Mamá pasó 10 días viajando. Conclusiones al respecto de mi vida en soledad:
Cocinar. Lavar platos. Ordenar platos. Tirar basura. Sacar basura. Reponer bolsas. Separar ropa sucia. Lavar ropa. Colgar ropa. Descolgar ropa. Ordenar ropa. Ordenar habitaciones. Limpiar habitaciones. Hacer camas. Abrir ventanas. Abrir cortinas. Cerrar ventanas. Cerrar cortinas. Alimentar al perro. Cambiar el agua del perro. Limpiar lo que ensucia el perro. Sacar a pasear al perro. Jugar con el perro. Juntar los juguetes del perro. Trabajar. Ir a clases. Hacer compras. Administrar plata. Pagar cuentas...
...yo puedo con todo eso.
La parte madura y adulta de vivir sola no es problema para mí. La mayoría de esas tareas incluso me gustan. Me gusta crear orden y mantenerlo. Tener todo obsesivamente prolijo es parte de mí, me sale con más naturalidad que dejar las cosas sucias o desordenadas.
Incluso cuando ocurren cosas por fuera de lo habitual -los accidentes, los imprevistos, las fallas de infraestructura- encuentro la forma de manejarlas, sé a quién llamar y más o menos cómo actuar al respecto. Sí, yo puedo con eso.
Lo que me supera es la parte infantil e inmadura de vivir sola.
Las puertas abiertas, la oscuridad, las maderas que crujen, las sombras, el decidir a qué lado de la habitación le doy la espalda cuando duermo, los espejos vistos de reojo, los fantasmas, los monstruos, los asesinos seriales que de seguro se esconden detrás de cada esquina o adentro de algún ropero. Me supera en fin, la soledad.
Muchas veces pienso que me encantaría vivir sola, tener mi propio lugar, decorado a mi modo, regido por mí... pero no sé si podría con eso ahora. Ahora es cierto, tenía a casi todos mis amigos lejos, sino capaz hubiera sido distinto... pero en el fondo lo diario y cotidiano pesa lo mismo, con o sin amigos en la ciudad.
Es mucho más liviano gracias al perro... vivir solo y sin mascotas debe ser mucho peor. Pero el perro no habla y su capacidad para protegerme contra los males del mundo está limitada por sus 3,5kg de peso.
No sé cómo hace la gente que vive sola para dejar de tener esa clase de miedos... no sé si en realidad lo hacen. Supongo que en el fondo no, por algo el género de terror tiene tanto éxito en la industria del cine. Supongo que nadie puede librarse de su propia imaginación... al menos no la gente que brilla, vive y piensa.
Supongo que los miedos más oscuros y peligrosos viven en nuestras propias mentes y los llevamos a todos lados, estemos acompañados o no.
Pero algunas cosas todavía pueden apaciguarlos y ayudarnos a hacerles frente.
Al menos en mi caso, (aparte del perro), esas cosas suelen ser:
- La música.
- El chocolate.
- Mi celular.
- Los libros.
- La tele.
...y mamá.
Por sobre todas las cosas, mamá.
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