domingo, 24 de noviembre de 2013

Como no te me quitas de las ganas, aunque nadie me ve nunca contigo... ♪

No dejo de mirar su nombre escrito en la pantalla de una conversación vacía en la que él no está. No está, no se conecta, y no le puedo mandar un mensaje. Los mensajes al celular están prohibidos, como tantas otras cosas. Y lloro intentando no hacer ruido, y me cuesta escribir porque las lágrimas me velan los ojos. No sé dónde está. Ojalá estuviera acá conmigo, abrazándome, diciéndome que el otro flaco es un idiota que no vale la pena. Pero no está. 
Y yo me limito a estar perdidamente enamorada de él, esté donde esté, esté haciendo lo que sea que esté haciendo, con quién sea que lo esté haciendo... pero sin mí. No está para mí.
Cuando él está conmigo sí es fácil... el resto del tiempo es una mierda. Me acuerdo que decía que no podía permitirme buscar al chico de ojos negros, porque podía tenerlo cuando quisiera en un plano físico, pero yo quería todo lo demás. Y ahora estoy exactamente en ese punto con mi chico de ojos verdes, tan verdes... y no es mío. Lo tengo a veces, pero no lo tengo nunca.
No puedo decirle 'Conectate, te extraño, me haces falta, aparecé para mí... te necesito'. Estoy en la cuerda floja siempre... haciendo todo medidamente para conservar el pedacito de él que me toca a mí. Pagando cada hora perfecta al lado de él con días de agonía estando sola. Cena conmigo, toma conmigo, fuma conmigo, se acuesta conmigo, se baña conmigo, duerme conmigo... pero después se levanta y se va solo. Y al final de cada lunes empieza el resto de mi semana en el mundo real, en la B, en el peor baño público al fondo a la izquierda del noveno círculo del Infierno. ¿Qué hago yo si no te importo? Me encanta mentirme y ser re convincente al decirme que si fueras mío me aburriría de vos muy rápido... no creo que sea cierto. Gente que simplemente, pega distinto. Yo no me iba a volver a enamorar, ya no podía sentir nada... me duele el corazón. Estaba rota al punto de ser inmune... pero ya no. Es como si la posibilidad de vos me hubiera levantado de entre todos los escombros para reunirme de nuevo en una sola pieza, y ahora se riera de mí quitando de a una las maderitas que sostienen mis cimientos. Resucitado para poder asesinarme de a poquito. ¿Por qué me rendí a esto de nuevo? Y con él soy tan fría... cuando lo tengo cerca, me cuesta mucho hablar sin ser sincera, así que hablo poco.
Somos devotos de la verdad, buenos omitiendo y desviando. Somos gente histérica y con muchas más dimensiones de las que se perciben a simple vista. Gente de lógica seducida por el arte. Vemos al mundo en sus facetas más tristes, pero intentamos mantenernos siempre en la luz. Jugamos con las emociones fuertes, aparentamos almas tranquilas. Leemos para visitar otras realidades, dormir nos cuesta (pero no si estamos juntos). Nos gustan los animales, los dibujos y los escenarios. Podríamos vivir de polizones en teatros. La gran ciudad nos llama. Estamos hechos de historias pasadas, y nunca hablamos sobre el futuro. Leo su nombre una vez más, le grito con la mente: 'Donde estés, te estoy llamando.' pero no sé si escucha... creo que apaga todos sus sensores para mí cuando no está en mi casa. 
Ojalá estuvieras acá conmigo. Ojalá me abrazaras y acariciaras mi pelo como tantas otras veces: llevándome el oído a la altura de tu corazón. Ojalá me limpiaras vos las lágrimas con una mano tuya (las dos son tan certeras...). Ojalá me besaras en la boca, aunque en ella también se note lo mucho que estuve llorando. Ojalá estuvieras acá para mí, y me levantaras en brazos como siempre para llevarme hasta la cama. Ojalá te acostaras al lado mío con todo el tiempo del mundo, el suficiente como para poder quedarte cerca sin el fuego de hacer nada más. Ojalá estuvieras acá eligiendome, jugandotela a pesar de todo. Ojalá me quisieras como yo te quiero, ojalá usaras tu voz de locutor para decirme que voy a estar bien. Ojalá las cosas fueran distintas, tengo tantas ganas de vos... Ojalá no me gustaras tanto. Ojalá...
Pero no estás. Estoy sola, y hace un buen rato que intento calmarme y dejar de llorar. Y en un rato el cansancio y el sueño van a vencer a la estúpida esperanza que me mantiene conectada, revisando tu ventana cada varios segundos. Me voy a acostar sola siguiendo el razonamiento liso y llano de que, aún si te conectás, voy a fingir para vos. Te voy a decir que estoy bien, te voy a hacer reír. Te voy a despedir con una sonrisa... como si me diera igual que te fueras. Ojalá algún día sepas que nunca da igual cuando te vas. 

















-I know I seem an insane person, because I hardly know you ...but sometimes things are so transparent, they don't need evidential proof ♥

martes, 12 de noviembre de 2013

Los minutos del invierno se diluyen en la boca de un diablo charlatán... ♪

Él se tira en su cama y la abraza, deja de reírse para mirarla a los ojos, con unos ojos tan verdes... ¿cuántas veces lo imaginó en ese lugar, en esa situación, a esa distancia? A ella le dan ganas de reírse hasta llorar, así que lo mira en silencio y se besan. Él va apenas un segundo por delante que ella en casi todos sus besos, tal vez la retrasa el dolor. 
"¿En serio estás bien con esto? ¿Seguro no querés nada más?" me pregunta de nuevo, me pregunto si sabe de antemano que le voy a mentir... odio mentir, soy sincericida por naturaleza, así que respondo lo más realistamente posible, le digo 'Tenemos todo así... todo menos público, y el público a veces arruina las cosas'. Me pregunto si sabrá que sé que miente al fingir que lo convencí. No tenemos todo... él tendrá mucho de mí, pero yo de él, casi nada. No es que no escuche mis problemas, o mis opiniones, no es que no le interese todo lo que digo, no es que no le gusten mis gustos, no es que no me bese, no es que no se acueste en mi cama, no es que no me abrace, no es que no me haga reír, o que no se ría conmigo, por dios, no es ni siquiera que no se suba junto a mí a un escenario... sí, tengo todas esas cosas... no salta tan fácil a la vista la falta de paralelismo... pero todo el tiempo soy consciente de que me falta un abismo enorme para tenerlo. No, no es fidelidad, ni público, nunca me interesaron realmente esas cosas...  es libertad lo que nos falta, y le jura lealtad a otra bandera. 
"Quiero que esto se mantenga por mucho tiempo más", me dice, pero no me pasa desapercibido el hecho de que puede desentenderse de mí cuando quiera. 
Juré haber terminado con los chicos con novia, recuerdo incluso habérselo dicho a Histeria, una noche que ahora se me hace muy lejana, "Ya sé que estoy ebria y bato cualquiera cuando te veo y me histeriqueas, pero en serio, no quiero estar en ese lugar nunca más." y lo dije en serio. No quiero estar en este lugar de nuevo, ¿cómo llegué acá? ¿cómo me dejé llegar?
Y entonces me acuerdo: Me acuerdo de todas las veces en las que dije, en voz alta, por escrito, en mi mente, que tenía mucho miedo de no volver a sentir nada por nadie.
Mi karma de ojos negros me dejó tan vacía y rota una vez... y esos ojos eran tan negros que me dolían como ningunos ojos me iban a poder doler. Y esa sonrisa era tan pícara y perfecta, no había forma de que otros dientes blancos se me grabaran a fuego en la retina. Y esa voz casi afónica no iba a dejar nunca de susurrar en mi mente y en mis sueños, aunque ya no me hablara a mí en la vida real. Y esos besos dados por una boca áspera y rota, y esas manos, y ese pelo... un pelo tan... negro también, ningún pelo iba a ser nunca tan digno de ser acariciado como ese. Nadie nunca iba a tener un gesto tan encantador como esa forma de agarrar un cigarrillo. Nadie esa risa, nadie esos besos, nadie esa cama, nadie esa bipolaridad, nadie esa histeria, nadie esas ganas, nadie ese amor, nadie ese poder sobre mí, nadie ese miedo hacia mí, nadie nunca tu papel. 
Y de golpe, brillan en mi campo visual los ojos más verdes del mundo, la sonrisa más infantil y perfecta, llena mis oídos una voz de locutor que dice cosas que yo pienso. Me besa una boca húmeda y prestada involuntariamente. Me tocan unas manos que saben lo que hacen. Mis manos se van solas hacia un pelo claro y suave. Me desarma una mano libre de nicotina, que en un gesto entre nervioso y desinteresado se despeina el flequillo hacia atrás. Y se ríe, y me besa, y mi cama, y es tan bipolar, y tan histérico, y tenemos tantas, tantas ganas, y me enamora, me toca y tiemblo, se asusta de mis palabras, pasa a tener el control. 
No quería estar como estoy en este momento nunca más. Y es cierto, no es la misma situación, vos y yo, Enano, cargábamos TANTA historia... pero el futuro a veces pesa mucho más que el pasado, él y yo podríamos vivir tantas cosas... No quería volver a prestarme jamás a que me enfermaran como me enfermaste vos. 
Eras el amor de mi vida, lo sabés, ¿No? (No). Nos íbamos a casar, e íbamos a tener hijitos, alguna vez iba a pasar. Eras el amor de mi vida, y después me asesinaste. Volví a nacer mucho más cínica y triste, mucho más ácida, mucho más sola. Él dice que se acuerda de mí el año pasado, me veía en el mismo edificio que ahora frecuentamos tanto, le provocaba algo, no sabe bien qué, él me veía, y yo le provocaba algo. Pero yo a él no, ¿cómo lo iba a ver, si todavía dejabas manchas en todo cuanto alcanzaba a mirar? ¿Qué me iba a provocar, si opacabas a todos? Me pregunto qué pasaría si te viera ahora. ¿Seguiría rompiéndose un pedacito de mí, como tantas otras veces? O peor, mucho peor, ¿me daría igual? 
"No te podés obsesionar conmigo" me advierte, y yo me río 'No puedo creer que alguien diga eso en la vida real...' francamente no sé si no me voy a aburrir de él con el tiempo. Tengo tan pocas justificaciones para el amor... Pero, ay... él me hace sentir. No había vuelto a sentir por nadie, y siento por él. Qué, no sé, capaz todo. Pero siento. Siento lo suficiente como para exponerme de nuevo a dejarme destrozar. 
"Intento hacerte reír porque me encanta cómo te tentás... me encanta cómo te tentás." 
"Me encanta cómo gritas."
"Me encanta cómo sos."

"Me encanta..."
Y yo pienso 'Amáme entonces'. Y sólo una de cada diez veces que me dice algo así, mi orgullo dolido me deja responderle 'Vos también me encantás'... 

Porque solo me llevo la gloria de tener en la memoria una mágica historia, en tus horas de euforia. Todos los días del mundo existe una forma de resucitar... ♪

sábado, 9 de noviembre de 2013

Al llegar al portal nos buscamos, como dos estudiantes en celo♪

Lo busco, lo encuentro, me busca, me encuentra, alguno de los dos se pierde, el otro se enoja, nos peleamos, discutimos, yo le grito, (y yo no grito nunca), él se indigna con más calma, caminamos rápido y echando chispas, durante muchas cuadras, solos y de noche, cuando más nos gusta estar juntos, pero demasiado rencorosos como para reparar en eso, me paro, lo freno, le digo "Mirame, decime en este momento que verme no te provoca nada." y sé que lo intenta, escribe y borra en persona, 'No puedo, sabés que me encantás. Pero...' y discutimos durante muchas cuadras más. Dice 'Sabés lo que me encantaría? Poder estar cuando queramos, hacer lo que queramos, sin que se entere absolutamente nadie.' "Y bueno!" le digo yo, no es la primera vez en lo que va de charla que me lo dice, no es la primera vez que le respondo que está bien, y sigue de largo, empieza a hablar rápido de nuevo diciendo toda una sarta de cosas que me molesta muchísimo escuchar, mentiras que no soporto, verdades dichas con hipocresía de su parte, palabras a medias, pero esta vez lo corto en seco "Me estás diciendo lo que querés, te estoy diciendo que está bien, CUÁL ES EL PROBLEMA?" y por primera vez en la noche repara en mis respuestas... 'En serio querés eso?' pregunta, en parte dudoso, en parte ilusionado, "Con tal de estar con vos? Sí." Yo, sincericida. Me pregunto por dentro si es por enamoramiento, o por sacarme la duda de si es un capricho especialmente fuerte cuando me dice que 'No', lo que sé es que es cierto. Y me besa. 
Con tanto, tanto fuego. La discusión sigue, pero ahora vamos de la mano, o del brazo, paramos contra cada pared cercana para matarnos un rato. Y llegamos de nuevo al punto donde me besó por primera vez: Estamos tan al borde... y entre besos e insultos se cuelan risas nerviosas, pero reales. Su perfume me enferma, y esa forma de besar... lo seguiría a cualquier parte por un beso de esos. Y se va dejándome con las ganas, como tantas otras veces, como siempre. Y me deja igual de indignada, y con una mezcla extraña de amargura y felicidad. Lo quiero. No sé si así, no es la mejor forma, alguien va a salir lastimado, eso es seguro, alguien mínimo, probablemente todos. Pero, ¿cómo negarle mis ganas furiosas de darle todo? 
Sé que estoy destinada a vivir lo que pueda con él, no cambio más. Por Dios, no cambio más. No aprendo. No evoluciono, no cambio. Nunca supe rendirme al miedo excepto al cantar. Nunca supe sacrificar una experiencia religiosa por temor a un castigo divino. Me veo venir llantos histéricos, sola en la cama, abrazando una almohada con olor a él, sé todo lo que va a pasar, sé del dolor, de la incertidumbre y la inercia, de las ganas de que seamos parejos, lo veo todo, todo en mi futuro y no lo puedo evitar: Porque también lo veo tumbado en mi cama, mirando con atención mi biblioteca, eligiendo entre mis películas, embriagándose conmigo, descubriendo facetas de él que nunca imaginó, gracias a mí. Y perdón, perdón llorosa versión futura de mí, enferma versión futura de mí, nauseabunda, enfermiza, rota y devastada, no lo puedo evitar. No puedo, no puedo, si la opción son esos ojos, tan, TAN verdes, y esa boca que siempre va al lugar correcto, y esas manos que no saben cómo frenarme, ni como buscarme menos... te juro, Paulina, mundo, novia sin nombre de él, no puedo ni siquiera intentar alejarme. Es mucho más fuerte que yo, ya estaba ahí esperándome tres años antes de nacer. Lo ignoro en persona lo más que puedo, para dejar bien marcado mi enojo, se vuelve loquito y me busca mucho más, pierde toda discreción, tan predecible... y a mí me encanta hasta el hartazgo, me desquician las horas que pasan eternas y faltas de sentido hasta verlo. Ya me rendí. Era obvio, llevo años rendida a mi naturaleza. No soy una buena persona, creo... a veces creo que sí. En muchos aspectos no podría ser mejor, pero en otros... Ay, no sé cómo desearte menos, tan hiperactivo y aniñado, tan inteligente y lúcido, tan hecho de sueños y contradicciones, tan pero TAN histérico, tan Yo, tan diferente. Tan artista, tan ingeniero, tan lector, tan cinéfilo, tan amante. Mi amante. ¿Amante mío? ¿Sabés que supe que íbamos a terminar así la primera vez que te vi? Porque eras lindo, lindo y atrayente como vos solo, centro de atención como vos solo, ojos verde marihuana como vos solo, único, divino, si no estabas destinado a mí, pendejo hermoso, yo te iba a destinar lo mismo. No soy capaz de ver a alguien así sin quererlo cerca, sin odiarlo, sin amarlo. Creo que sos la única persona de mi mundo en este momento a la que puedo hablarle sin tener idea en absoluto de lo que me va a responder. Perdón, versión futura de mí, perdón, versión futura de él... pero no puedo contra eso. 
No puedo contra él. No puedo contra vos. No puedo contra mí.

Y yo estoy, cada vez más igual, ya no sé qué hacer conmigo... ♪ 


lunes, 4 de noviembre de 2013

Pero uno necesita contemplar el Paraíso sólo diez segundos para reconocerlo.

    - No pienso gastar una hora mas en ese trabajo. Tendría que faltar a todos los ensayos generales si sigo.

    - Sos un poco más valiente de lo que me gusta bardearte (?

    - Me bardeas mucho :P

    - Te lo merecés. También te lo merecerías si te dijera algo lindo de vez en cuando... pero olvidate, soy yo (?

    -No me merezco ninguna de las dos cosas y punto. Me voy a sacar la perra, vuelvo y me voy.

    - Por suerte para mí, no depende de vos... Por suerte para vos también, en realidad. Si solo dependiera de vos lo que te merecés de golpe perderían sentido varios siglos de lógica católica, caería el sistema educativo, se aboliría el mercado laboral, y yo me convertiría en una muñeca de plastilina sin capacidad alguna de molestarte o hacerte sonreír.

    - Me hacés reír, así que la lógica católica, el sistema educativo y el mercado laboral pueden quedarse donde están.

    Mejor, si no tuviéramos un sistema contra el que enojarnos, nos moriríamos de pena todos los artistas. Me voy a leer, y a dormir. Y deberías hacer lo mismo.

    - A esa voy.

    - Buenas noches, *y acá le dedico un apodo estúpido y personal*, duerma bien.

    -Adiós, Paula Rose *ese es mi propio apodo estúpido y personal*

    En serio me acuesto a leer, un capítulo entero, son casi las 3am, hoy hablamos por chat durante casi diez horas en continuado. Discutiendo, riendo, histeriqueando, debatiendo sobre la inmensa cantidad de gustos y experiencias que tenemos en común. Eventualmente tuve que explicarle mi semana de fuga del mundo real. Y me escuchó, y se indignó conmigo por injusticias varias. Y en algún que otro momento quiso pedirme ser realistas, pero no lo dejé, porque si bien era domingo, al menos era uno fuera de la realidad.
    Le dije que era libre de ser irreal conmigo, si así lo quería. Le dije muchas cosas, y me dormí pensando en todas las que no. 

    Y hoy me desperté de nuevo en la vida real, no fue tan terrible. Las cosas se solucionan, a veces de la forma más dolorosa posible, pero se solucionan. No sé si alguna vez voy a volver a hablar con mi mejor amigo. No sé dónde voy a estudiar el año que viene. No sé cómo me va a ir cuando me suba a esos escenarios. No sé si algún día él se va a volver a animar a mí. Pero sigo, intentando sentirme lo mejor posible con todas esas incertidumbres a cuestas. Intentando bailarles y cantarles encima. Intentando sonreír.
    El Universo pone una a mi favor, y se confabula para que la gente se distraiga y me entretenga por el tiempo suficiente como para terminar saliendo de la escuela y caminando media cuadra, en el exacto momento en el que él aparece en la esquina hacia la que me dirijo. Verlo aparecer entre la gente me corta el aire, me deja el cerebro casi en blanco. Tan, pero TAN lindo, más que nunca, de ser posible, de alguna forma se supera solo en su inalcanzable perfección. Y en cuánto lo reconozco sólo puedo ver sus ojos, tan, tan verdes. Nunca nadie en la historia de la humanidad tuvo los ojos tan verdes. Y su pelo, tan cuidadosamente despeinado. Y cuando me saluda, cuando pone una mano en mi hombro y la deja ahí un segundo más de lo estrictamente necesario, cuando su piel entra en contacto con la mía... pierdo toda capacidad de encanto, me fuerzo a estar tan callada como pueda, porque no confío en lo que pueda salir de mi boca si le llego a hablar. "Cómo estás? Mejor? Bienvenida al Mundo Real!" me dice, y sonríe... bienvenida pues... y me pregunto de dónde saqué la fuerza necesaria para vivir durante 6 días enteros fugada de un mundo donde existe esa sonrisa, y me sonríe a mí.