jueves, 8 de agosto de 2013

He doesn't look a thing like Jesus, but he... ♪

Cuando era chica creía que solo era decente y digno besar a alguien que te importaba, que conocías bien. Y que, cuando creciera, y cumpliera al rededor de 21 años, el sexo iba a estar reservado únicamente para el flaco de quién estuviera terriblemente enamorada, para él, que me amara también y fuera mi novio, de más está decir. Cuando era chica creía que si te gustaba alguien, pero lo acababas de conocer, lo lógico era esperar a ser amigos, a que te invitara a salir, a que pasaran unos meses. Cuando era chica, tuve durante los 6 años de primaria a un solo novio, al que nunca besé, porque creía que si lo besaba a él le iba a molestar.
Cuando era chica creía muchas pelotudeces. 
Todavía, algunas veces, me gana la pelotudés de fondo y veo una ventana del chat con impotencia, esperando a que se ilumine de golpe, que él me hable primero. Hasta que no aguanto más y lo saludo sin saludarlo, de la forma más informal posible, y tarda menos de un segundo en responder. 
Así me doy cuenta de que él también miraba mi ventana, ni siquiera se gasta en responder lo que le puse, escribe directamente 'Vení a casaaa'. 
Ahí hay un detalle a aclarar: Cuando era chica creía que si un flaco me invitaba a su casa cerca de las 11 de la noche, no daba ir sola hasta allá... a eso lo sigo creyendo. (Pero ganas de ir no me faltan). 

Les gustaba tanto quemar. Cuando era chica creía que la cocaína estaba en las canciones, no en la calle, y que los drogadictos formaban parte de un mundo que yo nunca iba a tener que conocer. Ahora rara vez me llama la atención alguien que no sea un drogadicto. - Te quiero comer... qué? 
- El alma. "Te quiero comer el alma..." por eso nunca conecto el teléfono. 
Ahora intento, francamente intento, enamorarme de alguien normal. Trato de que me guste el chico lindo y tranqui, the boy next door, el compañerito talentoso que canta y actúa bien, y que bailando se defiende. Trato de que me enamoren su simpleza, sus gustos mainstream, su sonrisa perfecta. Intento que me atraiga el hecho de que salga a bailar todos los sábados con sus compañeros de facultad. Con muchas ganas me convenzo a mí misma de que es algo más que su atractivo físico lo que me llama, de que posta es él, todo él, alguien con quien querría salir.- Esta banda me encanta, nunca se la muestro a nadie, no sé... no me gusta compartirla. - Está bien, es alta banda. 
Y cada vez que corto con un drogadicto, me creo sinceramente que ese es el último. Porque ya los conozco. Son una especie humana realmente retorcida y oscura. Tengo especial predilección por los pirómanos desquiciados y con talento innato. Por los diamantes en bruto que se esmeran en permanecer carbones. - Sabés que me gustás? Aprendí a no amarlos. Aprendí a no llorarlos, a no gastarme, y a no dejar que me roce su autodestrucción. 
Pero no logro que no me gusten, que no me encanten. Que no me contagien momentáneamente su locura infantiloide y avejentada a la vez. - Sí, sé. Genero eso en la gente... por lo menos al principio.  Así que me gusta, me encanta, y me contagia por momentos su locura. Me río de él y él se ríe de mi risa, me encanta su risa y me río más, y al final nos reímos juntos. 
Y mi risa es sincera, pero la violencia no, aunque parezca... 
y los abrazos tampoco, aunque parezcan. No somos sinceros,
ni él ni yo. Creo que es como varios, que vive en personaje, hasta que el personaje se lo come vivo y ya no sabe ni quién es. 
Y yo soy actriz, si él me miente, me encanta actuar.
No me gusta dormir sola, creo que nunca me gustó. Estando despierta, en verdad, hay muchas cosas para las que me jode estar acompañada, pero no sé realmente estar sola.
Me aburre la fidelidad tanto como el celibato. Casi siempre estoy con alguien, aunque no sea la persona que amaría tener al lado, aunque sea alguien que no tolere cerca mucho más que un par de horas. Casi nunca amo en serio, y muy seguido me aman, pero me encanta falsear amor, y casi nadie me falsea a mí. ¿Blackjack y yo? Well, nosotros no nos queremos. No nos importamos. No nos conocemos. Pero, ¿nuestros personajes? Nuestros personajes se aman. Y aunque hace mil noches que yo no puedo dormir sin desvelarme en pleno insomnio de estúpido amor real, anoche me acosté en personaje, y amando en falso dormí mejor que nadie. 



You sit there in your heartache, waiting on some beautiful boy to... to save you from your old ways: You play forgiveness. Watch him now, here he come! He doesn't look a thing like Jesus but he talks like a gentleman, like you imagined when you were young ♪

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