Pero más allá de mis relaciones personales, esa forma de pensar en mí me obligó a ver el mundo todo el tiempo como a través de un cristal, desde lejos, y con algo de asco. "When I saw what a black, awful joke the world was, I went crazy as a coot! ..." ...pero yo nunca pude abrazar la locura, aunque la rocé con ganas mucho más de una vez, todavía no tuve un mal día lo suficientemente malo, se ve. Siempre luché activamente contra el nihilismo latente que me gobierna por naturaleza (y en este punto él para de leer y dice 'Ves? Eso es lo que te diferencia de mí, yo nunca intenté pelear contra eso.') pero para lo importante, al final gana, nunca me deja invertir más de dos meses de mi vida en estudiar una carrera, por ejemplo. Siempre termina por convencerme de que casi nada vale la pena a largo plazo si no genera emociones fuertes cada pocos segundos. Pesimista y pasional, en proporciones difíciles de tolerar cuando ambas tienden a matarse entre sí.
Elijo dedicar mi vida a los escenarios porque las puestas en escena son unos de los pocos momentos de la vida en los que absolutamente todos los implicados -desde los intérpretes al público, pasando por cada uno de los sonidistas y acomodadores- se disponen a vivir voluntariamente y por un tiempo determinado una mentira. Es en esa falsedad el único lugar en espacio-tiempo en el que me siento completamente sincera. Cuando todos saben que nada es verdad, no hace falta fingir, ni mentir. Elijo la comedia musical como elijo al cómic, por el simple hecho de que me parecen formas más completas de arte, porque me involucran más que un ballet o un dibujo por sí solos. Habrá quienes sean de otra opinión, siempre alguien piensa distinto. Creo que nadie considera a todas las opiniones como válidas por igual, pero pocos lo admitimos. Siempre hice uso y abuso de una ideología simple para juzgar a la gente cuando opina: Respeto que creas en cualquier cosa, siempre y cuando seas consecuente y sepas darle una argumentación decente a tu forma de pensar. Sinceramente valoro más que alguien defienda un golpe de estado basándose en principios lógicos, a que alguien predique democracia porque sí. No soporto a quienes se expresan por repetición de ideas de moda, a la gente amarillista o mediocre. No soporto entrar a facebook los días en los que se muere un político o un argentino se hace famoso, ver comentarios vacíos y planos al respecto por todos lados me deprime. Me enferma saber con sólo mirar la pantalla que la muerte de Videla va a tener la misma repercusión que el ascenso de Central (o menos). Me amarga que me discutan que la gente opinando vagamente sobre cualquier cosa es democracia y libertad de expresión. Para mí es la muerte progresiva de toda chance de sociedad pensante y evolucionada. Cuando todos emiten el mismo comentario sobre un tema que debería ser digno de reflexión política, la libertad de expresión se convierte en llanura mental de generaciones enteras. Mi vieja es politóloga, licenciada, doctorada, me dice que esa es la idea de las redes sociales, que la gente se enganche con "la noticia del día", hacer comentarios emotivos y poco reflexivos, yo le digo que la gente se conforma en limitarse a eso porque quiere, y no me gusta, no lo acepto. Aunque lo entienda, no lo comparto, no lo respeto.
Esa es una de las cosas que más veces intentaron inculcarme a lo largo de mi vida: Que todas las personas, con sus ideologías diversas y diferentes a la mía son dignas de respeto... Se lo dije una vez a una pedagoga a la cual no respetaba: Creo que el respeto es algo que se gana. Lo vuelvo a decir. Ser yo todos los días es jodido y cansador. Debería convertirme en ladrillo del muro de facebook, o volverme loca del todo.
17/05/2013
Termina de leer la hoja y dice "Parece un buen desahogo". Pero no, si el día anterior ya hubiera terminado de desahogarme no lo habría invitado a él. Hay algo un poco extraño en el momento en el que un desahogo como tantos otros cambia inesperada pero impostergablemente de curso cuando nuestras miradas se cruzan y nos besamos como siempre nos prohibimos hacer. No te pierdas así, Paulina, amar no siempre hace bien, ¿quién lo sabe mejor que vos? No dejes que se acueste en tu cama y te bese la espalda, esos momentos eternos van a parecer tan cortos cuando después, de pie, use la misma boca para decir cosas que te hagan mal... Seguir en el hielo por siempre o volver a dejarme alegrar y lastimar. Rendirme a buscar otras cosas, o a morirme de hambre y miedo en lo mío. Escribir o deprimirme. Respirar o vomitar. Quiero estar tranquila un buen tiempo. Quiero sentir que lo que siento es tranquilidad real y no aburrimiento. Quiero creer que puedo amar y bailar sin perder demasiado la calma. Y no, no quiero a un bajista.
Quiero que seas Hollywood para mí, y yo ser Broadway.
En el fondo, en el alma, en el fin, en lo que queda de mí... En el efecto melancolía, tus ojos mil. La nostalgia del verano llega con puntualidad, y mis sueños demorados patearon la capital. Los fantasmas del pasado ruegan un volver atrás. ¡No me olvides que me apago, que no lo puedo evitar! ♪
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