jueves, 31 de enero de 2013

Someday you will say "that's it, that's all", but I'll be waiting there with open arms to break your fall ♪

Le pregunta si hoy es su cumpleaños por mero perfeccionismo, pero lo sabe desde hace semanas. (A veces él se olvida la fecha y se la pregunta a ella, así de colgado es). Lleva un libro guardado en la mochila desde hace un rato. Llevaba días pensando en cuál comprar, y en dónde. Quería un libro viejo, y quería un libro lindo. Estaba entre dos o tres opciones, pero se decidió por ese porque lo había leído hace poco. Ilusiones... El Principito para adultos. Pero llegó apurada a la escuela y ahora lo tiene guardado en la mochila sin dedicar. Viene de una familia donde todo el mundo sabe que no se regala un libro sin dedicatoria. Pero no sabe bien qué decirle, porque él es indescifrable. -Es su amigo desde hace años, y ella es bastante buena para analizar mentes, pero la mitad del tiempo no tiene ni la menor idea de lo que él está pensando, mucho menos de lo qué él está sintiendo. Ella lleva años sin saber tampoco cómo se siente con respecto a él. No sabe si lo quiere, no sabe si le gusta. Lo más certero sería decir que a menudo se encuentra a sí misma imaginando que lo besa. Un beso desesperado y correspondido, un beso exacto, de esos que desarman... Un beso que, tiempo después, no pudo ser más diferente y extraño. Y de a ratos está segura de que a veces, cuando le habla, la destroza con la mirada. Pero a ratos está segura de que nadie fue nunca más inmune e indiferente a sus encantos. A veces le mira la boca en lugar de los ojos durante conversaciones enteras, y a veces, hace todo lo posible por lastimarlo con la mirada. A veces se para demasiado cerca, y a veces lo ignora demasiado tiempo. A veces, entre ellos, hay tanta electricidad que cortan el aire de cualquiera que ose interrumpirles una discusión, y en esas veces ni siquiera se tocan. Otras, pueden pasar un buen rato abrazados, sin ninguna tensión. A veces saben del otro cosas que no comparten con nadie. A veces hablan de una tienda de vinilos viejos, a la que van cuando necesitan reír. A veces ella habla con sus amigas sobre él, sobre lo raro que la hace sentir, y casi no tiene ejemplos tangibles para explicar su certeza esporádica de que él también la busca. Casi, excepto esa conversación cuando ella estaba muy ebria y él muy sobrio, acostados en el pasto, mirando las estrellas, muy lejos de los demás, "¿Por qué estás acá conmigo y no con los otros?", parecía preocupada en serio, parecía muy suya en ese momento, aunque horas antes hubiera hablado por teléfono con alguien más. "¿Por qué estás acá conmigo y no con los otros?", y lo mira, 'Adiviná.' ...Lo gracioso es que la única certeza que él le dio nunca, no fue más que una adivinanza que ella no se animó a resolver.- Y se da vuelta en la silla de su banco, él siempre está sentado detrás, en diagonal, y le da el libro. "Ey, gracias!" dice él -y es una expresión TAN suya...- 'No lo tenés, no?' "No tengo ni idea de qué libro es..." 'Genial, porque tengo otros dos más en la mochila pero los compré para mí, sino te lo cambiaba... dámelo, si no lo tenés, le tengo que escribir una dedicatoria, los libros no se regalan sin dedicar', y él se lo da. Y ella empieza a escribir en lápiz, 'Algunas veces me caes bien...' y sabe desde la primera línea del lápiz que, para cualquiera que quiera entenderlo, va a ser un acto casi suicida '...Algunas veces sos la única persona con la que quiero hablar, y a veces, me basta con oírte tocar...' y cada tanto lo mira y ellos juegan en su mundo, como siempre, y termina '...y algunas veces cumplís años, en esas veces te regalo libros.' y le va a mil el corazón mientras repasa en birome. No está acostumbrada a tirar granadas a ciegas. No sabe jugarse sin la certeza previa de que ella era la indescifrable y él quien la imaginaba. Sabe ser inalcanzable, sabe hacerse desear, pero no se reconoce en el momento en el que le alcanza el libro y lo mira de reojo mientras lo pone debajo del banco para que nadie lo lea con él. No sabe ser la chica que contiene la respiración mientras se hace invisible para verlo leer en silencio, mientras su cara es tan indescifrable como siempre. Pero vuelve a ser ella en el momento en el que lo oye soltar el aire, porque entonces él tampoco respiraba, y él sonríe una sonrisa imperceptible, y guarda el libro antes de que lo vea nadie, y ella aprovecha ese momento para volver a mirar al frente. Él no la vio mientras leía, pero ella lo vió a él, y ahora su duda es certeza, en algún lugar de su cerebro se hizo la luz, y ya nada la contiene de tirar granadas, pero su estilo fue y será siempre el de las bombas nucleares. Él nunca probó marihuana, y no quiere probar. Ella no quiere fumar con todos, y ya decidió que él es un 'Sí', así que no lo va a dejar decir que 'No'. Se sienta en la cama con él y le enseña, y de golpe él se olvida de todas sus razones morales validadas para no probar. Y ella se para y cierra la puerta, se da vuelta y lo mira: "Me gustás." dice. Tan simple como eso, dos palabras germinadas durante años. Y ya no se acuerda del resto, aunque él estaba mucho peor. 
¿Sabes que fui yo quién le mostró el lado amoral de la diversión, de todas las formas posibles? ¿Sabes que soy yo la que le pide que se deje de drogar? ¿Sabes que algunas veces le regalo libros, incluso cuando no cumple años? Yo lo sé, y él lo sabe, pero tal vez alguien nuevo no lo sepa, porque casi tenían un estante propio, y los escondió de la vista en su habitación: ¿Cómo no ver todas esas dedicatorias a través de las páginas? ¿Habrá escondido también esa biblia, con la que tanto nos reíamos a la hora de rezar? Sigue usando la remera, pero la estrené yo, y a mí no me sale seguir usando esas medias. ¿Sabes si leerá esto? Porque hace un tiempo instaló un programa en su computadora para no poder leerlo, pero después se sintió un idiota y lo eliminó, y ahora es sólo su fuerza de voluntad la que persiste... ¿Sabes por qué no quiere leer? ¿Qué te dará miedo encontrar dentro de mi mente? Sabías hacerme callar de forma bastante imprevista, y te reías. Pero no se puede callar el papel. Ni en las primeras hojas de tus libros, ni en lo virtual de mi blog. Y a mí nunca me gustó demasiado callarme... Pero no se bien qué decirte, porque sos indescifrable. De momento escucho tu sonrisa en el teléfono, tan visible como el día en que terminaste de leer esa primera dedicatoria, mal disimulada, cuando digo que yo también voy a ir... Pero al rato estamos allá, y no te vas a acercar a hablarme. 'Estaba al re-horno con vos...', "Se hizo muchas ilusiones con vos pero cuando te tuvo no hizo nada... Siempre estuvo al horno con vos, solo que en cierto punto asumió que eso le hacía más mal que bien"... Son cosas que me dicen ahora, pero antes yo no sabía nada. Y esa primera noche vos dijiste un montón de cosas tristes, que nunca le repetí a nadie (ni siquiera a vos), y al día siguiente yo tenía un gigantesco mambo en la cabeza, y al respecto el consejo de absolutamente todo el mundo, cuando yo solo quería escuchar el tuyo. Porque siempre tenías las palabras precisas para mí y mis problemas con novios y amigos, y padres, y amigas, y hermanas, y ellos nunca tuvieron idea para aconsejarme sobre vos. Ahora me pasa lo mismo. Le pregunto por vos a todo el mundo, pero todos los consejos son vacíos, y quiero el tuyo. 'El sostén de mi cordura se volvió loco itself, y se fue muy lejos mío. What should I do, Sir? ¿Me vuelvo loca, lo espero, o lo salgo a buscar?' Vos habrías sabido la respuesta justa. Vos habrías sabido... mantenerme cuerda. 



I wouldn't mind if they never find a cure for all my problems, as long as I have someone near (vos) to make it clear I do not need to solve them. Oh, this loneliness is killing me,
it's filling me with anger and resentment. I'm turning into someone that I never thought I'd have to be again... ♪ ¿Sabías que su canción preferida y la mía son la misma?

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