Después recordá que estabas ahí cuando te de paja acompañarme hasta mi casa a medianoche, si total puedo caminar sola. Después recordá que estabas ahí cuando me digas exagerada porque no me quiero subir sola a un taxi. Después recordá que estabas ahí cuando naturalices que yo, por ser mina, elija a diario mi ropa y las calles por las que ir en función de evitar que me violen, me roben o me maten. Recordá que estabas ahí cuando no te parezca tan grave que la semana pasada un tipo me haya seguido hasta la puerta de mi casa. Recordá que estabas ahí cuando no creas que el acoso callejero amerite tanta histeria. Recordá que estabas ahí cuando no entiendas que quiera vivir en Europa, porque acá nunca jamás me sentí segura y libre. Recordá que estabas ahí cuando sólo valores mi compañía si ves realizable la posibilidad de cogerme en algún futuro cercano. Recordá que estabas ahí cuando digas que te importo, pero no te gastes para nada en demostrarlo.
Después recordá que estabas ahí, y sentíte hipócrita, porque con ir a la marcha y posar para la foto no alcanza, para vos la vida sigue, yo todavía tengo miedo todos los días.
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