jueves, 29 de agosto de 2013

The sun shines in the bedroom when we play, the raining always starts when you go away ♪

Usualmente me gusta mucho caminar, pero en algunas ocasiones me agota. Camino sin descanso por la peatonal y el bolso me pesa en el costado, la carpeta bajo el brazo se hace incómoda, y a lo lejos veo que en la siguiente esquina está el Partido Obrero... con sus banderas enormes, constipando la circulación de gente, haciendo ruido, el típico boludo del megáfono cantando sin afinar incoherencias sobre la presidenta, o el político a atacar de turno. Me irrita bastante la militancia política, porque me criaron dos militantes, supongo.
Y de espaldas a mí, de frente al pequeño caos organizado, Mr. Vicious fumando despacio, para asegurarse el personaje, calculo. Solíamos decirle Georgie Boy. Verlo me agota. 
Me cansa que sea tan igual a sí mismo, que siga teniendo la misma ropa, el mismo pelo, la misma forma de pararse y de fumar que tres años atrás. No quiero saludarlo, no quiero que me vea porque entonces no voy a poder seguir de largo. Un segundo antes de que llegue a pasarle por al lado, ladea la cabeza como si me percibiera cerca sin saberlo... conozco esa sensación, tal vez yo también lo percibí antes de verlo, pero siempre conecté mucho más con el entorno que él. Llego a ver sus ojos oscuros, creo que no me ven... creo que no ven nada. 
Antes de seguir de largo llego a ver su mirada y su boca, muertas las dos. Todo en la forma en la que mira está muerto, y su mirada tampoco cambió, tres años después, pero antes yo la veía distinta. 
Me pregunto una vez más si yo imaginaba vida en esa cara, o si mi cercanía lo hacía estar más vivo. Me vuelvo a enojar con mi pasado, conmigo, con él. Camino rumiendo mi enojo y sintiendo unos ojos invisibles clavados en la espalda durante una cuadra más, y cuando vuelvo a ver el mundo real, noto que solo unos metros por delante de mí, camina un ser bajito y pelirrojo, que se mueve con cierto orgullo dolido, como si quisiera convencerse todo el tiempo de ser más alto de lo que nunca va a ser... él era Alex. Él al menos se viste distinto... su ropa es más cara, tal vez se cansó de fingirse pobre y bohemio (já, nos encantaba esa palabra, autodenominarnos así). Pero tampoco quiero saludarlo, me cae muy mal... tan mal como me caía de bien, y era bastante. Ruego a todos los dioses habidos y por haber que no se de vuelta, que no me vea, que no me vea, que no me vea. Por suerte no me ve, dobla en una esquina, pienso que tener que saludarlo de nuevo se sentiría tan falso, falso, falso... Rosario está jugando conmigo, es obvio, le encanta hacerme cosas así de vez en cuando, no me plantó delante al Lerdo, porque esquivarlo o saludarlo sería lo mismo, él nunca importó realmente... pero tampoco a Pete, porque es el único de ellos al que todavía saludaría con algo de alegría real por haberlo encontrado. Pete se salva al final del libro, Georgie traiciona y muere... no se sabe bien. Cuando llego al lugar al que me dirigía, su papá se para al lado mío, la misma persona más vieja, el pelo más blanco que negro, pero la misma mirada, la misma muerte en los ojos cuando me dice 'Hola'... Rosario está jugando conmigo. 
"Qué tal tu día?" Pregunta B. cuando finalmente vuelvo a casa, tenía tantas ganas de hablarle... mi día fue tan extraño que la verdad no sé. El finde pasado yo estaba enferma, lo contagié, ayer él estaba enfermo, solo en su casa, sin comida, con hambre, sintiéndose mal. 

- Querés venir a casa a ser alimentado decentemente?
- Jajjajajjaja QUE AMOR, no acepto esa clase de amor todavía en mi vida.
- Y si me hacés toda la pasión de que estás solo y enfermo y triste y sin comida
qué esperás que haga? No aceptás que la gente te cuide en tu vida? Sos un nene grande y autosuficiente?
- Yo soy un gato de metal
vivo en un agujero 
tengo una ansiedad 
como de año nuevo. 
Nunca se dónde estoy 
nunca se dónde voy ♪
Pero esta bien, saliendo de la joda, gracias pero ya me voy a poner mejor...
Aparte ya hice planes.
- Jajaj que estúpido que sooos.
-Pero soy un gato.
- Sos un bobo que no se cuida, ni se deja cuidar, y como castigo universal a cambio de ser así recibe... moco. Y hambre.
- Ya voy a estar bien, tengo que comer y comer y comer no mas. Sos muy buenita, gracias en serio.
- Já, y yo te voy a ofrecer hacerte bien, y bien, y bien, hasta que me canse de que no quieras, y no lo voy a intentar más.
- Siempre acepto lo que me ofreces y se que no me ofrecerías hacerme mal. Pero ya quede con los pibes y no quiero parecer un cachorro mojado y con frío y hambre.
- No estés tan seguro... a veces me canso de dar bien a quienes prefieren estar mal. Lo que te dé, depende más de vos que de mí.
- Siempre va a estar bien, lo leo en tus ojos, ok?
- No ves mis ojos por chat.
- Por eso no me gusta chatear.
- Andá con los pibes a ser un cachorro mojado, con frío y hambre PERO drogado y en compañía. 
Al menos pueden ser una mini.jauría de cachorritos depresivos.
- Todos los seres humanos somos depresivos!!! Pero entre amigos nos ocultamos esa depresión o la matamos, no sé que sabrás vos de mis amigos, pero quedate tranquila de que yo no lo sé, jaja.
- Yo no sé nada de tus amigos... excepto cómo besa la mayoría (?
Ya sé que todos somos depresivos a veces y que entre amigos se mata eso en teoría... mientras estés con ellos y no solo... rodeado por ellos, I guess.
- Jajajaj, si ya sé. Pero ya no quiero pensar en eso, así que trato de no pensarrr...
- Hasta la tarde estoy en casa... si te aburrís de no pensar y de que nadie te cuide, por ahora no me aburrí de vos.
- Dale sí. Me siento un poquito mejor, tome un café y me puse a escuchar Radiohead, me hace bien todo esto y vos también. Pero bueno, sí quiero verte, pero te avisaré.
- Es una invitación... sabés que no te espero, ni te exijo nada. Me alegro de que Radiohead y yo te hagamos bien (?
- De una, gracias.

A veces me enojo con él por parecerse tanto a Georgie Boy y asociados, a todos esos zombies con los que salí alguna vez... después me enojo conmigo y le pido perdón, porque sé que es único, y sus defectos son únicos, y sus errores son suyos, y los de otros no. Le digo que no quiero que mi pasado condicione mi futuro más de lo necesario... me dice que no le gusta que lo lea tan fácil, que tiene mucho para dar. E intento creer que no es más de lo mismo, no es más de lo mismo, no es más de lo mismo... y entonces viene a casa a merendar. Y se queda a cenar con toda mi familia chica, y lo llevamos a su casa, y cinco minutos después de dejarlo me llega un mensaje que dice "Hey, gracias por todo, me gustó mucho la comida y todo. La pasé muy bien, te quiero." al conectarme me burlo de que más temprano dijo no aceptar esa clase de amor en su vida, dice que es imposible rechazar el amor que le doy. Le digo:

- Me preocupa que confíes tanto en que yo no te voy a lastimar... y no entiendo mucho por qué estás tan convencido de que vos me vas a lastimar a mí.
- Jajaja loca, no te voy a lastimar, y vos a mi tampoco.
- Jajaj bueno... no leo muy fácil qué tan simple es lastimarte. Si me gusta mucho alguien más, te hará mal? Si siempre tengo poco tiempo... Si doy mucho muy rápido, te asustaré? Intento no pensar mucho en todas esas cosas, para que nada sea forzado... hago lo que siento en el momento y confío en que va a salir bien.
- Yo con que vos me digas siempre la verdad ya estoy bien. No podrías lastimarme con la verdad, acordate siempre de eso.
- No sólo lo recuerdo.. es terriblemente mutuo.
- De una, vos preguntame lo que se te ocurra. Loca linda, nunca te hablo mucho de tu belleza, pero es un secreto que me lo guardo.
- No me hace mucha falta tampoco... yo confío en mi belleza, me gusto yo y creo que esa es la única forma que alguien tiene de gustarle a los demás.
- Fuck, amo eso de vos, posta.
- Mi seguridad y mi forma de cocinar, ya van dos cosas (?)
Y yo amo tu risa y que odies chatear... qué parejos que somos aún siendo muy distintos.
- Amo que seamos distintos, es la 3ra: aprendo mucho de vos.
- Yo amo las cosas que tenemos iguales, esas pocas cosas en las que nadie nunca había coincidido.
- Sí, posta, que bueno que es... Gracias, posta. Gracias por todo lo que me das, todos los días desde que te conocí.
- También creo que el miedo que tenemos a lastimarnos es un reflejo condicionado que nos quedó de salir con otra gente que no entendía las relaciones como nosotros... que no entendía la libertad.
- Sos buenisima, y odio el chat.
- Jajaj, vos me das mucha paz. Ya te lo dije. Me dan ganas de verte hasta el hartazgo, a mí que también suelo ser medio gato de metal con media pata al otro lado de la puerta entreabierta siempre.
- Entiendo. 
- Me intriga saber cómo sigue, o a dónde vamos... es una intriga copada igual, un buen misterio. Me acostumbré a gente que se enamora de mi forma de ser libre, pero después de un tiempo me ruega que ceda un poco y me deje aprisionar... no creo que vos me vayas a pedir nada así.
-Jajaja me gusta atarte a la cama, pero es todo lo que te aprisionaría.

Leo eso y pienso en la canción de Sabina... a veces, cuando no se está pareciendo peligrosamente a alguna sombra de mi pasado, cada palabra que sale de su boca o de sus dedos es perfecta. Sé que no es exactamente mi chico Hollywood, mi príncipe azul, pero lo esperaba. Esperaba que alguien me probara que no estoy loca por querer amar y ser amada siendo libre, dejando en libertad... o que al menos mi locura es válida y compatible con la de alguien más. Que no soy única ni me voy a extinguir cual oso panda. Que hay otra gente pensando como yo, la gente del futuro en el que quiero vivir. A veces creo que lo voy a amar con furia, a veces, que amarlo nunca va a hacer falta, a veces siento que me va a amar con furia, otras, que amarme nunca le va a hacer falta. A veces somos muy iguales, otras muy distintos, hasta opuestos. A veces se parece a mucha gente, a veces nunca conocí a nadie siquiera parecido. A veces su cara es tan familiar que sé que la vi en otra vida. A veces pide permiso para dedicarme canciones, a veces no pide permiso para lastimarme. 
A veces... a veces paso tanto tiempo pensando en él y sin mambear sobre nada, que hasta me olvido de narrar en mi blog la gigantesca histeria que demostramos mi Partenaire Improvisado y yo bailando juntos cuando nos pusieron en pareja durante toda la clase... dijo que necesita más clases mías, que soy genial como partenaire... que quería una foto cuando lográbamos formar una línea perfecta en el espejo, entre los dos. Giraba más rápido que él, y el corría para alcanzarme y posar, agarrando mis manos aunque no lo hubieran marcado... me pregunto cuánto hubiera opacado esa sonrisa a la de cualquiera de los chicos con los que alguna vez salí, a la de cualquiera de los que me quisieron sólo para ellos en una cajita de cristal esmerilado. 
Me pregunto cuántas sonrisas perfectas como esa harán falta para opacar a alguien que no me pide nada excepto que sea yo. 

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