sábado, 31 de marzo de 2012

I love you, but don't come near me! ♪

No fui a rendir, pero me rompió el estómago una tarta. No comí mucha tarta, pero vomité igual. No vomité mucho, pero estuve despierta la mitad de la noche. No dormí mucho, pero me desperté demasiado cansada. No estaba muy cansada ayer, pero igual no fui a rendir. No fui a rendir, pero conseguí horarios para Jazz y Salsa. Nunca bailé mucho Salsa, pero me decían que era buena. Nunca fui especialmente buena en danza, pero igual me apasiona. Nunca dejé de lado una pasión, pero igual no fui a rendir, pero igual no le hablo, pero igual ya no dibujo tanto, pero igual... no, mejor dicho: Nunca dejé de lado una responsabilidad, (a veces algunas pasiones son más importantes que otras, y a veces es más sano ignorar algunas pasiones), pero igual no fui a rendir. Por primera vez en mi vida puse mi bienestar por encima de mis estándares obsesivos, pero todavía no decido si se supone que eso es bueno físicamente, o malo anímicamente. ¿Si me comprara un hámster se pondría triste estando mucho tiempo solo? Más que un hámster me gustaría un conejo, pero se ponen gordos y antipáticos. Los conejos bebés se llaman 'Gazapos', y si tuviera un gazapito le pondría "El Pibe". Mis amigos me dicen que a veces salto con cualquiera. Yo digo que mi cerebro va más rápido que la conversación... por mi mente pasa una línea cronológica de pensamiento que sí tiene coherencia, pero simplemente espero que el interlocutor me entienda sin conocerla. Mis amigos también dicen que soy una bola de odio, y cuando les digo que en el fondo soy buena me dicen que soy demasiado flaquita como para tener fondo. Si tuviera un conejo no sería una bola de odio para con él, pero él sería una bola de pelo para conmigo... No tengo un conejo, pero igual no fui a rendir.

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