lunes, 13 de mayo de 2013

Si me falta el aire no sé cómo será, si llora Bs As alguien me extrañará, y hace mucho no te escucho brillar ♪

Comprar comida y dejar carreras, son probablemente las únicas cosas que pienso mucho más de dos (o 200) veces antes de hacerlas. Pero releo los ingredientes como por quinta vez y es cierto: las puedo comprar. Así que por primera vez en 7 años vuelvo a tomar chocolatada comiendo oreos. Y no, no son exactamente como las recordaba, eran mejores, pero estas valen tanto la pena que en realidad no importa. Tal vez las oreos siempre fueron así, pero yo vivo la vida de la ausencia,  veo con los ojos del olvido la verdad ♪  y tras un velo de pasado prohibido, las recuerdo mejores. Mejores de gusto, no de moral, vegetarianas son mejores, pero lo inmoral me gusta más, ya por costumbre. 
Y otra vez estoy dejando una carrera, no sé cómo pasa, pero pasa, un día simplemente no voy, y no ir es mejor. No sé por qué siento que no soy para estudiar una carrera... puedo estudiar y entender y aprobar todo con bastante facilidad, y de rebote: mejor que la mayoría. Pero la mayor parte del tiempo siento que es una pérdida de tiempo estar encerrada subrayando fotocopias de materias pedagógicas o sociológicas cuando podría estar teniendo una clase práctica o incluso teórica de cualquier cosa aplicable a la Comedia Musical. La mayor parte del tiempo, dejo el estudio para el último segundo, cuando nunca hago eso con nada más. Es porque no me apasionan... las carreras que hay acá, al menos.
Y al mismo tiempo no tengo el carácter necesario para mandarme al mundo sin un título de nada. Ni la falta de carácter necesaria para formarme realmente bien con profesores que me van a dar el saber pero no el título, a costa de plata de mis viejos, por tiempo indefinido.
Y todas las veces que lo pienso, prometo conseguir algún trabajo ñoqui que me proporcione los medios, e igual no me completa... todas las veces, en fin, termino odiando que el IUNA esté en Buenos Aires. Y envidio a la gente que puede dejar todo e irse, a los inconscientes que no tienen miedo, lo envidio a él, que me creyó cuando intentaba convencerlo de que irse a estudiar a Capital era lo mejor que podía hacer, de que no le quedaban opciones acá, para él yo lo hacía sonar tan fácil... para mí suena imposible.
"Licenciatura en Composición Coreográfica con mención en Comedia Musical"... eso me haría tan pero TAN feliz, que lo estudiaría con todas las fotocopias y profesoras con mala onda que fueran necesarias (ah, cierto que en el IUNA no están las frustradas que encontramos en Santa Fe, están los grosos que hicieron carrera en serio, está la gente de la que sí vale la pena aprender).
Pequeñas victorias para los vegetarianos, eternas derrotas para los artistas. No creo que haya una sola ciudad importante del país en la que no pueda estudiarse Ingeniería Civil, así que en cualquier provincia de por acá hay gente capacitada para construir teatros, pero casi ningún artista certificado para hacer arte adentro por un sueldo decente.
Debería haber nacido con vocación de odontóloga, o algo así de asqueroso, aburrido y fácil de realizar. Debería haber nacido estática y conformista, capaz de leer muchos textos que no me enseñen nada para obtener un título que no me llene de ganas de vivir cada mañana. Debería haber nacido... con aspiraciones más simples, y estándares menos altos. Pero es mentira, en realidad no me gustaría ser menos yo, me gustaría tener menos miedo y más suerte. Como 'deber', debería haber nacido en 42nd street, hija de actores famosos, o como mínimo, en calle Corrientes. Como 'deber', digamos, en la vida real, debo buscarme una buena forma de convencerme de que haber faltado hoy fue tan buena idea como ir a ver Iron Man 3 ayer. 

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