga, hasta que ella como yo crea que sale. Cuando ella me pregunta si me molesta no bailar en una coreo en la que prefiere poner a otra gente, le digo que está bien. Porque sé que hay algo que me falta para merecer ese lugar, y de la misma forma puedo estar segura de que me lo gané cuando me dice que voy a ser una de las únicas tres solistas, que voy a abrir la coreo yo. Cuando me dice que bailé hermoso, increíble, sé que se refiere a mí. Cuando ella me ve soy yo, y bailé horrible, o bailé hermoso, pero siendo yo. Y cuando mis profesores de dibujo -los de verdad, los que saben, los que enseñan- me dicen que lo pude haber hecho mejor, sé que tienen razón. Sé que no di todo, y me avergüenza, y entonces doy más. Dar todo es lo que soy. Pero cuando vale, ¿sabés?. No quiero quedarme acá. No quiero que mi nota diga que no di todo cuando sé que lo hice, porque lo único que no di es la venta de mi esencia. La verdad ante todo, ¿sabés?, la mediocridad nunca. ¿Y soy feliz así? No. Casi nunca al menos. Casi siempre estoy enferma. Pero las veces, las pocas  veces en las que ser así me lleva a ser feliz... es esa la felicidad que hace girar al mundo, el único tipo de alegría que lo mantiene en su eje y resistiendo. Perdón, es que me muero por verte cada jueves, tal vez eso es lo que me mantuvo tanto tiempo acá. Perdón, pero no puedo resistir por vos, ni por nadie, o lo hago por mí o no lo hago, y así con todo. Y no quiero seguir haciendo esto. No voy a seguir haciendo esto. No me pidas que siga. Tratá de no convencerme, por favor, a veces creo que podrías convencerme de cualquier cosa. Sólo te gusto porque no lográs convencerme. Me gustás, Yang, pero te gusto porque sigo siendo Yin.

miércoles, 27 de abril de 2016

How deep is the ocean?

- Estoy empezando a hacerme a la idea de que no te voy a ver desnuda nunca más. 
- Yo no... no sé. No puedo asegurar eso, pero si te sirve más creer eso está bien.
- Sí, me sirve. 
- Está bien. - Pero no está bien, porque empieza a invadirme el pánico de no verlo nunca más. El pánico generado por todos esos idiotas que antes de él me dijeron algo así, justo antes de decirme que mejor no vernos más. Y puedo tolerarlo de cualquier idiota, pero no de él. De él me mataría escuchar que prefiere no verme más a verme sin tocarme. - Pero me querés igual, no? Me querés -ver- igual, no?
- Sí, obvio que sí. Obvio que sí. No dejás de ser vos por no coger. -Y se me llenan los ojos de lágrimas. Eso es amor, nene. Eso, todo lo demás es lujuria.-Pero tengo que empezar a portarme mejor.
- Te portaste horriblemente mal hoy. 
- Ya sé, me da pena por la otra chica. 
- Supuestamente le sos fiel?
- Supuestamente. Pero me porto tan mal en esta ciudad...-Y lo abrazo.
- Ves? Es eso: Cuando estás con una chica estás dispuesto a cambiar todo lo que sos y todo lo que querés con tal de estar con ella. Y tal vez esta chica quiera eso, no sé. Pero yo nunca, NUNCA, voy a querer que dejes de ser vos y de hacer lo que querés por estar conmigo.
- Ya lo sé, Pau. Ya lo sé. No te pongas mal. - Y se me quiebra la voz.
- Y no podemos volver a estar juntos hasta que entiendas eso...
- Ya lo sé... Ya terminó el reto? (No fue un reto).
- ...Y te amo. Y me alegro mucho de haberte conocido.

- Yo también, Pau. Yo también me alegro. - Y me mira, con unos ojos tan deshechos en amor que es doloroso sostenerle la mirada. Y pienso que siempre es TAN tentador hundirme en ese amor y entregarme porque tal vez nadie me ame tanto como me ama él. Y sé que hacerlo sería egoísta. Porque yo nunca voy a estar tan enamorada de él como él lo está de mí. Y el amor no es egoísta, nunca. Y yo lo amo. Amar y no estar enamorada es la más dolorosa de mis cruces. Al menos no se repite tan seguido como otras. Perdón, nene. Perdón por no poder darte todo lo que te merecés. Perdón por estar convencida de a aterradores ratos de que conocí al amor de mi vida a la misma edad que tenías cuando me conociste a mí. 

domingo, 24 de abril de 2016

"I should have bailed. That little voice had my back. That little voice is older than I am. It’s older than the oldest person who ever lived. I should have listened to that voice."

Ya sabés cómo me pongo los domingos... encontrar a alguien así me arruina la mente y empiezo a tener síndromes de abstinencia cada vez más fuertes y menos espaciados entre sí. Insoportable. Del sábado al jueves pensando en él todo.el.puto.tiempo, y del jueves a hoy semi.deprimida porque no soporto no tener el control. No soporto cuando una persona me gusta tanto como para ponerme así de idiota. Y no me gusta a nivel personalidad, es un taradito. Pero me atrae tan desesperadamente. Y eso hace que él tenga el control de la relación y si algo me pone insoportable y hace que no me tolere es que la persona que me atrae no esté servida en bandeja a mis pies. Es como diezmil veces más divertido e irritante a la vez. Y él es raro, te juro. Que tenga 19 años sólo hace que sea exponencialmente más indignante el no poder sacarle la ficha.
Me hablaron dos locos más en los últimos dos días y están ahí re regalados y yo... pensando en él. Si me gustara personalmente aparte de lo idiota que me pone sólo siendo atractivo, creo que ya me habría ido a tirar de la terraza. O no sé, estaría ahorrando para irme a Barcelona a verlo. (???)
Me agrega un tipo grande que pinta (...), me agrega un pibe chico que juega. Y sí, voy a salir a tomar algo con el jugadorcito. Y debería ver un par de ojos verdes un día de estos, y el finde que viene voy a ir a esa fiesta y claramente va a estar el Rabbithole porque es su banda la que toca, pero no sé si todo eso va a poder contrarrestar mi estado actual.
Empiezo a sospechar que mi estado actual es pánico de repetir la B extrema generada por el Ingenierito cuando fue el pendejito garche liberal perfecto durante meses y después de la nada HOLA, VUELVO CON MI EX.
Como que mi ninfómana interior está saltando en éxtasis escuchando electrónica y mi cerebro está mirandola desde la puerta con una camisa de fuerza evaluando el nivel de daño.
Porque de última cuando me boludean el Dj o Rabbithole son más grandes, soy su grupie, es la ley de la vida. Me lo tomo con toda la paz del mundo. PERO CUANDO ME BOLUDEA UN PENDEJO ME QUIERO MATAR. No creo que sea consciente de que me está boludeando. Ni siquiera estoy segura de que me esté boludeando fuera de mi imaginación.
Alguna vez hablé acá de esa voz? Esa vocecita interna que se encarga de decirme cuándo da estar con alguien y cuándo no, hoy no para de decirme que no es una buena idea con ninguno de los dos chicos nuevos. Y posta esa voz nunca jamás se equivoca. Cuando la ignoro, me va mal. Every.Damn.Time. Esa voz es más vieja que el tiempo y sabe de mí más que yo misma. Algunos la llamarían 'instinto'. Mi instinto me dice que TJ me va a hacer mal. Y que lo bese lo mismo. Que no importa, después pasará. Que lo bese a él y no a los nuevos, que lo busque a él y no a los viejos. Porque lo único peor que que alguien que te gusta te haga mierda es que nadie te guste ni te haga sentir nada. 

lunes, 18 de abril de 2016

"Nene".

- Te odiooo!
- Calmate nenito.
- No me digas 'nenito'. 

Debería saber ya a esta altura que los duros períodos dolorosos de sequía nunca son más que breves y necesarios. Que están ahí para que en contraste las cosas buenas sean mejores. New is always better. Es uno de esos rarísimos casos en los que el apodo real es TAN bueno que da pena ponerle otro acá. 
- Cómo sabés mi nombre? - Me pregunta en mi cama. Su brazo en mi cintura, las piernas enredadas. Sonrío.
- Me lo dijiste anoche, cuando te pregunté por el sobrenombre. Estaba escuchando. - Me mira. Mirada profunda de marihuana. Hace un rato me dijo, casi agotado "Ahora te odio un poco menos..."

- Gracias por escucharme.
Pero se parece a TJ, el protagonista de Recreo, te acordás? Chico lindo, chico problema. Funciona a varios niveles. Y bienvenido, TJ, te extrañaba. Siempre extraño lo nuevo y los principios. Mi pasado y yo tenemos una alta tendencia a repetirnos hasta el hartazgo, y de ella a veces salen experiencias nuevas y memorables. A veces vale la pena, pero siempre termina igual: como la primera vez. 
- Siempre te pinta odiar y besar a la misma gente?
- A veces sólo una de dos. Vos te mereces ambas. 
- Sabes, si seguís tirando chamuyos como ese puede que deje de decirte "Nenito"...

En cambio no hay nada mejor que el primer beso cuando no sabés aún si alguien te gusta lo suficiente. Cuando es bueno, no? Sino es horrible.
Pero cuando es bueno el éxtasis es adictivo. Porque si es bueno en serio podes advertir todo lo que va a venir después y aún así cuando pasa es demasiado. TJ es demasiado. Top 5 worth demasiado. Bienvenido, quedate un rato.
- Me seguís odiando?

- Un poquito, por las dudas... Seguís pensando que soy un nenito?
- Un poquito, por las dudas...
- ...Por fin te sacaste esas botas.