Y a mí me tomó tiempo, muchísimo tiempo, más de un año. Me costó una enfermedad zarpada y mil bajones de defensas. Me costó más lágrimas de las que debería ser legal derramar por una persona. Me costó mil noches en vela. Me costó muchos besos dados sin ganas. Me costó muchas charlas a medias. Pero al final, me rindo.
Ganás vos. ¿No era eso lo que querías? ¿...No era eso lo que querían todos? Yo quise pelear, pero estoy cansada. (Muy cansada). Al final: Gana tu lógica -ya no digo que es falsa-. Gana tu discurso oficial -ahora digo que es el único-. Ganás vos para el mundo -y digo que sos el mismo en privado-. Y no mato una historia -porque ya no era cierta-.
Me resigno y me olvido de todas tus sonrisas sinceras, de todas las veces que me miraste con ganas, de todos los roces en teoría casuales de tus manos. Me olvido de todas las cosas que me dijiste cuando creías que no había nadie más escuchando, y de todo lo que hiciste cuando nadie estaba viendo. Me rindo porque te creo, les creo... porque en fin: Lo flasheé todo y vos jamás me diste nada.
Me rindo porque vos querés que me rinda -y admitir que querés que me rinda, es parte de rendirme-. Me rindo porque gano más si me rindo que si sigo peleando. Me armo del valor que se requiere para ser cobarde, y te dejo en paz.
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