sábado, 14 de julio de 2012

Tan exacta como dos y dos son tres... ♪

Soy bailarina. Soy vegetariana. Soy bisexual, pero la mayor parte del tiempo me gustan más los hombres. Soy una amiga fiel, y sé amar bien, pero creo que la monogamia casi siempre es estúpida y sostengo firmemente que la gente no tiene dueño. Colecciono postales, papeles de carta, programas de teatro, entradas viejas. Leo cómics, manga y libros, los primeros, tanto como lo permita mi bolsillo, los segundos, tanto como lo permita mi tiempo. Me gustan los discos y las películas originales, aunque sucumbo a la piratería, como todos los demás. No me gusta mentir, pero miento mucho. Y también soy muy sincera, casi siempre en exceso. Sé dibujar, y cocinar, ambas cosas mejor que muchos, y peor que varios, pero más que nada apunto a superarme a mí. Me gusta cocinar para la gente que quiero, pero me es casi imposible desprenderme de un dibujo. Me obsesiona el orden, pero me inquieta menos el desorden ajeno que un orden obsesivo diferente al mío. Juzgo mucho a la gente por cómo habla, por cómo se muestra, por cómo aparenta pensar, pienso que el respeto es algo que se gana. No soporto el racismo, la homofobia, ni el sexismo, pero a veces me divierte la religión. Creo en la tolerancia hacia todo lo que no sea intolerancia. Creo en la energía, en la fuerza de voluntad, y en el karma. Muchos animales me caen mejor que muchas personas. Tiro la basura siempre en un cesto, así tenga que llevar un papel sucio en el bolsillo por cuadras, y así mire a los costados y el lugar esté lleno de mugre. Soy adicta a los chicles. Mis antojos más frecuentes son frappuccino y sushi. Podría vivir a fideos mostachol con crema y sal, y uso cantidades industriales de sal en todo. Creo que mis principios van por encima de todo y todos, muchas veces me equivoco, como todos, pero mientras sea consecuente con ellos, igual me siento bien. Tengo una moral, que es amoral para muchos, pero me basta a mí. Siguiéndola alejé a mucha gente, y me arriesgué a muchos besos: Todas las criaturas del mundo mueren solas, pero la gran mayoría de ellas, al morir siguen teniendo sus bocas, y en esas bocas siguen pesando algunos recuerdos.


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