Me dice que está en Rosario y le digo que venga, casi a modo de broma, '¿Cuándo?' pregunta, 'Ahora' y viene. Antes me hacía esperar, siempre. Es raro cómo funciona el paso del tiempo en las personas, ayer nos estábamos gritando por chat, hoy estamos hablando como antes, como en esa época en la que éramos re adolescentes y re bobos, y empezábamos hablando uno en cada extremo de la habitación y, quién sabe cómo, terminábamos casi pegados, rozándonos las manos, con mi cabeza en su hombro, hablando sobre nosotros al hablar de otras cosas. Sólo que ahora cuando hablamos de ciertas cosas, él también sabe opinar, y hay mucha agua bajo el puente... Me dice que con ella son bastante malos, el sexo y la comida. En esa declaración está implícito el hecho de que conmigo era mejor. Menos mal, con él también era mejor (el sexo, la comida bien sabe que no).
No intento fingir que no sé todo lo que me contaron, ¿para qué? si ella hasta me salió de amiga sugerida en facebook. Le digo que pensé que sería mucho más difícil levantarse a alguien que ni siquiera habla tu idioma, "Na, estaba re entregada la minita" le digo que esa frase no puede ser más digna de un forro consumado con las mujeres, y se ríe, pregunta por qué, 'La palabra "Minita" de por sí...', "Te ofende?" se está divirtiendo, 'A mí nadie me dice minita -le aclaro- yo no soy la minita de nadie.', "Y qué sos vos? Una mina?" 'Una mina. Hecha...' "'...y Derecha'" lo decimos los dos... yo también me estoy divirtiendo, conoce demasiado bien mi forma de hablar, y de indignarme.
Y pincho un poco más '...Y pensar que creíamos que ibas a ser bueno con las minas... Al final sos igual de malo con todas' -esa fibra es bastante sensible- me dice que no, que es diferente según la mina, 'Ah, sí? Hay alguna mina con la que hayas sido bueno?' "No, diferente en el sentido... por ejemplo, con esta mina no hay chance de tratarla mejor, con vos fue un error" y ahí puedo morder, o dejarlo pasar... por una vez en la vida lo dejo pasar. Como a él le encanta decir, ya lo discutimos muchas veces. Ese es el problema de intentar muchas veces perdonar a la misma persona, por el mismo error, al final te das cuenta de que ya lo perdonaste, pero seguís enojada por haberlo hecho. Pasado ese punto, sólo dan ganas de cometer nuevos errores...
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