sábado, 12 de diciembre de 2015

No se vuelve más fácil con los días.

Y te despertás un día y notás que en lo que va del año metiste 1/4 de carrera y un curso de Italiano con notas de 9 y 10 exclusivamente, y participaste de  dos muestras de danza alucinantes, y hay más de un chico inteligente y bonito siempre dispuesto a meterse en tu cama. Y anoche cerraste la última de tus responsabilidades académicas, así que te acostaste pensando en dormir hasta tarde, pero te levantaste a las 6am y desde entonces no volviste a dormir. Y el día está nublado y lluvioso y ya viste como 10 capítulos seguidos de Gossip Girl (muchos de los cuales ya habías visto alguna vez hace años) porque finalmente sos libre y tenés tiempo eterno para hacer lo que quieras, pero no juntas ganas de salir a ningún lado. Y lo único en lo que puede pensar una gran parte de tu cerebro desde hace casi un año es en estar en Europa. Te ganás otro 9 y querés estar en Europa. Te ganás otro 10 y querés estar en España. Te besa otro chico y querés estar en Barcelona. Y explotás de autoexigencia y te pasas de revoluciones y enloqueces, y ninguno de tus muchos logros parece ser más que apenas satisfactorio, y el mundo es injusto, y querés estar con él. Y te duele todo el cuerpo y no podés descansar, y aún con la diferencia horaria se despiden antes de irse a dormir. ¿Quién hubiera dicho que para tener sueño al mismo tiempo sólo teníamos que estar en continentes diferentes?

¿Quién hubiera caído tan fácilmente en semejante cliché?
Empieza un capítulo más... 

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