Antes de empezar a ser yo decía 'Te amo' todo el tiempo, sobre todo cuando no lo sentía. Hasta que una noche, en la cama de un chico que sin tener 20 años ya tenía una adicción a la cocaína, por primera vez lo dije en serio. Ya nunca miento al respecto.
Antes de ser yo creía en la música horrible de los boliches horribles, la que se baila entre gente vacía y sorda. Hoy creo en la Electrónica. La hecha por amigos, la que se baila entre amigos y desconocidos totales. Me culpaba en la fiesta en la que nació esa parte de mí por estar ahí. Me gusta soñar que igual hubiera encontrado el camino a quien soy de no haber ido, aunque tomara más tiempo, porque me gusta ser yo. Pero en verdad soy yo porque tomo esos riesgos. Porque voy a la culpa como las mariposas del témpano van al fuego.
Antes de ser yo creía en la música horrible de los boliches horribles, la que se baila entre gente vacía y sorda. Hoy creo en la Electrónica. La hecha por amigos, la que se baila entre amigos y desconocidos totales. Me culpaba en la fiesta en la que nació esa parte de mí por estar ahí. Me gusta soñar que igual hubiera encontrado el camino a quien soy de no haber ido, aunque tomara más tiempo, porque me gusta ser yo. Pero en verdad soy yo porque tomo esos riesgos. Porque voy a la culpa como las mariposas del témpano van al fuego.
Cuando no era yo apenas creía en el alcohol y en ninguna otra droga. Hoy creo en probar aunque sea una vez todo aquello que pueda darme placer sin matarme, sin matar a alguien más. Eras antes de ser yo comía carne, ¿podés creer? No recuerdo ni cómo se sentía ser esa persona.
No sé si alguna vez creí en los celos. Supongo que sí, son de lo más bajo que tenemos por naturaleza. No recuerdo si alguna vez los defendí. Supongo que sí, no voy a fingir ser tan superior. Supongo que en algún momento de mi vida enuncié que estaba bien celar a la gente. Que era necesario. Prefiero no recordar cómo se sentía ser esa persona.
Supongo que alguna vez fui insegura, y posesiva, triste en general. No soy así ahora.
No era yo cuando no había perdonado los crímenes que perdoné. Aún no había visto a la redención encarnada. Nunca había dormido con los errores irreparables de alguien más.
No era yo cuando no había pisado Europa. Aún no había visto la belleza más absoluta. Nunca había admirado de frente al lado sublime de la Humanidad.
Antes de ser yo era más como el resto, y siéndolo era más y menos feliz.
En algún punto dejó de darme miedo experimentar. Y en ese punto aprendí a crecer.
Lo hacemos por el morbo.
Lo hacemos por el morbo.
Y de verdad me gusta ser yo. Si no creyera que es mejor, sería distinta.
Y de verdad no los entiendo.
Yo no entiendo a la gente que tiene la chance real y tangible de batir cualquiera con su vida y su juventud y la arruina queriendo seguir el manual. ¿Cuántos años tenemos? ¿No podemos vivir antes de casarnos y reproducirnos acabando para siempre con nuestras vidas y nuestra felicidad? Pero vivir en serio. Yo no entiendo a la gente que camina por el mundo como si no le temiera a la muerte. Como si el tiempo fuera eterno. Como si la belleza y las ganas no duraran un segundo. Yo quiero vivir todo, probar todo, hacerlo por el morbo. Porque puedo, porque la mayoría no lo haría.
Yo quiero al chico con novia, al amigo de mi chico, a la chica de mi amigo. Los quiero a todos si son bellos, y si son bellas, las quiero a todas también.
Yo quiero el amor y la pasión y la locura. Quiero los viajes. Quiero las fiestas. Quiero aprovechar todo al máximo. Yo tengo todo si quiero, si me dejan.
Cuando me muera no me va a quedar nada que no haya probado y haya querido probar.
Cuando sea vieja quiero arrepentirme de cosas que hice, no de haberlas dejado sin hacer por miedo. Cuando mire para atrás quiero pensar en el chico de ojos verdes y en cómo dejé de amarlo porque no me alcanzaba su realidad, y lo que es peor, no me alcanzaban sus sueños.
Cuando esta noche me bese un chico de esos que entendieron lo que es vivir quiero que otro chico entienda que no me conoce. Que no entendió nada de mí. Que sólo soy fiel a mí cuando no le soy fiel a nadie. Que sólo soy yo porque Horacio Brent no me alcanza, porque ya no respiro por su autor, por nadie así. Que lo único que me moviliza es la posibilidad de acumular experiencias. Que no me sirve, si vamos a hacerlo por el noviazgo y la ñoñez, no me sirve. Nunca me va a servir. No mientras sea yo. Mientras sea así cada vez que mire hacia el futuro voy a estar en otras ciudades viviendo nuevas historias.
Si lo hacemos por las razones por las que todos lo harían, de verdad lindo, no me sirve. Si lo evitamos porque el morbo es demasiado no voy a estar siendo yo.
Y de verdad -de verdad- me gusta ser yo.
Me gusta mucho más de lo que nunca me va a gustar intentar ser como vos.
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