lunes, 28 de enero de 2013
What is left in you to love?
Lleva un rato jugando con alguien más, presos del impulso de siempre. Porque son muy buenos amigos, siempre que sea de día, y en lo posible estén sobrios... Sino les cuesta un montón. Saben que nunca los lleva a nada, incluso si hacen algo... Lo saben y tal vez, eso los motiva más. Pero quieren aprender a estar bien porque hay gente que se lo merece, hasta ellos... Algo así. Entonces vuelve con él y lo lleva a un rincón y lo mira a los ojos, "Te amo pibito" le dice, "Creo que ya lo sabés, pero igual, te amo..." "Yo también te amo" dice él, pero ese no era del todo su punto: "...Te amo, y te juro que no hay nada en el universo conocido que pueda a hacer que te ame menos, nada excepto vos y el tiempo... Pero él me salvó la vida muchas veces, y necesito intentar salvarlo para recompensar al menos una de esas veces. Necesito intentar lo que sea que tenga que intentar." "Está bien." Dice él, siempre que las razones de ella sean sinceras, está bien para él. Y ella se va. Y le toma cierto tiempo animarse, pero ya tiene la decisión tomada hace días, y la oportunidad se presenta sola: 'Alguien tiene una púa?' Dice el otro, y ella tiene en su poder la púa que él mas quiere en el mundo, 'Ey, gracias!' dice él -es una expresión TAN suya...-. "Vení conmigo" le dice al oído ella, ¿Cuántas veces a lo largo de su vida fue capaz de pronunciar esa frase en el momento preciso, justo en ese en el que aún significaba cambiar algo? Muy pocas, razona, no tantas como hubiera debido si no quería seguir soñando un pueblo con mar y unos ojos negros, hasta el día de hoy, y levantarse en lo más amargo y repetido. (Si al menos pudiera nombrarlos cuando son más de tres en la misma entrada!). Ni siquiera sé si lloré antes de hablar, o después. Ni en qué momento me abrazó y dijo lo mucho que extrañaba mi perfume, cosa que yo ya sabía... Sería una gran mentira decir que esa noche no llevaba el perfume para él, como tantas otras noches. No sé bien cuándo dejé de insultarlo para contarle todas las cosas que me habían hecho pensar en él en estos meses, de hecho, no sé si en algún momento dejé de insultarlo. Y no sé si en algún momento le creí cuando me dijo que sí pensaba hablarme antes de irse, y de hecho, no sé si ahora le creo que me va a volver a hablar antes de irse. Pero sé que estoy feliz de haberle hablado. Tal vez Thomas Harris me hizo pensar en eso, 'Creo que todos llevamos, más o menos en el fondo, un oscuro pasajero...' y después, el agradecimiento por no dejar que el mío se apoderara de mí, y un agradecimiento más, porque, llegado al caso, me ayudaría a destruir las pruebas... Y él está tan poco vivo, pero a la vez, tan remediablemente muerto... y yo estuve casi muerta muchas veces, y ninguna de esas él me dejó morir... Sé que justo como es ahora, no se lo merece... pero lo que fue, lo que puede ser... a eso lo salvaría mil veces. Sé que vivo intentando salvar a mucha gente que quiere más que nada estar muerta, porque le da miedo vivir, y que al final me rindo, cuando no doy más de contemplar lo absurdo de sus purgatorios vivientes... Pero con él no puedo... Ninguno de los otros siquiera intentó nunca lo que él hizo por mí tantas veces. Y tal vez no los dejé... tal vez él fue, desde el principio, una decisión completamente caprichosa y de riesgo... Pero fue. A veces yo no entiendo mis razones... esas suelen ser las veces más pasionales, y a las que más obedezco... A veces son las veces que más causan dolor. Y a veces, esas veces, son las que me hacen estar viva. Hace unos años atrás, pensábamos que unos años después íbamos a vivir juntos... Y ahora te estás yendo a vivir bastante lejos de mí, y cerca de otra gente que aún no conocemos... Te puedo bancar fuera de mi ciudad, eso sí... Pero nunca fuera de mi vida, todavía no.
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