sábado, 3 de agosto de 2013

Some stories you tell, some stories you don't.

Ayer fue uno de los días más bizarramente copados de mi vida. Tan bizarro que hoy hasta me resigné a tener un sábado de gente nomal: Sin clases, ni una, ni dos, ni tres. 

1. Arranqué yendo a Canto, para el final de la noche eso parecía lejanísimo. 
2. Me gané una beca en la Escuela de Dibujo a la que siempre quise ir, en la materia que quería, con el profesor que quería, casi sin proponermelo. Sin que hubiera becas disponibles, siquiera. Los horarios del curso milagrosamente se pueden ajustar a los míos. El dibujo es una de las pasiones que siempre postergo para otra vida pero que me encantaría aprender bien, poder hacerlo sin tener que preocuparme por el tiempo o la plata... es perfecto. 
3. Estaba en la CBB cuando pasó, pero me tenía que ir rápido, cuando me fui David Lloyd empezaba a firmar libros y máscaras, y a regalar bocetos: Había una cola de más de 50 personas, me faltaban 20$ para comprar el libro.
4. Vi a mis perros, los llevé por primera vez a un veterinario que me genera mucha confianza, y me alegra saber que aunque sea en las malas están en buenas manos. Me bajo un poco la histeria que tuve toda la semana sobre ese tema. 
5. Cuando volví seguía algo ajustada de tiempo, pero agarré 20$ más y fui de nuevo a la CBB. 
Un vendedor me dijo con aire de disculpa que V for Vendetta solo le quedaba en inglés, como si fuera algo malo... lo conseguí 100$ más barato de lo que lo vendían el año pasado en español. Pregunté si David iba a volver a firmar al día siguiente, y me dijeron que seguía ahí: 
Yo tenía mi libro en la mano, y la cola era de menos de 10 personas. 
6. Al final sólo quedaba yo, así que no solo me hizo un boceto de V, no: También me pidió mi carpeta de dibujos, la que llevé en la mano casi como cábala porque me había valido una beca más temprano, la que llevé sobre todo para meter todos los folletos y postales en algún lado. Se puso a ver mis dibujos uno por uno, los mejores, y que aún así, eran mediocres al lado de su boceto rápido hecho a crayón, sentí mi cara volverse roja como pocas veces en la vida.
Los miró sonriendo, David Lloyd interesado por mis dibujos, alguien cuya obra me fascina desde la primera vez que vi el trailer de la peli en televisión. Me dijo 'Sabés, keep working!', le dije "You're awesome!" me dijo 'Thank you!' y caminé las cuadras hasta mi casa abrazando el libro como si cada peatón (en la vida real inocente y completamente ignorante de mi pequeño tesoro) fuera un ladrón potencial y aterrador. 
Debería haber razonado que en la vida real la gente no roba libros... lo que se pierden.
7. ...

Hay muchos razonamientos en mi lógica que no van realmente con la vida real. Pero me gusta mi vida. Me gustan mis experiencias irreales e ilógicas que evolucionan en el tiempo y me hacen crecer mientras el mundo real piensa que son cosas inmaduras, retrocesos, bizarreadas. Hay cosas que hago en mi vida y que no me gustaría que se supieran en determinados grupos de gente que me importa y me cae bien. Cosas que sólo puedo hacer en los ambientes en los que casi nadie me importa realmente, en los que las opiniones de casi todos son de cartón. Sé que incluso en esos ambientes la gran mayoría de la gente me juzga al verme, pero no se me escapa ese detalle: 
Que me ven. Que no pueden quitar la mirada aunque no quieran parecer fascinados ni por un segundo. Que los gestos de indignación esconden casi siempre desconcierto y curiosidad. 
Que muchas veces, mientras vivo, veo de reojo a gente que finge vivir, y quiere hacerlo más, pero no se anima. 

Creo que antes de morirme (o antes de cumplir 50), quiero probar toda experiencia que no me haga mal. No me atrae en lo más mínimo la idea de tirarme en un cuarto oscuro a tener un viaje de heroína, hay gente a la que sí, yo no lo entiendo demasiado. Intento no ser autodestructiva, ni destructiva. Así que no me refiero a probar cómo es estar drogada rompiendo cosas en una plaza, sino a que, siendo todavía joven y bonita, amando al arte y sintiendo todavía tantas cosas a flor de piel, no me interesa realmente dejar pasar cualquier tipo de experiencia que pueda vivir y que me pueda aportar algo nuevo sólo porque sea inmoral, o anormal, o hereje... o engorde (?). 
Me gusta la idea de ir contra los prejuicios, de ignorar lo que opinen los demás, de sentir primero y decidir si me gusta después. 
Así que no, no es por los lectores potenciales por lo que no escribo la parte más bizarra y copada del día anterior con lujo de detalles, es porque en How I Met Your Mother varios personajes viven más o menos como yo, y como explica Ted en cierto capítulo: 
Cuando relatás el pasado hay algunas historias que contás, y algunas que no...




No hay comentarios:

Publicar un comentario