Ella busca entre la gente, pero no encuentra a nadie.
La campera y la remera cayeron en desuso. La chica está soltera, y el chico tiene novia. La chica se aclaró el pelo, y se cubre los ojos con un flequillo. El chico lleva el pelo corto y la frente despejada. La chica ya no sonríe, el chico se encargó de eso. Attaque 77 y Los Piojos se separaron, cada Ciro siguió su camino hacia bandas peores. Los chicos cambiaron de gusto musical. El grupo ya no existe, y los chicos ya no caminan juntos. Ahora ella baila lo que sea con tal de no pensar (aunque sigue odiando la chacarera), y él nunca se acuesta en el piso a mirar nada (el piso ensucia la ropa, y mirar es una pérdida de tiempo). Los chicos tal vez aún se quieren, pero también se odian y ya no se entienden. La chica está enamorada de un chico, que la ignora, la esquiva y de a poco la empieza a olvidar. Los dos son muy culpables.
Él se perdió en algún hueco del camino, desde el pasado hasta hoy. Ella lo busca, los busca, se buisca, y se harta de buscar. Se pierde entre la gente de una multitud tres años más vieja, que no recuerda a dos chicos que una vez se despertaron en primavera, y al final, ella también se queda dormida.
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