¿Dónde estoy? Abrazando a mi perro dorado. Hoy cumple seis años. Los extrañé tanto a los tres...
¿Dónde estoy? Algo ebria, con Mr. Fate y el Pueblerino, y cuando ella sale en la conversación escucho que estuvo con otra mina. Auch. Cinco minutos después de eso de golpe estoy mucho más ebria.
¿Dónde estoy? Estoy besando a un chico al que prometí no volver a besar hasta el 2018. Y se está sintiendo bien... aunque no mágico, pero bien. Es que se estaba por ir, y cuando empezó a cruzar la puerta le pregunté '¿Really?', y se rió un segundo, y al siguiente me estaba besando contra una pared.
¿Dónde estoy? Histeriqueando con Fate. ¿De nuevo? Sí, es que estamos ebrios, y hace mucho que no...
Y ahora discutimos. Y ahora nos besamos. Y ahora discutimos. Y ahora nos besamos. Y besarlo nunca es bueno, y discutir con él tampoco... y me dice que no se anima a besarme porque le dije que no me calentaba, y yo le digo que no me calienta porque no se anima a besarme. ¿Ves? Es un círculo vicioso. Nunca van a descolocarme los besos de un chico que pide permiso, que no se anima a interrumpirme, que no se ríe un segundo y me estampa contra una pared. Así de machista e irrespetuoso es mi deseo.
¿Dónde estoy? Durmiendo con Fate, despertando con Fate, sin tocarnos, pero es mucho más correcto. Ayer nos dijimos que nos amamos, y lloramos los dos. Somos una tortura para todos, especialmente para nosotros mismos. Cocinamos, escuchamos música, vemos series, paseamos a los perros, no hablamos tanto sobre la noche anterior. No se puede hablar más. No se puede hacer nada.
¿Dónde estoy? Estoy con mi sobrina en un recital de esa banda... pero no sé si es la misma banda que vi otras veces. Porque ahora las entradas están mucho más caras, y el público que sentía las letras ya no puede pagarlas. Vinieron todos los que se visten para los recitales como si fueran a bailar, (pero no bailan). El público no baila. No salta, no grita. El público es una multitud más o menos chica de muertos. Y hay un montón de celulares filmando cada movimiento, pero los movimientos se ven coreografiados.
Y el cantante está duro de merca, lo puedo ver, aunque no vaya a comentárselo a mi sobrina, sé que los nervios por sí solos no logran eso. Y él siempre fue mitad personaje, pero ahora el personaje se lo comió por completo, tiene la cara de alguien que pidió la fama y ahora que la tiene no sabe controlarla. Tiene los gestos del que vendió su alma por un sueño que sólo tenía sentido cuando recién estaba empezando a sentirse real. Y muchas chicas con voces agudas gritan su nombre, gritan que lo aman, y él dice todas las cosas correctas, pero ninguna se siente real. Lo veo triste y me pone triste. Zafé tantas depresiones hundiéndome en su música, que un poco me siento en deuda con él. Pienso que ojalá me viera y supiera que yo también extraño como era antes, cuando no tocaban 1 hora 40' con intervalo y sin bis.
Cambia la letra de la canción para decir "Tengo la sospecha de que nunca fui feliz", y esa frase es la única que me suena sincera en toda la noche. Empiezo a sospechar yo también.
¿Dónde estoy? No siento nada. Tal vez estoy bailando clásico, para lo que importa últimamente. Solía vivir para eso, y ahora nada. Si ya ni el dolor de las puntas me hace sentir viva, no sé qué diferencia hay con estar muerta.
¿Dónde estoy? Pensando en vos de nuevo, y soñando a alguien nuevo otra vez.
¿Dónde estoy? Viendo One Day y llorando. Llorando. Llorando. Y le mando un mensaje a Fate, y pienso en La Amigdalitis de Tarzán, y lloro un poco más, y al final intento dormir. Pero los truenos suenan como si el mundo se estuviera viniendo abajo, y yo también me siento así. Y aunque el sueño va y viene durante toda la noche, la lluvia siempre sigue ahí.
¿Dónde estoy? Por fin estaba inspirada en Dibujo cuando me tuve que ir. Camino por la calle con un amigo, miro hacia atrás un instante, Blackjack camina tan cerca, le guiño un ojo sin pensar. Eso es lo que gano cuando me arriesgo a ver películas de Jim Sturgess a pesar de mi capacidad sobrenatural de imantar cosas. Se acerca y camina entre mi amigo y yo. Estúpido pintorcito insolente. Y mi amigo se va, (no creo que haya sido nunca de los que pelea por quedarse en el centro). Le cuento que probablemente lo imanté. Me habla de él... ama hablar de él. En todo el camino hasta casa sólo intento acogotarlo una vez, pero él sonríe y el olor de su cuello queda impregnado en mi pañuelo. Ojalá el karma me dejara en paz alguna que otra vez. La forma en la que habla de su última pintura es increíblemente irritante, pero al final me la muestra, se ve chiquitita en una foto de su celular, y yo no hablo por una cuadra.
- Sos asquerosamente talentoso. - Le digo al fin.
- Al menos sabés que es 'asquerosamente'. - Dice él.
- Sí, pero lo asqueroso viene de vos, no de tus cuadros.
- Ya lo sé.
Odio todo lo que implica su talento.
Le cuento que estoy vacía, que ya no siento nada. Y él dice que me entiende, pero ya nunca termino de creer nada de lo que dice. Y llegamos a la esquina a la que había que llegar tarde o temprano.
- Andá mañana. - Me pide otra vez.
- ¿Me prometés que si voy va a ser mágico y único? ¿Que voy a conocer a mucha gente nueva y especial? ¿Que va a ser una experiencia increíble y maravillosa?
- No.
Já. Estúpido pintorcito insolente. Y me abraza. Me dice que fue lindo verme, y hablar conmigo. Y cuando empiezo a caminar hacia mi casa me dice:
- Ya nos veremos en alguna otra encrucijada... en alguna de las tuyas.
Y yo le sonrío una de esas sonrisas que la mayor parte del tiempo temo haber perdido la capacidad de hacer.
- Invocame.
Me dice. Y yo le regalo otra sonrisa de esas. Creo que siento mis ojeras hundirse más cuando los músculos de mi cara recuerdan cómo sonreír. "Invocame"... lo gracioso es que pasé todo el día intentando invocar a alguien más, al mismo de siempre.
¿Dónde estoy? Escribiendo. Ahí se fue Octubre sin mis ganas de escribir. Hola Noviembre. Y miro la fecha. Claro, es 4. Hasta mi Inspiración se junta con mi Destino para reírse de mí a veces.
¿Dónde estoy? Acá no, probablemente. No recuerdo la última vez que estuve del todo acá. Mi mejor amiga-hermana a veces me sorprende... suelo olvidarme de cuán increíble puede llegar a ser. Si no la tuviera ya hubiera muerto mil veces.
¿Dónde estoy? Preguntándome quién soy todos los días.
Y me extraño. La extraño. Te extraño. Quiero que el mundo me dé lo que ya no encuentro ganas de buscar. Este año fue una mierda. No por las cosas que pasaron, sino porque no pasó nada.
Prefería acostarme con un montón de gente, lastimar a un montón de gente, sonreír siempre como intenté sonreír hoy. Me extraño. Extraño todos los días al chico que aún no conocí.
Tengo a mis perros. Al propio, al prestado frecuente, a los tres que están lejos. Los perros son criaturas tanto más mágicas que los humanos que su existencia me ayuda a sobrevivir todos los días.
Tengo la danza jazz, el canto, las actividades que todavía me provocan algo.
El viernes pasado a la mañana llovía torrencialmente, y yo fui a la clase igual, al llegar la recepcionista me dijo "Te debe gustar mucho la danza", y al final de la clase mi profesor me besó en la frente, y me dijo que no sabía si felicitarme o gritarme por haber ido, obviamente fui la única alumna que apareció. La semana pasada fui a ocho clases de danza y a un ensayo, eso sin contar las clases de otras cosas... y mantuve prácticamente sola una casa, como todas las semanas. Algo dentro mío sigue sin encenderse, sin sentir que hace nada. Nada. Nada. El vacío crece sin descanso.
En lo que va del año leí enteros veintidós libros, tengo empezados cinco más. Llevo al día ocho series, vengo viciando a lo bestia una más. No tengo idea de cuántas veces fui al cine este año, sé que si no voy al cine al menos una vez por mes muero de depresión. Y fui varias veces al teatro, bailé en vivo dos veces.
El domingo que viene voy a subirme a un escenario nuevo. Al final de este mes voy a exponer mis dibujos. Y en diciembre... en diciembre vienen todos los escenarios juntos. No sé cuántas veces lloré de emoción o tristeza este año, no sé cuántas reí en voz alta... pero estoy segura de que la gran mayoría de esas lágrimas y risas fueron gracias a los libros, a las series, a las películas, a las funciones... no a la vida real.
Creo que dependo tanto de la fantasía y el arte para sentir algo, que dentro de muy poco, en el mundo real ya no voy a sentir absolutamente nada. Creo que cambiaría cualquier día mi vida tal cual es por una con vampiros, o magia, o laberintos. Creo que ya ni la música me despierta. Creo que el amor, la pasión, la locura, algunas formas de arte, y algunos paisajes son lo único más o menos sobrenatural que podemos llegar a experimentar en este lado del universo... creo que el amor es la única fuerza mágica real que podemos llegar a vivir.
Creo que me estoy muriendo de falta de amor.
- I don’t know what I want.
- Well that’s not true, you want what everybody wants.
- What? A mysterious stranger who has all the answers?
- Well let’s just say I've been around a long time, I’ve learned a few things.
- So Damon, tell me, what is it that I want?
- You want a love that consumes you. You want passion, and adventure, and even a little danger. I want you to get everything you’re looking for, but right now I want you to forget that this happened. Can’t have people knowing I’m in town yet. Goodnight, Elena.